Un capitán del Mossad en Valencia y una noche ´Bárbara´
En 1961 un comando de cuatro agentes del Mossad intentó secuestrar y enviar a Israel para ser juzgado al líder nazi León Degrelle, que se ocultaba en España.
El 8 de mayo de 1945, el mismo día que se anunciaba el fin de la II Guerra Mundial, un bombardero alemán despegaba desde Noruega rumbo a España llevando a bordo al líder nazi belga y coronel de las SS León Degrelle.
El Heinkel 111 tenía una autonomía de 2.100 kilómetros y la distancia desde Oslo a San Sebastián es de 2.150 kilómetros, así que había un riesgo alto de que León Degrelle acabara estrellado en el Mar Cantábrico…, pero claro, no tenía más opción. Sabía que sólo llegando a España podría eludir el juicio sumarísimo y la horca.
El avión amerizó en la playa de La Concha de San Sebastián, no con pocos problemas. El coronel de las SS estuvo a punto de morir entre los amasijos de hierro, pero finalmente se recuperó en un hospital militar, y las autoridades españoles le otorgaron una identidad falsa para no tener que atender la petición de extradición de Bélgica que ya lo había condenado a muerte.
León Degrelle se convirtió, pues, en José León Ramírez y se dedicó a la construcción y a los negocios inmobiliarios en la provincia de Sevilla.
En 1960 algo revolucionó a todos los gerifaltes nazis que vivían escondidos en distintos países tras la II Guerra Mundial. El Mossad, el servicio de inteligencia hebreo, localizaba en Argentina a Adolf Eichmann, pieza clave en la implementación del holocausto judío. Tras secuestrarlo, fue sacado en avión y llevado a Israel donde se le juzgó y se le ahorcó.
El éxito de esta captura hizo que el Mossad decidiera iniciar la caza de León Degrelle. Sabían que estaba oculto en el sur de España y protegido por una identidad falsa. No tenían todos los datos, pero sí los suficientes para intentarlo animados por el éxito conseguido en Argentina.
El primer agente en entrar en España fue un capitán del ejército israelita y director de la operación. Con una identidad falsa –“Igon Mossenson”- consiguió un visado en Marsella y pasó la frontera sin problemas el 2 de julio de 1961, poniendo rumbo a Valencia donde debería agruparse todo el comando.
Dos días después, volvieron a intentarlo –juntos- otros dos componentes del equipo, pero fueron descubiertos en la frontera y se les intervino armas de fuego y un dossier con información de León Degrelle.
“Mossenson” esperaba impaciente en Valencia la llegada del resto del comando. Aunque no fue delatado por sus compañeros detenidos, su nerviosismo y su inusual comportamiento en Valencia levantaron sospechas y fue arrestado el 14 de julio.
Al capitán se le encontró un rollo de película sin revelar con el nombre de uno de los detenidos en Barcelona escrito sobre él.
Las autoridades españolas pronto se dieron cuenta de lo que estaba pasando y decidieron cerrar en falso este intento de secuestro. No podían reconocer que León Degrelle estaba viviendo tranquilamente en España bajo identidad falsa.
El tema se zanjó rápidamente. Los detenidos en Barcelona fueron expulsados a Francia por llevar armas de fuego sin permiso. Del tema del dossier, nada que decir. El capitán detenido en Valencia fue devuelto a Marsella porque nada le incriminaba…, sólo una cinta que nadie quiso revelar.
Este intento de secuestro de León Degrelle no se conoció hasta 2005 cuando la CIA desclasificó un informe contando todo esto -que ya sabían los servicios secretos españoles- y algo más que era totalmente novedoso.
El comando no lo formaban tres personas sino cuatro. En Valencia debían reunirse para ir a Sevilla los tres agentes expulsados de España, y una cuarta persona: Bárbara.
Bárbara era una mujer judía de nacionalidad marroquí, rubia, agente del Mossad, y que el 15 de julio de 1961, un día después de la detención de “Mossensson”, cogía el vuelo de Iberia de las 10:10 horas Madrid-Londres y escapaba con los últimos secretos de la operación.
El informe de la CIA no deja lugar a dudas de que el papel reservado a la joven era seducir a León Degrelle para facilitar su secuestro por el resto del comando. El éxito del plan radicaba en su sencillez, en lo que siempre ha funcionado desde los tiempos de Dalila o Cleopatra: la seducción, una noche a solas. Su última noche en libertad.
León Degrelle, buscado entre otras cosas por permitir asesinatos de judíos en el frente del este, iba ser cautivado y embaucado por una joven judía. ¡Qué cosas!
¿Qué hubiera pasado de haberse producido el encuentro el líder nazi y la seductora judía? Pues no lo sabemos. Tampoco sabemos qué había en esa cinta sin revelar, ni por qué la CIA no informó a España, ni qué hubieran hecho las autoridades españolas con esa información.
León Degrelle -o José León Ramírez- vivió a caballo entre Sevilla, Málaga y Madrid hasta el año 1994 sin saber jamás lo cerca que estuvo de acabar sus días ahorcado en Israel.
Hay cosas que es mejor no saber, y ligues de una noche que es mejor no tener.
*Experto en Seguridad y Geoestrategia.