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Giner (II): "Ribó no puede expulsar a los vecinos e impedirles llegar al centro"

En esta segunda parte de la entrevista concedida a ESdiarioCV Fernando Giner señala algunas de las, a su juicio, principales carencias del actual Govern de la Nau.

Fernando Giner

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Vicente Climent/Álvaro Errazu

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En esta segunda parte de la entrevista concedida a ESdiarioCV . Fernando Giner señala algunas de las, a su juicio, principales carencias del actual Govern de la Nau. Para el líder de Ciudadanos Joan Ribó tiene que dejar de prohibir, y dialogar.

En la primera parte de esta entrevista hemos hablado de turismo, economía, vivienda, del paro, ... ¿y de la movilidad de la ciudad, qué tiene usted que decir?

Me comprometo si soy alcalde a que la frecuencia de la EMT no supere los 10 minutos. Ningún valenciano va a tener que esperar más de 10 minutos para coger un autobús. Menos los que son de ruta, como el 25 que va al Perelló, eso es distinto. Bicicletas sí, pero no por las aceras. Existe el coche eléctrico y hay que potenciarlo. Lo que tiene que hacer Ribó es dejar de prohibir. Hay una cosa que se llama la libertad del ciudadano.

Un ciudadano se desplaza como quiere, como le da la gana, o como puede. Supongamos una persona que tiene a su madre en Alfafar, despacho en Alboraya y que tiene que venir al centro de Valencia. Ese ciudadano ha de desplazarse, lo más seguro, en un vehículo propio. Tú no puedes demonizar el vehículo por cuestión de ideología.

Los ciudadanos de Valencia son intermodales

Hay que pensar además que el ciudadano es intermodal: un día te apetece ir paseando porque tiene más tiempo, otro día prefiere ir en autobús con su hijo, otro le apetece ir en bicicleta ¡claro que sí!, y otro día necesita coger el coche. Cada ciudadano tiene sus necesidades.

Lo que tienes que hacer es respetar la libertad, no prohibir por prohibir, y si quitas una opción a un ciudadano enseguida le tienes que dar otra. Si la idea es ir a una circulación sostenible vamos a comprometernos a que la EMT tenga unas frecuencias no superiores a los 10 minutos, a que esté las 24 horas, y vamos a facilitar el coche eléctrico, que no contamina, y a poner aparcamientos para que la gente pueda desplazarse. Y todo con planificación, que es muy importante. Porque si yo voy a abrir un comercio en una calle y no sé si va a ser peatonal, ni sé los horarios, ni el IBI, ni nada ...

Ya pero ¿por qué ustedes circunscriben el transporte público a la EMT, si aquí hay un transporte público que es el metro que también está en la ciudad?

En el metro tengo que llegar a acuerdos con la Conselleria. Y el alcalde de Valencia tiene que tener la visión de la gran Valencia, el concepto del área metropolitana, porque sí aquí somos 780.000, en el área metropolitana somos 700.000 más. Y por lo tanto yo estoy de acuerdo con que el alcalde tiene la obligación de sentarse hablar con la Conselleria y con todos los alcaldes del área metropolitana para dar un servicio que ya no sería la EMT, sería un transporte interurbano.

Son las poblaciones las que están dando soluciones al problema del transporte, no el alcalde de Valencia. No podemos expulsar primero a los vecinos el centro de Valencia y luego impedir que los vecinos lleguen al centro de Valencia. La movilidad es necesaria el desarrollo de una ciudad, y es lo que no está haciendo Ribó.

Hay que dar la licencia antes de que el comercio tenga que cerrar

Desde el punto de vista comercial ¿cuál es su modelo?

Lo primero, dar unas licencias en tiempo. Se cierran comercios que todavía no han recibido la licencia. La Administración tiene que facilitar las cosas. Estamos viendo situaciones superiores al año, el departamento de licencias está colapsado. Hay que hacer que el papeleo sea rápido y no pedir al ciudadano documentos que ya tenga la Administración, no te puedo pedir otra vez el mismo papel sí ya lo tengo, mi obligación es buscarlo. Segundo, no podemos perder nuestro comercio tradicional.

El comercio de barrio me parece fundamental, da vida y esto tiene que ir acompañado de clarísimas campañas en las épocas de mayor venta. Y hay que ver qué tipo de comercio es fundamentalmente valenciano. Respetamos y queremos todo el comercio, pero deberíamos ver en el centro y en las zonas turísticas fundamentales de la ciudad comercio valenciano, no franquicias internacionales. En resumen, es tan fácil como preguntar al que sabe, que la Administración sepa qué papel ha de jugar, y no querer imponer una ideología.

