Rodrigo y Zaza encienden la mecha en el festival valencianista
Valencia CF 3 - CD Alavés 1. Únicamente el arquero visitante Pacheco puede evitar una mayor goleada de un cuadro de Marcelino que pasó como un rodillo por el encuentro.
El ambiente fallero que rodeaba al choque invitaba al Valencia a salir con la intensidad y el dinamismo demostradas, prácticamente, desde el primer instante.
Y por si eso fuera poco, había que añadir lo especial del partido para Dani Parejo, quien en los primeros minutos ofreció varias pinceladas de su gran estado de forma, con dos disparos lejanos propios precisamente de un hombre lleno de confianza, el segundo de ellos desviado magistralmente a córner por Pacheco cuando se colaba por la mismísima escuadra.
Sin embargo, no sería hasta el filo del ecuador del primer tiempo -y no sin antes haber mostrado el Alavés sus credenciales a lo contra mediante oportunidad clara en la cabeza de Sobrino bien detenida por Neto- cuando una magnífica maniobra de delantero centro puro de Simone Zaza era aprovechada por un Rodrigo Moreno que definió la acción como últimamente nos tiene acostumbrados, alojando el esférico fuera del alcance de Pacheco; algo que haría saltar por los aires el cerrojo de los de Abelardo.
El 1-0, seguidamente, daría paso a una fase del partido que los locales gobernaban con mano de hierro, y que acabarían por traducir en el premio de ampliar el marcador, mediante otro de los registros que mejor manejan en los últimos tiempos: una acción a balón parado en forma de falta lateral, empujada a la red por el hoy brillante Simone Zaza, quien supo anticiparse oportunamente a la zaga. Sólo el meta Pacheco podía, ya por ese entonces, contener un aluvión de juego valencianista al que ya se había sumado con peligro un algo más activo que en anteriores encuentros Gonçalo Guedes.
No obstante, el arranque del segundo acto deparó algún que otro sobresalto propiciado por errores de la retaguardia che. Tanto fue así, que del fallo cometido por Gayá al no calcular bien el salto en un balón aéreo, iba a sacar rédito el jugador revelación babazorro Martín Agurregabiria para servir a Rubén Sobrino un cuero en bandeja tras el que el atacante manchego recortaría distancias.
De cualquier modo, poco iba a durar la alegría de los visitantes, ya que el central Laguardia, muy a su pesar, impulsaría el esférico a las profundidades de su propio marco tras un servicio que Carlos Soler había enviado al corazón del área como culminación de un contragolpe fulgurante de los de Marcelino.
A partir de ahí, el Valencia no cejó en su empeño de ofrecer un buen espectáculo a una afición de Mestalla que si no vio ampliada la renta en el marcador fue, única y exclusivamente, por las valiosas intervenciones del citado guardameta Pacheco, destacando una en los minutos finales frente al potente trallazo que Martín Montoya intentó.
Y eso es, exactamente, lo que la holgada situación clasificatoria permite al Valencia CF: buscar un deleite como el que, en el día de hoy, sus exigentes aficionados pudieron paladear.