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Los españoles son afortunados…

Ningún ciudadano está conforme con el país donde nació. Siempre le encuentran pretextos o defectos a las decisiones de sus gobiernos, sin embargo hay que aprender a mirar a otras sociedades.

Los españoles son afortunados…

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En España se pueden considerar afortunados los españoles. En comparación con los habitantes de otros países, como los de América Latina, este país no sólo es precioso, sino muy afortunado. Lo tengo claro desde que empecé a conocerle y a vivir en él, hace casi 14 años.

Puede que el país esté saliendo ahora de una severa crisis económica, la más importante después de la Guerra Civil española, y que todavía se noten los efectos de la misma, pero aun así es un país privilegiado en muchos sentidos.

Visto con los ojos de quienes procedemos de países con más limitaciones, carencias y, sobre todo con marcadas diferencias sociales, España es un territorio que ha prosperado en muchos aspectos, en el que ciertamente también hay desigualdad social y pobreza, pero nunca como la que todavía se observa en América Latina, en pleno Siglo XXI.

Un país con mucha historia, aunque controvertida pero interesante; con un turismo competitivo y atractivo, unas tradiciones ricas y una gastronomía de alto nivel.

Sus infraestructuras, comunicaciones y transportes son una muestra de que sus gobiernos invierten bien en estos sectores, haciendo con esto que el país sea el segundo a nivel mundial, después de China, en kilómetros de ferrocarril de alta velocidad, o que se le considere líder mundial en transplantes de órganos y, de acuerdo al Foro Económico Mundial, el que encabeza el ránking en el sector turístico por ser el más competitivo del mundo.

Otro ejemplo digno de reconocérsele a este país es su sistema sanitario, considerado uno de los mejores del mundo, tanto que cuando Barack Obama lo elogió en una visita que hizo siendo presidente, tomándolo luego como referencia para aplicarlo en Estados Unidos.

Ni se diga en materia de políticas sociales: España ha trabajado mucho por impulsarlas en beneficio de sus ciudadanos y hasta de quienes vinimos de fuera, que también hemos sido favorecidos con ellas.

Dicho lo anterior, no se podrá negar que los españoles son afortunados, porque pese a todo, y aún con los recortes obligados de la crisis, siguen siendo favorecidos con ayudas y subvenciones en muchas áreas: educación, salud, empleo y cultura, al igual que sectores como la industria, el campo y el mismo turismo.

A diferencia de países hermanos como los de América Latina, donde los gobiernos no impulsan o avanzan mucho en materia social, las actuaciones desarrolladas por el Estado español en medidas sociales, han sido destacables.

Bienes y males

Que los españoles dirán que no son privilegiados, por esto o por lo otro, o que en comparación con otros países europeos siguen estando atrasados, seguro que lo dirán, porque parte de su naturaleza es manifestar su inconformidad ante muchas cosas, sin darse cuenta de que, pese a todo y luego de la crisis que lógicamente ha sacudido al país, siguen teniendo la fortuna de recibir prestaciones.

Lo que pasa es que ningún ciudadano está conforme con el país donde nació. Siempre le encuentran pretextos o defectos a las decisiones de sus gobiernos, que al final parece que a nadie satisfacen, sin embargo hay que aprender a mirar otras sociedades para darse cuenta que lo que se tiene en casa debe valorarse.

Que la corrupción es un cáncer que ha invadido mucho la clase política de España, nadie lo duda. Pero pese a todo se toman acciones para enfrentar este acción ilegal, para erradicarla, aunque quizá no se consiga del todo en corto tiempo. Aun así ya están en la cárcel muchos políticos corruptos, que quizá con el tiempo queden libres, pero seguro que ya no volverán a hacer sus fechorías porque dejan de pertenecer a los grupos políticos.

En otros países de América, ni siquiera se mete a la cárcel a quienes se sabe que descaradamente ha robado, por el contrario, sólo se les señala y casi de boca en boca, porque muchas veces los medios de comunicación están tan corrompidos que no se atreven a informar la verdad.

Si algo empezaba a observar en los primeros meses de vivir en España, conociéndola en el día a día, era la “ausencia” de pobreza y la “poca” corrupción que se palpaba.

Claro, unos meses no fueron suficientes para conocer la realidad. El tiempo me hizo descubrir que la pobreza existe en este país, y que con la crisis económica, cada día se manifestaba más, pero aun así, nunca España volverá a ser tan pobre como hace décadas lo fue, ni como lo son países de América Latina.

¡El paro! Este es una prestación que a muchos de los que venimos de fuera nos sorprende. El hecho de recibir una ayuda económica si se queda uno sin trabajo, es imposible en otros países. Al menos en el mío, México, no existe esa ayuda y complicado sería que existiera, hablando de un país que rebasa los 100 millones de habitantes.

Claro que se entiende que este tipo de prestaciones son resultado de buenas políticas sociales y de los mismos impuestos de los ciudadanos, lo cual es digno de reconocerse.

El campo es otro de los sectores que mal que bien recibe ayudas por parte del Estado o de la misma Comunidad Económica Europea. En países como el mío, son pocos las prestaciones que brinda el gobierno, lo cual hace que cada día sea más complicado sostener este sector.

De los pueblos ni se diga. Por pequeños que sean, están bien “equipados”. Tienen sus callecitas pavimentadas, los servicios de agua y luz y muchos hasta cuentan con un pabellón, con una piscina municipal, una casa de la cultura y otro tipo de servicios y prestaciones. ¡Incluso cuentan con una estación del Metro!

En verdad que son tantas los beneficios y logros que ha conseguido este país en las últimas décadas, que la lista se queda corta. Desgraciadamente con tanta mala noticia diaria que genera su vida política, la gente se olvida de reflexionar un rato y de valorar todo lo bueno que tiene a su alrededor, desde el transporte público, las carreteras, los centros escolares, las universidades… ¡y la media hora de almuerzo que por derecho laboral tienen para comerse el bocadillo!

Fuera de diferencias políticas, de errores o aciertos cometidos por los gobiernos españoles, del divisionismo que se percibe entre las comunidades y hasta de la revuelta social que ha provocado el independentismo catalán, los españoles deben valorar, apreciar y trabajar más por su país para que siga creciendo a lo grande.