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Criptomoneda y libras valencianas

La criptomoneda valenciana real valencià toma su nombre de la moneda característica del antiguo el reino de Valencia desde 1247 hasta 1707

Criptomoneda y libras valencianas

Publicado por
Carlos Mora *

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El pasado día 22 se celebró la presentación oficial de la criptomoneda valenciana real valencià. Toma su nombre de la moneda característica del antiguo el reino de Valencia desde 1247 hasta 1707.

Una criptomoneda es un medio digital de intercambio que no se rige por ningún banco central o gobierno. La primera y más famosa de ellas fue el bitcoin, que comenzó a operar desde 2009. Sus revalorizaciones récord, la controversia o viabilidad jurídica de la misma aparecen periódicamente en la prensa. Se trata, por lo tanto, de un capítulo de rabiosa actualidad dentro de la historia del dinero. Sin embargo, durante la época foral en la que Valencia acuñó moneda también existían monedas “virtuales”, sin formato físico, pero de notable importancia económica.

Como sabemos, nuestra moneda actual, el euro, es una moneda fiduciaria. Es decir, objetivamente se trata de un elemento que carece de valor “por sí mismo”: el metal de una moneda de 1€ no vale, intrínsecamente, dicha cantidad. Representa, por tanto, una riqueza aparente, sancionada por la confianza y promesa de pago por parte de la entidad emisora. Y de ahí su nombre, pues proviene del latín fiduciarius, de fiducia, confianza. Anteriormente las monedas sí poseían valor intrínseco y su peso era lo que determinaba realmente su valor.

El sistema monetario valenciano poseía como unidad de referencia la libra (lliura), al igual que en los restantes territorios peninsulares de la Corona de Aragón, Mallorca y Cerdeña. Se trata de una reminiscencia del sistema monetario carolingio, basado en el peso de la plata. La libra se dividía, a su vez, en 20 sueldos (sous) y cada sueldo en 12 dineros (diners). Dicho de otro modo, 1 libra equivalía a 240 dineros.

No obstante, con la excepción del diner, no se trataba de monedas efectivas. Es decir, no poseían acuñación física: no existía una moneda de 2 libras, por ejemplo. En su lugar, la libra y sus fracciones se utilizaban como moneda de cuenta, como expresión de valor. En una época donde también circulaban numerosas monedas extranjeras de diferentes pesos y calidades, contar con una expresión de valor de referencia era muy útil. De este modo, aunque las monedas físicas fueran otras, la contabilidad valenciana las reducía todas a libras, sueldos y dineros. Esta expresión de valor única facilitaba establecer equivalencias y valores de mercado.

1 real valenciano poseía un valor de 18 dineros. Aunque en cada territorio la libra mantenía idéntica división en sueldos y dineros, poseían monedas diferentes, con desigual valor intrínseco. La lliura valenciana era la que poseía el valor más alto junto con la libra jaquesa. Por ejemplo, a principios del siglo XVII el ducado (moneda de cuenta castellana) se pagaba a 21 sueldos valencianos o 22 sueldos aragoneses. Por el contrario, hacía falta reunir 24 sueldos catalanes, 32 mallorquines o hasta 65 sardos para obtener un valor equivalente.

Además, debe tenerse en cuenta la elevada apreciación de la plata en el reino de Valencia, una de las más altas en el continente europeo, y por lo tanto, se infravaloró el oro respecto de su auténtico valor de mercado. Esta circunstancia justificó una temprana depreciación de la moneda de plata valenciana, con sucesivas reducciones de su peso para ajustar su valor intrínseco a su valor nominal y rectificar la relación bimetálica oro-plata y paridad con la moneda de vellón (cobre).

Se podría encontrar un paralelismo entre la lliura valenciana y las más recientes pesetas. Aunque estas últimas ya no circulan, muchas personas, sobre todo para interpretar cantidades grandes, las siguen utilizando como su particular moneda de cuenta.

*Doctor en Historia-UV

Dottore di ricerca-UniCa

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