Una manifestación histórica para ser más fuertes

Aprovechando la efeméride del cuarenta aniversario de la magna manifestación del Nou d’Octubre de 1977 dónde el pueblo valenciano reclamó “Llibertat, Amnistía i Estatut d’Autonomía”, cuatro décadas más tarde nos volvemos a convocar la sociedad valenciana para hacernos valer ante una injusticia secular que desangra nuestro autogobierno y nuestro futuro. Sólo la también justa y necesaria reclamación del trasvase del Ebro a nuestra tierra, hace ya unos años, movilizó a los valencianos mayoritariamente y conseguimos que, al menos, se oyera nuestra voz.

Aunque tristemente, como siempre, no aunamos a todos, no conseguimos la unidad de toda la sociedad y todos los políticos. Por una cosa o por otra, por miopías o regates cortos, por intereses partidistas o por sumisiones incómodas, nunca los valencianos conseguimos ir juntos. Y así perdemos fuerza y credibilidad. Fíjense ustedes en Extremadura. Hoy también los extremeños se manifiesta por un tren digno, por unas infraestructuras ferroviarias modernas. Y lo hacen en Madrid, acierto dónde los haya si lo que se busca es hacerte oír y que los próceres de la patria y los medios de comunicación capitalinos tomen buena nota. Y lo hacen todos juntos, unidos todos los partidos políticos y toda la sociedad civil. Una quimera en estas latitudes mediterráneas, cuarenta años después…

La unidad de acción y el posicionamiento único son fundamentales para legitimar y hacer creíble cualquier reclamación. Y en eso los valencianos somos especialmente torpes. O mezquinos, vaya usted a saber. Nunca podemos articular una postura común que represente a toda la Comunitat Valenciana y que adquiera “per se” condición de interlocutor único y potente. Nos lo dejó bien claro el máximo experto en financiación autonómica y representante de nuestra tierra ante el gobierno del Estado, el director del Institut Valencià d’Investigacions Econòmiques (IVIE) Francisco Pérez, en la edición de noviembre del Club de Líders. Nuestra infrafinanciación está computada y comprobada, iniciada en las transferencias de competencias allá por 1982 y perfectamente datada desde 2002. 1.300 millones anuales que la Comunitat Valenciana deja de percibir en el reparto que papá Estado dicta. Asumida y conocida por técnicos, informes y expertos. Pero fallando en lo básico, en la concienciación por parte de todos los actores en liza, haciéndola propia y transversal, y poniéndola en la agenda valenciana cómo inexcusable e inaplazable.

Los valencianos fallamos en lo de siempre. En nuestra incapacidad de presencia en los poderes del Estado y en la posibilidad de influencia sobre ellos. Lo que se ha venido a llamar la falta de peso de los valencianos en España. Y ello viene dado por la innata división que nos define, por el repetitivo fracaso histórico que supone para la Comunitat Valenciana no poder jamás aunar esfuerzos y complicidades ante reivindicaciones justas y necesarias para nuestro territorio y nuestra gente. Eso nos hace débiles y prescindibles, siempre comparsa de todo y en el furgón de cola de aquello importante.

Por eso es tan importante la manifestación de hoy, por hacernos visible y radiar a Madrid y a Galicia, a andaluces y castellanos, que los valencianos estamos injustamente financiados y que tenemos un grave problema de equidad y solidaridad. Para que tomen nota de una vez tanto en los despachos del gobierno central como en las redacciones de los medios de comunicación nacionales. Y porque debe representar el colofón de nuestra reivindicación por la financiación justa después de años poniéndola sobre la mesa, convocando comisiones de expertos y publicando informes aplastantes. Esta movilización histórica representa la exigencia que ya toca tratar y solucionar este tema. Y a partir del lunes, legitimados y aupados por el pueblo valenciano, conseguir en los despachos y en las negociaciones la tan urgente y ansiada mejora de la financiación autonómica, pudiendo edificar así el futuro de todos los valencianos.