¿Por qué el Valencia CF es el peor equipo en lo que llevamos de segunda vuelta?

Aunque la situación no es, a día de hoy, ni mucho menos desesperada, no es menos cierto que empieza a generar cada vez algo más de inquietud.

Dependencia de Gonçalo Guedes:

La influencia del jugador propiedad del PSG en el entramado ofensivo valencianista es cada día un poco más grande a tenor de la diferencia - ya no sólo en cuanto a goles, sino también en lo que a creación de oportunidades se refiere- que marcan los datos en torno a su presencia o no sobre el verde.

Si ya se pudo observar ese bajón de juego durante su primera convalecencia en el mes de diciembre (primeras derrotas del curso ante Getafe y Éibar), éste su segundo periodo de baja no ha hecho más que corroborarlo: 33 minutos en Las Palmas, solamente el primer tiempo frente al Real Madrid, unido a su no disponibilidad el pasado domingo en feudo colchonero han significado losas de demasiado pesadas para el conjunto valencianista, máxime cuando éste ya había logrado dejar atrás ese primer bache de la temporada, en buena medida, debido a las brillantes actuaciones del propio Guedes en las victorias ante Girona y Deportivo.

No resulta nada descabellado pensar que, incluso los propios rivales, son sabedores de lo previsible de una ofensiva con los de Marcelino huérfanos de la profundidad y el desequilibrio que acostumbra a aportar el bueno de Gonçalo.

Rotaciones obligadas y otros cambios de Marcelino:

Expresábamos semanas atrás nuestras dudas en relación a la composición de la plantilla en su globalidad y, a su vez, acerca del rol que el banquillo pudiera o no ser capaz de desempeñar. Pues bien, por desgracia para el aficionado che, esta incertidumbre (especialmente cuando ha habido que compatibilizar las dos competiciones) ha demostrado estar fundada.

Para muestra, el último choque en el Wanda Metropolitano; en el cual, un conservador técnico asturiano, utilizaba como interiores a Lato y Maksimovic, dos hombres que, al margen de no haber contado hasta el momento con su confianza, se veían obligados a ocupar sendas posiciones en las cuales, obviamente, no se sienten tan cómodos, quedando (esperemos que no sea así) señalados para futuros compromisos dada su prácticamente nula contribución atacante, en un encuentro que no disputaron de inicio Carlos Soler ni Rodrigo, siendo ésta una decisión técnica más que discutible.

Sea como fuere; lo cierto es que el único de los no habituales en el once al que, al parecer, se puede recurrir sin que el equipo tenga que resentirse no es otro que Santi Mina, a la espera, eso sí, de la consolidación de un Coquelin, que va por buen camino.

Baja forma de Simone Zaza:

Es algo que el cuadro valencianista está sufriendo en grado superlativo. El 9 de diciembre Simone Zaza veía puerta por décima ocasión en esta liga al colaborar mediante certero remate de cabeza en la trabajada victoria por 2-1 ante el Celta ... pero el ex delantero de la Juventus siempre ha sido un jugador proclive a sufrir altibajos a lo largo de su ya dilatada trayectoria.

Ni que decir tiene que estos dos meses sin marcar de ariete internacional azzurro están suponiendo un lastre tremendamente complicado de sobrellevar para una escuadra como la valencianista que "vive" tan solo de dos tantos de Santi Mina a la salida de sendos saques de esquina en lo que va de segunda vuelta.