UD Las Palmas 1- Valencia CF 1: un Valencia CF de dos caras

Particularmente esto último fue algo que no se pudo lograr del todo: en el minuto 64 ya estaban Parejo, Rodrigo y Guedes sobre el terreno de juego. Poco había durado la pretensión de Rubén Uría (Marcelino continúa con su recuperación) de dar descanso a algunos de sus hombres más cargados de minutos.

Y es que, hasta ese instante, el partido que estaba realizando el Valencia CF tendría que definirse bajo conceptos como el de la apatía o el de la imprecisión. Para muestra, el tanto recibido tras dejar al delantero amarillo Calleri rematar a placer sin intervención alguna de la retaguardia (Lato se deja anticipar con demasiada facilidad).

Para ilustrar lo impreciso de la construcción del juego basta con acudir a cualquier intento combinativo de Maksimovic, Nacho Gil o Kondogbia (hoy desconocido) durante la primera mitad.

Pasaban los minutos y la UD Las Palmas seguía con su presión e intensidad (algo que más tarde acabaría por pasarle factura), mientras que algunos jugadores valencianistas no aprovechaban los minutos de los que hasta entonces apenas habían dispuesto.

Ya con Parejo y Rodrigo sobre el césped, el choque pareció cambiar de cara; si bien el verdadero revulsivo recayó en la figura de un sobresaliente Gonçalo Guedes que se bastó para poner en jaque él solito a toda la defensa de una, ahora sí ya, a merced fruto del cansancio UD Las Palmas.

No cesaba el extremo portugués de colocar balones en el corazón del área que un desacertado Simone Zaza no lograba convertir. Y, como no podía ser de otra manera, un magnífico pase de Guedes hacía letal el buen desdoblamiento de Lato por banda izquierda para que Rodrigo empujara a gol el pase de la muerte del lateral valenciano.

Era el justo premio al cambio de actitud. La acción que hace presagiar un encuentro de vuelta relativamente cómodo y sin sobresaltos, puesto que no se espera a una UD Las Palmas tan combativa de inicio el próximo martes en Mestalla (a pesar del notable cambio de mentalidad insuflado por Paco Jémez desde que tomara las riendas de los insulares) habida cuenta de que la sombra del descenso acecha. Y ahí es donde verdaderamente los canarios se juegan los garbanzos.