Llegar a ese concepto de segunda ciudad de España ¿cómo se consigue?

Con planificación.

En 10 años tendremos 100.000 valencianos mayores de 80 años

Pero si queremos ser los segundos tendremos que pasar a Barcelona. ¿Cómo lograrlo?

Como he dicho, Valencia tiene las condiciones necesarias para conseguirlo. Eso sí, como sigamos así cuatro años más es que nos pasan otras que han apostado por el turismo de cultura, de congresos por hacer bien las cosas … Sevilla, Málaga … Tenemos las condiciones necesarias (para ser la segunda ciudad) con la Ciudad de las Artes y las Ciencias y con un centro histórico que me recuerda la Italia renacentista.

Tenemos una combinación de mar y temperatura, y los jardines y parques que tenemos, que no tiene ninguna otra ciudad. Y con la situación que he dicho antes que tiene el Mediterráneo veo posibilidades de que Valencia durante los próximos 4 u 8 años coja una velocidad de crucero que le haga convertirse en la segunda ciudad más importante de España, y que además recuperemos nuestra autoestima.

… sin aumentar notablemente el número de habitantes …

Más que tocar el número de personas, que venga más gente, lo que hay que hacer es que rejuvenecerlo. Vamos a llegar a tener más de 100.000 personas mayores de 80 años en Valencia de aquí a 10-15 años. Si nuestros jóvenes se nos van y la población envejece pues eso no es lo que yo quiero para la ciudad. Tenemos que ir pensando en cuántas plazas residenciales tenemos en Valencia.

Tenemos la obligación de dar a nuestros mayores una plaza residencial cerca de donde ha tenido su vida cotidiana, que irse a una plaza residencial no suponga un cambio radical de vida, y ése es un reto del alcalde, que tendrá que entenderse con más instituciones para que se consiga. Hay que hacer que sea una ciudad ideal para tener 80 años. Y para invertir.

Y a la Ciudad de las Artes y las Ciencias hay que dotarla de contenido. Lo que necesita Valencia en estos momentos es una cuestión más de gestión, de regeneración, de proyección que de otra cosa. Y sobre todo, de diálogo. Hemos pasado de una época de un modelo agotado en el que no se hablaba con la gente a otro en el que tampoco se habla con la gente. Ribó se hace la foto, pero eso no es dialogar. Y lo están diciendo los comerciantes, los del mercados municipales, todos los colectivos.

El tema educativo y universitario es algo que no suelen tocar mucho los alcaldes, está ahí pero como si no fuera con ellos.

Podemos y debemos hacer en este terreno. En Valencia tiene que ser posible ser padre o madre y trabajar, que no sea una odisea. Entonces, centros educativos de 0 a 3 años: el cheque escolar tiene que ser para todos, y así no nos equivocamos. Hay 180 centros educativos en Valencia de 0 a 3 años.

Es decir, que ya hay una infraestructura creada. Son 7.000 niños de 0 a 1, 7000 de 1 a 2, y 7000 de 2 a 3, pero escolarizados sólo son unos 10.000. Segundo punto, los colegios municipales: los colegios los hemos visitado y hay problemas hasta en la reposición de los profesores, que ahora están subsanados.

Podría entrar también en la Formación Profesional, deberíamos llegar a un acuerdo por la Conselleria para poder desarrollar la Formación Profesional dual, sabiendo que la dual es muy difícil por el tamaño de la empresa que hay en Valencia. Pero si desarrollamos el concepto de la capital del diseño y creamos un downtown para los servicios profesionales puede ser perfecto para compaginar la formación dual con la FP.

Y luego la Universidad y los grados: Valencia debería liderar grados universitarios o másters ligados a sus ventajas estratégicas, como pueden ser las fiestas, las Fallas, o cómo puede ser el agua, en lo que deberíamos ser los mejores. Deberíamos trabajar para que nuestras universidades pudieran desarrollar eso con comodidad, y ahí tenemos que facilitar y ayudar en lo necesario.

Y al Erasmus se le puede fidelizar: si han estado seis meses o un año ¿por qué no tienen que volver? Es decir, con un concepto global e integral de la ciudad, sin grandes inversiones porque lo fundamental ya está hecho, es muy posible desarrollarla y hacerla próspera.

