El cuatripartito de izquierdas seduce a Ciudadanos

El cuatripartito que gobierna la Diputación de Valencia (PSPPV, Compromís, EU y València en Comú) escenificó su sintonía con una foto de "germanor" poco antes de que se aprobaran los presupuestos para 2018. Unas cuentas que sólo contaron con el voto en contra de PP. Ciudadanos decidió abstenerse, mientras que el diputado ex socialista, ex UPD y ex C'S, y ahora líder nacional de Contigo Somos Democracia, Enrique Aguar, votó a favor.

La imagen del presidente Jorge Rodríguez con los otros tres portavoces viene a proclamar la estabilidad de su gobierno a nivel político y, también, en el plano económico. El presupuesto de la Diputación de Valencia, el ayuntamiento de los ayuntamientos, supera los 473 millones de euros, un 9% más que en el anterior ejercicio. Valga como referencia que el presupuesto del Ayuntamiento de Valencia supera con los 811 millones.

Rodríguez, que también desempeña la portavocía de los socialistas valencianos, sostuvo que los presupuestos “conllevan una mayor inversión para los ayuntamientos y también una mayor responsabilidad para quienes los dirigen, ya que tienen que saber organizarse con el dinero del que van a disponer, que les llega con ayudas basadas en criterios objetivos y no mediante convenios que se acababan concediendo de forma discrecional”. Mantuvo que la reducción progresiva de la deuda es consecuencia de una gestión "prudente y alejada del clientelismo y las fanfarronadas" en referencia a su antecesor Alfonso Rus.

Las explicaciones del presidente y las distribución de las partidas han convencido en parte a Ciudadanos al optar por la abstención "positiva" en palabras de Mª Carmen Peris, la representante de C's. La formación naranja en cambio votará en contra los presupuestos de la Generalitat que se aprobarán el viernes en Les Corts Valencianes.

El portavoz de València en Comú, Roberto Jaramillo se mostró satisfecho de formar parte de “un gobierno plural que pone a las personas en primer lugar y cada vez da más dinero a los ayuntamientos para que lo utilicen como consideren oportuno, con ayudas cada vez más transparentes que se basan en criterios objetivos”.

La vicepresidenta Mª Josep Amigó (Compromís) puso el énfasis en el reparto de ayudas: “En 2014 el gobierno del PP repartió 34,4 millones de euros en ayudas no regladas y 23,6 millones en ayudas regladas; en 2017, este gobierno ha repartido 83,9 millones en ayudas regladas y 4 millones en no regladas; en 2018 ya no habrán convenios singulares para inversiones municipales”.

Mientras la representante de EU, Rosa Pérez Garijo, subrayó “la igualdad de condiciones y concurrencia para todos los pueblos y la eliminación de convenios y planes teledirigidos”.

Cajero de la Generalitat

El PP fue el único grupo en rechazar las cuentas. Mari Carmen Contelles argumenta que el presupuesto es un "calco del anterior, ahonda en los errores, genera nuevos problemas y no suple sus graves carencias”. “Seguimos siendo el cajero de la Generalitat transfiriendo 33 millones de euros a aquellos que tienen un presupuesto de 18.000 millones. Mientras que para cumplir con nuestras competencias nos endeudamos con un crédito de 24 millones de euros”.

Contelles: "Retrasos en los pagos, más endeudamiento y más gasto de personal"

La portavoz ha afeado al equipo de gobierno comandado por Rodríguez las paupérrimas cifras de ejecución del presupuesto de 2017, que a final de año apenas supera el 50%. “Su absoluta falta de planificación, unida a la indolencia en la gestión, provoca graves retrasos en las subvenciones y ayudas que ahogan las economías municipales”.

Contelles reprochó el incremento en el gasto de la partida de personal: “Aquellas fuerzas de izquierdas que ante un micrófono y una cámara reniegan de esta institución ( en referencia fundamentalmente a Compromís que se opone a las diputaciones), desde su llegada en 2015 han aumentado el gasto de personal en 7 millones de euros, a pesar de que sólo cuenta con 4 empleados más”.

Una alusión directa a los miembros de Compromìs, que tras dos años de gestión desde la vicepresidenta de la Generalitat se refugian en los supuestos "éxitos" de la coalición de izquierdas.