El Levante golpea
El del Gran Canaria era El partido. Lo tenía todo para medir la reacción de dos equipos agonizantes.
El del Gran Canaria era El partido. Lo tenía todo para medir la reacción de dos equipos agonizantes. Uno, el amarillo, por lo extremo de su situación, apenas dos partidos ganados, y el otro, granota de rosa, por la inseguridad y desconfianza que venía demostrando en las últimas jornadas con siete partidos sin ganar. No decepcionó, al menos en emoción.
El Levante, con las líneas juntas, salió con la lección aprendida e intentó llevar el ritmo del partido. No quiso ser el equipo aburrido y temeroso que siempre espera al rival en su campo y procuró presionar la salida del balón. Pero en cuanto llegaba al balcón del área, bien por exceso de individualismo bien por precipitación, fallaba en los últimos metros. El turco Enes Ünal le da otro aire al ataque granota. Por fin un delantero como Dios manda. Es un jugador tremendo que no solo va bien por arriba sino que lucha, busca el hueco, pasa bien y controla el juego en todo momento. Mucha calidad. Ahora solo falta que le centren algún balón a la cabeza, algo al parecer imposible desde las bandas, también con el correoso Shaq Moore, licenciado con buena nota en el marcaje a Vitolo. Todos los centros rasos.
Las Palmas, asomado al abismo, se fue rehaciendo. A medida que avanzaban los minutos buscaba con éxito la magia de Jonathan Viera que manejaba a su antojo entre líneas. Solo el banderín al aire del valiente linier, anulando un gol de Calleri, evitó el tanto canario antes del descanso.
Pero tras la reanudación, el Levante volvió al guión de siempre. El habitual jugador lesionado a los siete minutos, Postigo en esta ocasión, y todos atrás, con las líneas retrasadas diez metros. El partido era de Las Palmas que buscaba el gol sin fortuna. Pero esto es fútbol. Bardhy recuperó protagonismo con una falta lejana que se perdió por poco y con un pase abierto a Toño que, por fin, consiguió elevar un centro para que Doukoré, a los 27 de la segunda, no perdonase de fuerte cabezazo. Lo de los centros elevados es imprescindible en un equipo de Primera. Al primero que hubo, balón dentro.
A partir de ahí todo cambió. Los canarios intentaron reaccionar pero el Levante tiró de oficio y supo noquear a un rival muy tocado. Jason, que ya lo había intentado antes, aprovechó un buen pase de Ünal para cruzar el balón y sentenciar el partido (minuto 34). El partido acabó ahí. La grada en retirada y los pitos al palco terminaron de desquiciar a un las Palmas que ya apenas lo intentó.
El Levante sale fortalecido con un triunfo, la tercera victoria de la temporada, que le permite respirar y coger confianza para intentar jugar más al fútbol de cara a los duros compromisos hasta Navidad. El Levante dio dos golpes certeros, en el tramo final, con los que deja hundido y en plena crisis a un rival directo y a Pako, su entrenador, con pie y medio fuera del banquillo amarillo.