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Carta de un niño a John F. Kennedy

Publicado por
Juanjo Crespo*

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José María Gironella fue al seminario por deseo expreso de su madre. Decía a sus amigas que el niño estudiaba para obispo… no para cura…. ¡para obispo! El niño abandonó el seminario y estuvo siete años sin pisar una iglesia (aunque luego volvió a la fe católica). ¿La culpa del abandono? Su director espiritual le atormentaba cada noche diciéndole que por tener sueños eróticos ya estaba condenado.

El caso es que el ex seminarista encontró su camino en la novela. Ganó el premio Nadal en 1946 y se convirtió en todo un fenómeno literario en la España de la posguerra.

El escritor, ya afamado, realizó su primer viaje a EEUU en mayo de 1961, pocos meses después de la toma de posesión de John F. Kennedy, y decidió regalarle los dos libros que en ese momento eran “Best Sellers” y con los que arrancó su serie de novelas ambientadas en la guerra civil.

Además de enviarle esos ejemplares, le mandó una carta en inglés que se puede encontrar y leer en los archivos del Presidente Kennedy. En su misiva, le hacía reflexiones y le planteaba 12 preguntas. Le reconocía, también, la admiración que en toda España –y en él mismo- despertaba su figura principalmente por dos motivos: por ser Presidente de los EEUU con 43 años, y por ser católico.

Es muy interesante bucear en lo trascendental de las preguntas planteadas al presidente. Son cuestiones de un hombre culto, leído, filósofo y cronista. Son las preguntas de campeón de la literatura que ya deslumbraba al mundo: cuestiona sobre cómo se puede parar el comunismo sin Fe, como ayudar a que los procesos de descolonización no acaben en guerras, el papel de Naciones Unidas, las relaciones EEUU-Rusia, la carrera para conquistar el espacio y la luna…..

Pero entre tanta sesuda reflexión, entre tanta profundidad, entre ese conocimiento asentado por la lectura y el estudio, entre tanta sabiduría –en fin- se despierta otra vez el José María Gironella de 9 años atormentado por aquellos sueños. El niño seminarista sale de nuevo y no puede evitar preguntarle al Presidente si durante su mandato, que acaba de iniciarse, ayudará a que el cine estadounidense abandone “el erotismo”, que tanto está influyendo en la sociedad.

Intento imaginar la cara de Kennedy al leerlo. Creo que entre las prioridades del nuevo presidente no estuvo nunca iniciar una ola de moralidad en el cine, y también creo que Marilyn estaría de acuerdo con esta frase. La desclasificación de los papeles de la CIA y del FBI sobre la vida y muerte de JFK no han hecho sino subrayar un hecho conocido: que el presidente no tenía ningún problema ni conflicto moral con el erotismo que rodeaba el cine y su mundo. Ninguno.

El segundo libro de la serie sobre la guerra civil que escribió Gironella, y regaló a JFK, fue “Un millón de muertos”. En su prólogo explica el título: calculan los historiadores que murieron 500.000 personas…, y él añade que en una guerra civil, cada muerto presupone un asesino, y qué es un asesino sino un muerto espiritual.

Dos muertos por cada bala: uno físico y otro moral. En el caso de JFK sólo sabemos el nombre de uno de los muertos: John F. Kennedy. ¿Y el otro? Oswald, Castro, la mafia, Hoover, la CIA…. Quizás fueron todos ellos, o ninguno. Aún no sabemos quién, pero estoy de acuerdo en que ese día murieron, al menos, dos personas.

(*) Experto en Seguridad y Geoestrategia