Cuatro partidos de Les Corts critican la selección de personal de À Punt
À Punt, la nueva televisión pública, nace vieja sin comenzar sus emisiones. PSPV y Podemos hacen autocrítica y lamentan que sólo el 8% de los contratados sean nuevas incorporaciones.
Podemos, el PSPV-PSOE y Ciudadanos han entonado el mea culpa una vez que sólo un 8% de los contratados por À Punt puede considerarse como "nuevos" de plantilla. El 92% restante de los trabajadores que este lunes empezaron su trabajo proviene de las antiguas Canal 9 y Ràdio Nou (RTVV) en donde la mayoría llevaba muchos años de servicio (la antigüedad era un factor fundamental en los criterios de selección). Compromís, el otro partido del gobierno del Botànic, se desmarca de la autocrítica de sus socios (PSPV y Podemos) y despeja la responsabilidad a terceros. Una actitud reveladora.
El síndic socialista, Manolo Mata, ha lanzado una sentencia demoledora: "Hemos cerrado la puerta a una generación de periodistas que, por razones ideológicas o generacionales, nunca han podido estar en el servicio público" y ahora difícilmente van encontrar trabajo en la que será nueva cadena pagada por los impuestos de los valencianos. César Jiménez, de Podemos, aunque menos contundente, también lamenta que el resultado de las contratación está muy lejos de combinar experiencia y juventud.
¿Por qué Compromís opta por una posición condescendiente pese a las críticas de sus socios y del colectivo periodístico? La actitud de los nacionalistas responde a una lógica elemental. La formación de Mónica Oltra está cómoda y satisfecha con la selección del personal, sobre todo de los "jefes" que tendrá À Punt en su primera etapa, y está segura de que no resultará perjudicada en antena cuando el proyecto ruede. Pero también recela del resultado final del proceso puesta en marcha -vista la evolución de los acontecimientos- y quiere desmarcarse lo más posible del Consell Rector y de sus decisiones, que asegura son autónomas.
El portavoz en Les Corts, Fran Ferri, sostiene que el proceso lo ha llevado a cabo el Consell Rector de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació que es "un órgano independiente al control político". Ferri parece olvidar que las reglas del juego las fijaron los partidos del Botànic más Ciudadanos en Les Corts, entre ellas la composición del grupo de notables que han decidido la parámetros para entrar o no a trabajar. Además, el parlamento valenciano pudo y no lo hizo establecer un porcentaje mínimo para facilitar el rejuvenecimiento de la plantilla.
"El Consell Rector hace lo que hace en base a una ley. Yo no soy Consell Rector y yo lo haría distinto, pero respeto su decisión porque es lo que ha decidido", dijo Ferri a modo de justificación. En su opinión, modificar la ley es "complicado". "Mi prioridad ahora es que arranque la televisión y comiencen los procesos de selección".
Los tribunales como solución
El síndic socialista en cambio evitó los circunloquios. "No está bien el porcentaje y si la fuerza política que pilotó, impulsó y condicionó esta ley hace autocrítica es una buena noticia -en alusión a Podemos-, pero hoy por hoy no hay otra situación que los tribunales". Mata no pone en duda que las bolsas de empleados "se ajustan a la ley" pero asume que "cierran la puerta a una generación de periodistas". "Espero que cuando tengamos que consolidar los puestos de trabajo se tengan en cuenta estas situaciones para que no se vuelvan a reproducir", añade.
Podemos asume un cierto fracaso en el proceso. Había una voluntad de los grupos del Botànic y de la directora general de À Punt, Empar Marco, de que hubiera una plantilla que conjugara experiencia y juventud, "es evidente que de momento no lo estamos consiguiendo", sentencia Jiménez.
Ciudadanos se desmarca del "monstruo de siete cabezas"
La portavoz de Ciudadanos, Mari Carmen Sánchez, sostiene que su grupo está absolutamente desengañado con el proceso, tanto es así, que hoy se habría replantado su voto a favor de la ley de creación. "No existe la transparencia e imparcialidad que se nos había prometido". À Punt, dijo, se está convirtiendo en un "monstruo de siete cabezas" con los "vicios y errores de la antigua RTVV". "Si empezamos así, no sé dónde va a acabar todo esto". Para el PP, único grupo que se opuso a la nueva televisión, lo hechos le están dando la razón.