Cómo eliminar los impuestos de sucesión y patrimonio sin descuadrar cuentas

A veces se hacen promesas electorales sin pensar, sin hacer números, o simplemente se intenta engañar al electorado. Por eso, cuando defendía hace una semana que debería desaparecer el impuesto autonómico de Patrimonio y Sucesiones, algunos tuiteros preguntaban cómo cuadraríamos las cuentas de la Generalitat Valenciana. La pregunta es lícita y lógica.

Hay que explicar que por impuesto de patrimonio, la Comunitat Valenciana recaudó aproximadamente unos 100 millones de €, un 0'57% del Presupuesto total. Son unos 2.000 declarantes valencianos. Del mismo modo, por impuesto de sucesiones se pagan en la Comunitat Valenciana 190 millones de euros. Esto hace un total 290 millones de euros. Algo más del 1'6% de presupuesto de la Generalitat Valenciana.

Estos dos impuestos son claramente injustos, porque se trata de pagar por segunda vez por algo que ya estuvo tributado anteriormente. Si en lugar de pagar el impuesto, la renta no recaudada, se puede invertir por el propio declarante, se genera movimiento económico, trabajo e inversión privada. Aumentando el PIB, y posiblemente la recaudación de impuestos. Es la curva de Laffer, por la que una reducción de impuestos provoca paradójicamente un aumento de la recaudación.

Sabiendo que ambos impuestos son autonómicos, sabremos que son impuestos que se pueden tratar en Corts Valencians. Pero, además, la carga fiscal depende de autonomía en autonomía. Como alguna gente sabe, en Madrid hay bonificaciones y deducciones para estos impuestos, hasta del 100%... lo que es una gran diferencia respecto a la fiscalidad valenciana. Si los ciudadanos y empresas pueden variar su residencia fiscal… ¿A dónde se obliga a concentrarse el Patrimonio? A Madrid, claro. Con este impuesto se está redistribuyendo "territorialmente" la riqueza, muy injustamente, por cierto.

Hasta aquí cuánto y por qué hay que eliminar estos dos impuestos autonómicos en Valencia. Ahora, veremos cómo gestionar presupuesto de la Generalitat Valenciana.

La Generalitat Valenciana tiene un déficit anual de unos 1.300 millones €. Esto se compensa con deuda y con el FLA (que es deuda). Sin la recaudación de estos impuestos el déficit sería de 1.600 millones €. Supongamos, que la Curva Laffer no funciona (que, en este caso, sí funcionaría). Caben dos opciones: 1) reducir gasto Generalitat Valenciana; y, 2) aumentar ingresos por otras vías. Se nos ocurren mil partidas en las que reducir el gasto de la Generalitat por fallos de gestión. Pero, en todo caso, para mí, lo más sangrante es la devolución de la deuda de la Generalitat Valenciana con el Estado: 4.000 millones de €/año.

Como partimos de una situación de infrafinanciación, esta deuda de la Generalitat Valenciana con el Estado es artificial, injusta y ridícula. Eliminando la deuda, tendríamos 4.000 millones € anualmente más. Esto da, directamente, saldo positivo de 2.600 millones €/año. Por tanto se podrían bajar los impuestos.

Igualmente, como la Comunidad Valenciana tiene una renta inferior a la media española, por el principio de solidaridad (art. 138 de la Constitución), no deberíamos pagar más impuestos que la media, sino recibir inversión. Esta diferencia, entre lo que pagamos y lo que deberíamos recibir, es de 6.000 millones de € al año. De nuevo, más superávit. Otra vez, se puede bajar aún más los impuestos.

Si estas vías, que están en la agenda política de Som Valencians no se pueden conseguir a corto plazo, que sobre el papel cumplen con creces el objetivo de compensar una eliminación de 290 millones de euros recaudados por Patrimonio y Sucesión, hay una opción más factible e inmediata.

Por la AP-7 la economía valenciana paga unos 325 millones € anuales en peajes. Con la reversión de la autopista, se puede firmar un convenio de colaboración público-privada, y dejar libre la AP-7 para residentes, mediante una tarjeta magnética que liberara los peajes para los residentes en la Comunidad Valenciana. Pero los peajes derivados de los movimientos por carretera debidos al turismo y transporte de mercancías supondrían 250 millones €/año. El presupuesto no variaría. Simplemente habría un cambio impositivo.

*Secretario general de Som Valencians