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Valencia CF 1- Real Madrid 4:la imposibilidad de luchar contra ciertos elementos

¿Alguien pensaba realmente que se iba a permitir que la participación en la próxima Liga de Campeones peligrara para el Real Madrid? Estrada Fernández, desde luego, no.

Valenciacf.com

Publicado por
Carlos Botey

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Cierto es que el Valencia parece estar, por momentos, con el gancho en esta fase de la temporada (como, sin ir más lejos, Las Palmas y Alavés pueden atestiguar). También lo es el hecho de que las bajas en defensa hayan obligado a Coquelin a, por primera vez en su carrera, ejercer de central, con el consiguiente debilitamiento que esto ha supuesto para el sistema defensivo. Pero no lo es menos que la otra clave del choque supone, en sí misma, todo un imponderable imposible de controlar para el Valencia CF.

Y es que tras transformar Cristiano Ronaldo en el minuto 14 una pena máxima cometida, esta vez sí, por un acelerado Montoya, Estrada Fernández sabía perfectamente que la ventaja mínima podía no ser suficiente, era consciente de que el Real Madrid viene sufriendo verdaderos colapsos físicos en las segundas mitades de un tiempo a esta parte; y ahí, en ese punto en el cual no les está pudiendo llegar el físico, ni tampoco, en la mayor parte de los casos a día de hoy, el fútbol... pues bien, ese es el punto donde tiene que llegar el favor arbitral.

Así ha sido durante sus 115 años de historia y, desgraciadamente, así es como continuará siendo. Y fue, precisamente, en esas cuando un centro pasadísimo que Benzema no iba, siquiera, a pelear hizo que el ineficaz delantero galo optara por el piscinazo sin ningún tipo de rubor. Y, ¡como no!, ahí estaba Estrada Fernández; el 0-2 tras la segunda transformación de CR7 (falta por saber si se le pretende involucrar en la carrera por el pichichi mediante series sistemáticas de penalties) daba a los merengues ese margen que posteriormente iban a necesitar.

Necesidad que se haría patente tras Santi Mina anticiparse hábilmente a Nacho en un saque de esquina (al igual que ya hiciera el pasado sábado en Las Palmas) y así ajustar el marcador. El Madrid lo pasaba mal y sólo podía ser sostenido por las intervenciones de un seguro Keylor Navas, al margen de la actuación arbitral (instantes antes se había dejado sin señalar un clarísimo derribo de Carvajal sobre Gayá en área madridista). Los goles finales de Marcelo y Kroos no hicieron sino reflejar la falta de fondo físico con la que el Valencia acabaría el partido, y es que la prórroga del miércoles en Mendizorroza penalizó en demasía. El Real Madrid ya podía maniobrar a favor de obra, en todos los sentidos. Y así es, evidentemente, más fácil.

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