Nuevas estrategias del PP valenciano respecto a Puig y Rajoy
Las estrategias del PP valenciano han cambiado: ahora hay que combatir un enemigo externo distinto de Mónica Oltra y a un enemigo interno bien conocido.
Ximo Puig e Isabel Bonig
La faena se la van a dividir las dos máximas figuras del PP valenciano, Isabel Bonig y Juan Carlos Moragues. A partir de ahora Isabel Bonig centrará sus críticas para erosionar al Consell en que la responsabilidad última de cada cosa que hagan o dejen de hacer los consellers reside en Ximo Puig.
El president, en una hábil estrategia política desarrollada durante los últimos meses, ha logrado pasar de ser considerado una figura política en retirada a convertirse en figura central y centrada de la política valenciana. Y eso no le conviene en absoluto al PP.
Puig ha conseguido, gracias en parte a la crisis catalana pero también a sus iniciativas políticas en Madrid y a sus intervenciones cada vez más en tono institucional en vez de partidario, hacer que las que se presumía iban a ser las máximas rivales electorales en 2019, la propia Bonig y Mónica Oltra, aparezcan claramente escoradas en el espectro político valenciano.
Pero también la crisis catalana (y la escasísima perspectiva electoral popular en Cataluña y País Vasco) ha hecho reaccionar a un Gobierno en minoría en su relación con las comunidades limítrofes, como la valenciana o la navarra. Hay “demasiada tensión territorial”, asegura una fuente gubernamental a ESdiario. Hay por tanto que “parar el victimismo”. El PP puede “enjugar” un mal resultado en Cataluña y País Vasco, pero no en la Comunidad Valenciana, me insiste la fuente.
Así, y mientras Bonig redirige el punto de mira de su Gran Berta de Oltra (cada vez más cosa de María José Catalá) a Puig, la máxima figura institucional valenciana en manos del PP, el delegado del Gobierno Juan Carlos Moragues, intenta taponar las vías de agua que determinadas acciones del Ejecutivo central al que representa han supuesto para las opciones de los populares de volver a dirigir la Comunidad Valenciana.
Ya hay algunos ejemplos exitosos, como la mayor sensibilidad del Ministerio de Fomento a las demandas valencianas, o la solución al conflicto del cava. La acción de Moragues -en principio independiente de la de Bonig- se centra en mejorar la acción del Gobierno en la Comunidad en tres departamentos muy concretos: Fomento, Hacienda (independientemente de la coyuntura de que, con los presupuestos de 2017 prorrogados, Montoro esté reteniendo las mejoras de financiación prometidas para 2018 hasta que haya nuevos PGE), y Agricultura.
Éste último está resultando clave en estos tiempos de sequía y negociación europea. Lo del cava fue sólo un ejemplo, como bien sabe el secretario general del Ministerio, que la próxima vez que tenga que venir a la Comunidad igual se come un bocadillo antes de entrar en los dominios de Moragues.