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La defensa del Reino de Valencia en la guerra de los segadores

La defensa del Reino de Valencia en la guerra de los segadores

Publicado por
Alvaro Comes

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Año 1640, la guerra de los 30 años sigue asolando los campos de batalla de Europa. La monarquía española, llena de frentes abiertos, trata de invadir el sur de Francia para abrir un segundo frente, pero la situación en Cataluña estalla tras los abusos de las tropas mercenarias y el retraso de los pagos de mantenimiento a la población de las tropas estacionadas. Pau Clarís proclama conde de Barcelona a Luis XIII de Francia llevando la guerra a la península ibérica.

El Reino de Valencia automáticamente tenía el frente en su propia frontera y la amenaza de invasión era latente. De hecho, los ´migueletes´ de Cataluña (voluntarios milicianos al servicio de la Corona de Aragón) saquean en diversas ocasiones el Maestrazgo y las cercanías de Morella. La extrema necesidad de defensa del reino hace que el ´Tercio viejo de Valencia´ parta hacia Cataluña en apoyo a Felipe IV y envíe tropas de otros lugares de España como Castilla y Aragón.

La campaña se hace larga y, a la altura de 1647, los franceses tienen el control casi completo de Cataluña, por lo que Valencia estaba ante una inminente amenaza de invasión de nuevo.

En el peor momento una epidemia muy fuerte salpica a la ciudad de Valencia y alrededores y causa, según Francisco de Gavalda, 16.789 muertos. En 1648 estalla la rebelión de la Fronda en Francia, que obliga a replegar tropas de la península. Los franceses optan por invadir Valencia como maniobra de distracción y disponen de un pequeño ejército para la acción.

Se dirigen hacia la villa de San Mateo, que pertenecía a la Orden militar de Montesa y era considerada la llave norte del Reino. La población es asediada, pero el Barón de Seebach, encargado de su defensa según Gavalda, se atrinchera y es capaz de repeler un asalto sobre la puerta de la población. 300 estudiantes de la Universidad de Valencia se alistaron para acudir en defensa de San Mateo y el Virrey les concedió el título de ´Tercio´.

En poco tiempo, todo el Reino envió los pequeños tercios locales como los de Alicante, Valencia, Onda y Orihuela, a socorrer San Mateo. Los franceses ya no podían derrotar al número de tropas que llegaron para auxiliar la villa y en su retaguardia la flota española desembarcó 4.000 efectivos, que ya era el equivalente al contingente francés, por lo que se retiraron a Tortosa. Los estudiantes, según Gavalda, fueron enviados de vuelta a Valencia sin entablar combate cosa que provocó el enfado de los propios.

Para evitar otra invasión francesa, se consideró vital la toma de Tortosa y asegurar el Ebro.

Las tropas que auxiliaron la villa de San Mateo se reunieron de nuevo con el resto de tropas españolas y asediaron la ciudad de Tortosa. Esta intentó ser socorrida desde el mar, pero las galeras españolas impidieron la ayuda forzando la rendición, que lograron en 1650.

De este asedio tenemos un hecho simbólico y es que Valencia envió a su unidad de combate más preciada, el ´Centenar de la Ploma´, que era la guardia de la ´Real Señera´, como queda constatado en un documento en el que se especifica el envío de dicha unidad, lo cual representa la importancia de esta campaña. Esta unidad en la Edad Media era un grupo de ballesteros de élite de los tres estamentos sociales (30 de clase alta, otros 30 de clase media y 30 de clase baja) y 10 nobles, aunque parece ser que fue variando a una unidad de caballería.

Tras el éxito, los Tercios valencianos regresaron a casa, menos el Viejo de Valencia, que prosiguió su marcha junto a las tropas de Juan José de Austria, que puso asedio a Barcelona en 1652 recuperando el título de Conde de Barcelona para Felipe IV.