En el caso de que usted conseguirá más votos que el resto y hubiera la opción de pactar con el PSOE ¿la contemplaría?

Hay un tema que me preocupa personalmente, que son las tradiciones, centenarias, que nos pertenecen a todos y que Ribó las está ninguneando. Esto está está dentro del proyecto de Valencia para el 2023 y el 2027. Lo que tenemos es un proyecto y hay que compaginar ese proyecto. Si se dan esas condiciones y hay regeneración nos tenemos que sentar a hablar.

Tiene que primar el proyecto, no podemos aspirar a tener un contrato, como pasa ahora. De lo que hay que hablar es de ese proyecto. Y que se cumpla el requisito indispensable de la regeneración, con eso no podemos ser flexibles.

Vicent Sarrià nunca imaginó tener de jefe a Grezzi

¿Existe la posibilidad de acuerdos a varias bandas?

Lo que no se puede permitir esta ciudad es cuatro años más de gobierno con Ribó.

Las últimas encuestas dan a Ciudadanos triunfadora en número de votos tanto en Valencia como en Alicante, y en eso son ustedes rara avis, porque en el resto de grandes y medianas medianas ciudades no pasa. ¿A qué atribuye esta circunstancia?

Lo primero, al trabajo que está haciendo Ciudadanos a nivel nacional. Somos un partido que tiene el mismo proyecto en toda España y eso es una máxima que nuestro presidente Albert Rivera siempre está diciendo. Tenemos que defender, más que el proyecto de Ciudadanos, a España.

Los valencianos somos valencianos pero no queremos dejar de ser españoles. Segundo, los comicios que de Cataluña han ayudado. Y tres, hemos hecho una oposición muy seria siendo un partido muy joven, hemos conseguido que Ribó muchas cosas no las haga.

Del PSOE lo que no entendemos es que tenga que decirle a Ribó que sí a todo. (El concejal) Vicent Sarriá ni en sus peores pesadillas imaginó que Grezzi fuera a ser su jefe. ¡El de movilidad, del de urbanismo. Y encima Grezzi! Pero al final hay una figura que es Ribó, que está haciendo una ciudad a su ideología.

Lo que no se entiende bien es que si tienen unas expectativas electorales buenísimas hayan tenido una crisis en el grupo parlamentario y ahora recientemente se les vaya un concejal.

Lo del tema del concejal ha sido un motivo personal, y ése ha sido el asunto, se corre la lista y ya está.

¿Y lo de que dicen que es usted muy personalista y por eso algunos concejales tiran la toalla?

Si la cuestión es si tengo que hacer autocrítica, pues claro, he tenido que aprender a hacer política en tres años.

¿Ya se siente capacitado para ser alcalde?

Nos estamos preparando para ser alcalde y Ciudadanos es el partido que puede poner a Valencia en el sitio que se merece en España.

¿La Generalitat les parece muy complicada y por eso se centran en lo municipal?

Yo es que soy el portavoz en el Ayuntamiento. Pero el grupo parlamentario está haciendo un extraordinario trabajo, con una oposición bastante seria.

¿Toni Cantó ya sabe lo que quiere hacer?

Lo primero es que (aquí) hay primarias y deciden los afiliados. Eso que quede claro.

¿Le ha comentado lo que quiere hacer, venir a primarias o quedarse en Madrid?

Son decisiones personales de cada uno. Y queda tanto …

En 2013 le dije a mi mujer que lo que no voy a hacer ya más es quejarme y no actuar

En su caso, ¿cree que habrá batalla?

Eso depende de los demás. Sería lo normal. Lo normal es que se presente más gente, porque para eso están las primarias.

¿Están llamando mucho a la puerta para entrar en el partido?

Nosotros estamos siempre con las puertas abiertas al talento y a la gente válida para trabajar. Ahora la preocupación es conseguir que Valencia tenga un gobierno que la pueda proyectar al 23 y al 27. Y ésa fue mi preocupación cuando entré en política en el 2015: venir de la sociedad civil, estar un tiempo, y ser capaz de mejorar la ciudad en la que vives.

En 2013 yo estaba en la Casa de la Caridad de voluntario y hubo un momento en que hablé con mi mujer, Merche, y le dije: lo que no voy a hacer ya más es quejarme y no actuar. Encontré este proyecto, que es Ciudadanos, y con esta vocación estoy.