La ciudad no es para mí. Eadem sed aliter

Nada nuevo bajo el sol. Ignacio de Loyola en mil quinientos y pico. Lampedusa en el Gatopardo a mediados del veinte. Definitiva la sentencia del jesuita primero, “en tiempo de desolación no hacer mudanza” … pues los presentes resultan de desolación continuada. Perspicaz y premisa la del censurado aristócrata italiano “que todo cambie para que todo permanezca” … como si adivinara las consignas populistas de la “nueva política” en Europa.

Ojalá vea la luz, Dios y los comerciantes del Mercado central mediante, la propuesta de Quintana y Peñín para la plaza de Brujas (¡enhorabuena!), sensata y sensible, con un grado de modernidad intemporal que la ennoblece. Tal vez pudiera regresar a su sitio la piedra de la Melancolía ideada por Durero y construida por Román Jiménez en homenaje a Luis Vives ...

Mientras se aclarará si está o no procesado Fuset, o si sigue siendo alcalde –procesado- el de Alicante. Y de paso, si las prácticas políticas resultan delictivas o no, según quién las acometa y quién mande o quién esté en la oposición. Independencia de poderes aparte.

Dice la acerada escritura de Arcadi Espada, haciendo honor al apellido, que Camps es un buen tío. Lo recuerda para los que ya lo sabemos. Lo que no está mal para evitar el olvido. Los que no quieren ni oírlo no paran con la mateixa matraca, y no es mouran.

Marzá que Cultura hará lo que haga falta para hacer realidad el museo Sorolla. Toda una declaración de precisión para almas cándidas tan incrédulas en otras ocasiones. La libertad os hará verdaderos (prematura posverdad), que dijo aquel en Washington destrozando a San Juan (8.32), para regocijo de los suyos y perplejidad de ajenos.

Esta sociedad –sigo insistiendo- llamada del conocimiento, otorga más valor al emisor que al mensaje en una peligrosa deriva hacia el totalitarismo. Si Carlos Castilla del Pino levantara la cabeza …

Ahora que estem en Falles, patrimoni de la humanitat por inteligente y constante iniciativa de Rita Barberá, lo de fraudemont ya es de traca. Mientras mis amigos catalanes aguantan con estoicismo un sainete que devendrá finalmente en drama si nadie lo remedia. ¡Que pase el siguiente … candidato!

El día a día de millones de españoles y de unos cuantos millones de valencianos, cursa silencioso y atareado en lo común, con el sobresalto diario de lo noticioso. Per a morir-se.