Valencia Basket se diluye en un último cuarto para olvidar

La vuelta del idolatrado Pedro Martínez, esta vez comandando al equipo visitante, se saldó con un éxito para añadir al currículum particular del técnico catalán en la Fonteta. La única lástima, que esta vez tuviera lugar a costa del cuadro taronja...

Los primeros compases del choque hacían presagiar otra buena actuación coral de un Valencia Basket cada vez más seguro (llevaba cuatro victorias consecutivas) en lo que a las citas europeas en su propia cancha se refiere. La gran interpretación del uno contra uno tanto de espaldas como de cara al aro de Fernando San Emeterio, unida a la buena aportación de un Bojan Dubljevic que era capaz de producir con consistencia a través del pick & pop, propiciaron que los taronja se marcharan con cuatro puntos de ventaja (20-16) a la conclusión de un primer cuarto que, a la vez, deparó una buena defensa local, la cual provocaba malos porcentajes en los lanzamientos lejanos de un backcourt alavesista en el que ni Granger ni Beaubois encontraban su sitio.

Poco tardó, sin embargo, Baskonia en revertir la situación mediante el control de un brillante en el día de hoy Marcelinho Huertas; quien basándose en su proverbial lectura del bloqueo directo central, comenzaba a dar sus primeros síntomas de generar anotación para él y sus compañeros a partes iguales (36-31 al descanso para un Valencia Basket que aún en ese momento era capaz de subsistir en defensa).

De cualquier modo, las constantes anteriormente citadas no harían sino acrecentarse a lo largo de un tercer cuarto en el que Marcelinho conseguía, además, involucrar a jugadores fundamentales en el conjunto de Pedro Martínez como Voigtmann o Timma. Mientras tanto, Valencia Basket también continuaba haciendo gala de un buen despliegue ofensivo que comandaban Guillem Vives con su buena dirección y Tibor Pleiss, quien tampoco encontraba en su fascitis plantar escollo suficiente para dominar a Voigtmann y Poirier en las cercanías del aro vitoriano (55-53 al inicio del último periodo).

Por desgracia, a medida que avanzaba el cuarto periodo, Valencia Basket iba perdiendo fluidez ofensiva al no ser capaces unos todavía algo bisoños Sergi García y Alberto Abalde de dirigir el juego de ataque de manera similar a la que había mostrado un Guillem Vives cuya cuarta falta personal a falta de varios minutos para la conclusión resultaría trascendental. Hecho que, no exento de controversia, acabaría por propiciar la discutible decisión de Vidorreta de afrontar los instantes cruciales del choque sin hombre alguno acostumbrado a oficiar de base.

Quien, por contra, sí supo manejar a las mil maravillas el "tempo" de juego fue Marcelinho Huertas, posibilitando el despegue visitante a través de sus asistencias que materializaban en puntos sencillos hombres como Garino o Poirier, quienes supieron aprovechar el cansancio que mostraba la defensa taronja, para así, a su vez, hacer llegar sin mayor dilación lo inevitable: el propio Txus Vidorreta reconoció en la rueda de prensa que lo coherente pasa ya por centrarse única y exclusivamente en intentar defender la corona en la Liga Endesa.