Empresarios valencianos a Baldoví: "te pagamos la visibilidad"
Quédense con estas tres ideas: los empresarios ya no hablan del PP, lo que dicen de Compromís no es bueno, y echan de menos un lobby en Madrid porque el que hay no funciona.
No daremos muchas pistas para no desvelar su identidad, pero el que me cuenta estas cosas es un notable del tejido empresarial valenciano. Y no es de derechas.
Acaricia la vieja idea de conseguir unidad de acción valenciana -de Comunidad- que se note en Madrid y que consiga cosas para la Comunidad. Y eso se come de dos maneras: con un lobby empresarial (¿a qué se dedica Conexus, el único que dice serlo?) que actúe en interés general de todos, y con un grupo político que ejerza de valenciano antes que de una determinada ideología.
Para lo primero no vale un AVE (Vicente Boluda y sobre todo Juan Roig) que tiene centrados todos sus esfuerzos en el Corredor Mediterráneo. La CEV podría estar interesada en la idea. Los próximos meses pueden ser decisivos.
Y para lo segundo, descartados por sucursalistas el PPCV y el PSPV, crecen las críticas a Compromís, que pudiendo ejercer de poder valenciano negociando los Presupuestos Generales del Estado de 2018 ya casi ha renunciado a ello.
Su jefe de bancada, Joan Baldoví, contesta cuando se le pregunta -pese a haber amagado con lo contrario- que no pactará con el PP y que su función en la vida es la de ser visible desde el Congreso.“Pues tu visibilidad la pagamos los valencianos”, me cuentan que le han llegado a decir.
Normal que empiece a haber desencantados también en las filas políticas de Mónica Oltra, los que priman la praxis valencianista a la ideología de izquierdas. Aún de manera anecdótica, pero ya empiezan a organizarse en grupos como Demòcrates Valencians, liderado por Roger Mira. Y ojo, que Mira es ni más ni menos que el hijo de Joan Francesc Mira, el que fuera presidente del principal agente catalanizador valenciano, Acció Cultural del País Valencià.
¿Y del PP que se dice en el empresariado? “Nada”. Lo más llamativo es que ese silencio no parece tener que ver con la polémica por las subvenciones institucionales y la participación de CEV en la marcha de la financiación del 18-N. Ahí lo dejo.
Pues los empresarios están más unidos de lo que parece, otra cosa es que se note. Y crece en ellos la conciencia institucional valenciana, reforzada en algunos casos con ocasión del reciente viaje institucional a Canadá presidido por Ximo Puig en el que se habló de estas cosas que les cuento.
De estas, y de la deriva de la vida pública. Un detalle menor pero significativo de lo restrictiva -esperemos que no esclerotizante- que se está volviendo la práctica política: todo un presidente autonómico, tentado de ir a ver las cataratas del Niágara cuando se encontraba a menos de cien kilómetros de ellas (cosa que a muchos nos hubiera parecido lo más normal del mundo), declinó la propuesta para evitar una foto que a día de hoy no se puede permitir.