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La tómbola de la vida

"Esa es la tómbola de la vida: unos primos que se casan, un telegrama falso y verdadero a la vez, un mismo escrito que sirve para salvar y para condenar, un reo salvado por un disfraz ..."

La tómbola de la vida

Publicado por
Juanjo Crespo*

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Suele pasar que los actores de Hollywood se enamoran entre ellos durante el rodaje de súper producciones, lo que suele ayudar –y mucho- al éxito en las taquillas. Cuando Brad Pitt y Angelina Jolie estrenaron “Sr. y Sra. Smith” en 2005, ya estaba el run run de su posible relación que se confirmó a finales de ese año. Nada nuevo bajo el sol, pues. Un caso más de amor hecho arte… y taquilla. Además, en este caso, ni siquiera el argumento -una pareja de espías en la que ambos desconocían la faceta de su amada/o-era totalmente novedoso.

En 1942, un valenciano dirigía su primera película; llevaba por título “El 13-13”. ¿Su argumento? Pues la historia de una agente del servicio secreto (la agente 14-14), enamorada de un hombre que, sin ella saberlo, era otro agente (el agente 13-13) que además, tenía la particularidad de adelantarse a todas sus investigaciones dando al traste con sus operaciones.

Este director valenciano era el abogado Luis Lucia Mingarro que pocos años antes había entrado a trabajar en la Compañía Industrial de Film Español, S.A. (CIFESA) como asesor jurídico, y una vez dentro descubrió que lo que le gustaba de verdad era dirigir.

El éxito de “El 13-13” no puede compararse al de “Sr. y Sra. Smith”, y Luis Lucia Mingarro no pasó a la historia por esta película, pero sí por su faceta de “caza talentos”: Marisol, Rocío Durcal, Ana Belén, Carmen Sevilla, Adolfo Marsillach….son sólo algunos nombres míticos del cine español a quienes hoy conocemos gracias a este director valenciano que los descubrió para el arte.

Fue un abogado que no ejerció como tal, siguiendo una tradición familiar. Su padre también lo fue y tampoco se dedicó a la abogacía. Se llamaba Luis Lucia Lucia –sí, hijo de padres primos segundos que finalmente pudieron casarse tras pedir la dispensa papal- y fundó un partido político de carácter conservador (Derecha Regional Valenciana) en los años 30.

A pesar de ser un ferviente católico y de tener un origen político tradicionalista, en 1936 se mantuvo fiel al gobierno de la República del que había sido ministro. ¿Cómo lo manifestó? Pues lanzando un telegrama -desde Cantavieja (Teruel) donde se habían casado sus padres años atrás- proclamando su lealtad a las instituciones republicanas. ¿Con un telegrama desde un pueblo de Teruel? ¿Un ex ministro? Pues sí, lo cierto es que por sus orígenes conservadores, había facciones en la República que iban tras él por “tibio”, y buscó refugio en el pueblo de sus ancestros.

Se organizó un guirigay con el telegrama, pues miembros de su partido político en la otra zona afirmaban que era falso. Así que no contentó ni a unos ni a otros.

Al estar escondido fue juzgado en rebeldía y condenado a muerte, pero aunque descubierto y apresado, al ser diputado se pidió para él el suplicatorio al Congreso de los Diputados para un nuevo juicio. El día que se iba a celebrar (el 26 de enero de 1939) había mucha confusión en Barcelona con las tropas de Franco a las puertas de la ciudad. Al día siguiente caería la capital catalana.

Con todo el jaleo de la inminente retirada republicana, y con el miedo en el cuerpo de que exaltados tomaran la prisión para ajusticiarlo minutos antes de la caída de Barcelona, un diplomático disfrazado de Guardia de Asalto se presentó en la Cárcel Modelo consiguiendo liberar a nuestro protagonista y a algún que otro preso ya casi desahuciado.

¿Buena suerte? Por unos días, sí, pero luego se tornó en mala. Resulta que las tropas franquistas encontraron el escrito de defensa que había preparado Luis Lucia Lucia para el juicio interruptus, y claro, todo lo que antes le salvaba, con el cambio de tornas, le condenaba. Con tan sólo un cambio de título (de escrito de defensa a escrito de acusación) el fiscal pidió la máxima pena.

La sentencia no fue nueva para él; condenado a muerte, tuvo la suerte del interés que por su vida mostró el Arzobispo de Valencia don Prudencio Melo. Este Arzobispo, que lo fue de Valencia mientras Luis Lucia era director de Diario de Valencia años atrás -razón por la cual trabaron mucha relación y amistad- no paró hasta poder hablar con Franco pidiendo la conmutación de la pena, la cual le fue concedida: cadena perpetua con destierro incluido en Palma de Mallorca.

Esa es la tómbola de la vida: unos primos que se casan, un telegrama que es falso y verdadero a la vez, un mismo escrito que sirve para salvar y para condenar, un reo salvado por un disfraz de Guardia de Asalto una vez y otra por un hábito de Arzobispo…..

Luis Lucia Mingarro (el hijo) dirigió en 1962 la película “Tómbola”, con la famosísima canción que encumbró para siempre a Marisol: “La vida es una tómbola” (dejo unos segundos al lector para que la tararee). Continuamos.

La vida de Luis Lucia Lucia (el padre) fue dando vueltas y vueltas como en una tómbola, aunque nunca se mareó ni perdió el norte. En 1942 se le concedió un permiso para ser operado en la Casa de la Salud (con custodia policial, eso sí) de una grave enfermedad que no pudo superar. Ya no volvería al destierro, falleciendo la noche de reyes de 1943. Dijo días antes de entrar en el quirófano: “Entré en la cárcel por no querer odiar, y de la cárcel he salido sin aprender a odiar.”

Padre e hijo tuvieron muchas cosas en común. Los dos abogados de carrera, pero ninguno de profesión, y menos de devoción. Tuvieron sin embargo una diferencia clave: su posición ante la política.

Luis Lucia padre aún ostenta el récord de organizar y dirigir el mitin político más multitudinario de la historia de España. En el verano de 1930 más de 150.000 valencianos lo escucharon el mismo día, en Mestalla, la plaza de Toros y la Hípica.

¿Y qué posición personal tenía Luis Lucia hijo? Pues en 1980 le hicieron esta misma pregunta en el programa “Maestros del Cine Español” de RTVE.

Y contestó, claro que contestó. Miró a la cámara fijamente, y como dirigiéndose a todos los telespectadores –pasados, presentes y futuros- nos dijo:

Soy hijo de un hombre condenado a muerte por los unos y por los otros. Ya pueden ustedes imaginar cuál es mi ideología política. Comienza por M.”

(*) Experto en seguridad y geoestrategia.