Valencia Basket se toma un respiro a costa de un flojo RETAbet Bilbao

Los 18 puntos (con 28 créditos en su valoración particular) del alero cántabro contribuirían de forma decisiva en un choque en el que los vascos aguantaron tan solo hasta mediado el primer cuarto. El 22-14 a la conclusión del mismo no hacía sino refrendar la sensación de dominio ofensivo de los taronja, con los interiores Dubljevic y Thomas anotando con regularidad desde el perímetro, para así, abrir la defensa visitante; a lo que, a su vez, se unía la falta de fluidez de los vizcaínos, situación esta que viene tomando carácter endémico a lo largo de su singladura por la actual campaña.

El 41-32 con el que nos marchábamos a los vestuarios dejaba entrever cierta relajación de los de la Fonteta -el no mantener la misma intensidad durante los 40 minutos continúa constituyendo su principal talón de Aquiles-, a la vez que se podía entender como fruto del pequeño éxito cosechado por las defensas alternativas de disposición zonal que el técnico visitante Veljko Mrsic había ordenado.

La vuelta a la pista tras el paso por los vestuarios iba a resultar definitiva para unos taronja que, a través de un aumento de su agresividad defensiva, iban a lograr su objetivo de establecer la ruptura del encuentro en lo que a su ganador se refiere. Y lo iban a realizar contando con la inspiración de Alberto Abalde -hoy una vez más llevando el peso del equipo desde el puesto de base- y Erick Green, quienes se mostraron capaces de acompañar con éxito al siempre entonado Fernando San Emeterio (70-49 tras estos primeros 30 minutos de juego).

Poco más habría deparado un choque en el que los bilbaínos se diluían a medida que pasaban los minutos, dependientes exclusivamente de los fogonazos individuales personificados en Todorovic o Bentil a la hora de anotar, de no haber sido por el esguince de tobillo (esperemos no sea grave) de San Emeterio; o por los curiosos problemas emanados de las averías que sufrieron tanto bocina como reloj de posesión; algo que, dicho sea de paso, provocó que la duración total del partido se fuera hasta, prácticamente, las dos horas... aunque, desde el punto de vista práctico, resultara mucho menor.