Quico Catalán, ante el reto de mantener su prestigio como buen gestor

Recién cumplidos ocho años en el cargo, el balance es, en líneas generales, positivo para Quico Catalán. Pero no es menos cierto que se le presenta una fase complicada en esta su última etapa.

Cancelación de la deuda:

Este apartado merece ser considerado como el principal aval de Quico Catalán al frente del Levante UD. Muy lejano en el tiempo queda ya aquel mes de enero de 2010, cuando un joven de 34 años se hacía con las riendas de la entidad viéndose obligado a lidiar con una deuda de 62 millones de euros; la gestión de los derechos televisivos; el éxito de la refinanciación en cómodos plazos con entidades financieras en su mayor parte; así como los ingresos generados a partir de suculentos traspasos cobrados por jugadores como Keylor Navas, Camarasa o Iborra (unos 25 millones de euros en total) Con ello se ha puesto al Levante UD y a su presidente a la cabeza de los ejemplos en cuanto a gestión económica, al haberse convertido el club en el primero en lograr la liquidación de los créditos contraídos tras haberse visto obligado a entrar en concurso de acreedores.

Gestión deportiva y de patrimonio:

Aquí es, por desgracia, donde la labor del máximo mandatario levantinista se ha venido convirtiendo, y más con el transcurrir de los años, en cada vez más cuestionable. El dúo Tito- Carmelo en la secretaría técnica no ha sabido aprender de unos errores que ya acabaron por abocar a la entidad granota al descenso a Segunda División hace dos temporadas, al repetir incorporaciones de dudosa calidad originadas, en muchos de los casos, por la premura de tiempo y la necesidad por compensar los fracasos acumulados en negociaciones previas.

En el apartado patrimonial; los próximos meses serán decisivos a la hora de resolver el enigma que hace referencia a la viabilidad del proyecto que tiene como pretensión ubicar la nueva Ciudad Deportiva en el barrio de Nazaret. Cierto es que Buñol puede suponer una limitación para determinadas jóvenes promesas, pero, al mismo tiempo, conviene acordar con el Ministerio de Fomento un canon que haga factible el traslado. Sin embargo, tanto esta negociación como la que concierne a la remodelación del Ciutat (satisfactoria hasta el momento a falta de la mejora de la iluminación) son labores en las que su relevo en la presidencia, a partir de 2019, será quien tenga la potestad de continuar.

Aspiraciones políticas:

Relativamente pronto (sobre todo si atendemos a los plazos que acostumbra a marcar la vorágine política) se abrirá un periodo preelectoral que desembocará en las Elecciones Municipales de la primavera de 2019. Y ahí cada vez parece más destinado a jugar un papel relevante Quico Catalán. "Un día me gustaría, si me lo puedo permitir, aún no sé desde donde, acercarme más a los servicios públicos", así se manifestaba el propio Quico en una reciente entrevista.

Una figura reconocida, joven, socialmente implicado y sin hipotecas del pasado... un perfil cada vez mejor visto en el seno de un PP cuyos designios continúan dirigidos por una gestora desde hace varios meses en la ciudad de Valencia. Cuestión, esta última, que puede generar cierta inquietud entre una parroquia granota que se pregunta si es semejante aspiración compatible con la dedicación que requiere el tramo final de su presidencia. La solución, en breve.