Kondogbia y Neto acercan al Valencia al podio de la liga

Bien es cierto que los bilbaínos no gozan en la actualidad, ni mucho menos, de un buen momento futbolístico; algo que, de alguna manera, sería el detonante de su abuso del juego directo durante la práctica totalidad del choque.

Sin embargo, las prolongaciones de hombres tan bien dotados para ese arte como son los siempre combativos Raúl García y Adúriz ponían en dificultades a la zaga valencianista, provocando que el hoy extraordinario Neto Murara tuviera que reclamar su cuota de protagonismo ya desde los primeros compases al detener un cercano remate de San José.

De cualquier modo, un hoy muy renovado un su once Valencia CF no tardaría en sacudirse ese dominio. Y lo hizo de la mejor manera posible. Geoffrey Kondogbia recibió un balón en la frontal y, con tiempo para pensar, envío una magnífica rosca pegada a la cepa del palo ante la que Kepa nada podría hacer. Era el minuto 23 y el gran mediocentro francés ya había repetido la misma operación de Cornellá hace unos meses: golazo cuando más a merced del rival estaba su propio equipo.

Y, por otro lado, en breve espacio de tiempo (10 minutos más tarde), el otro protagonista del duelo bajo prisma che, iba a demostrar el porqué de su merecido apelativo de muro (casi) infranqueable para los leones en la tarde de hoy, realizando una intervención felina a lanzamiento de Adúriz desde los once metros tras tan innecesario como claro derribo de Murillo a Susaeta dentro del área. No parece haber recuperado el ritmo competitivo el central colombiano, si bien eso no era óbice para que el Valencia enfilara el túnel de vestuarios con ventaja.

No obstante, si una de sus tradicionales señas de identidad mantiene hoy por hoy el Athletic Club, esa no sería otra que la de nunca bajar los brazos en su feudo de San Mamés. Ese axioma, unido en hasta ocasión al desajuste valencianista a balón parado (el enésimo en lo que va de segunda vuelta), consistente en no tapar adecuadamente el rechace tras una falta lateral, propiciaban que De Marcos igualara la contienda a los cuatro minutos de la reanudación previo colocado disparo desde la frontal al palo corto. Pequeños destellos posteriores de Vietto y el joven debutante (aún a unas horas de cumplir la mayoría de edad) Ferran Torres no impedían el escenario al que no íbamos a ver abocados; y es que el Athletic apretaba de lo lindo y cada vez con algo más de intensidad -como suele ser habitual en La Catedral- a medida que transcurrían los minutos.

Ni siquiera la entrada en el terreno de juego de los pesos pesados Guedes, Rodrigo o Carlos Soler (capítulo al margen merece la no presencia sobre el césped del pichichi valencianista Santi Mina) conseguía hacer virar el panorama de dominio local que, afortunadamente, no se vio plasmado en el tanteador al no lograr dar con los tres palos Adúriz y Raúl García en sus respectivas oportunidades durante este tramo final.

En resumidas cuentas, una igualada que se puede considerar más que positiva habida cuenta del desarrollo del encuentro y que, a la vez, supone un pasito más en pos de garantizar el tan ansiado billete para la Champions.