Euroliga:Valencia Basket confirma su gran momento venciendo por fin a domicilio

El de ayer era un choque

Armani Milán, 89-Valencia Basket, 93. El de ayer era un choque idóneo para efectuar unas pruebas que acabarían por resultar altamente satisfactorias. La dirección del equipo estuvo comandada de forma eficiente por el joven Sergi García y, sobre todo, por un sensacional San Van Rossom -tremendo recital el suyo hasta que tuvo que abandonar el duelo debido a su, por desgracia, enésimo golpe en la cadera -, dejando a Alberto Abalde realizar a la perfección las funciones derivadas de su retorno a su posición original de alero alto. Bojan Dubljevic y Tibor Pleiss se encargaban de dar respuesta al poderío interior local encarnado por el magnífico Arturas Gudaitis, y, a la vez, conseguían paliar los efectos de un recital exterior liderado por el serbio Vladimir Micov, quien con 27 acabaría firmando el mejor partido de su carrera en la Euroliga. El 43-40 en el intermedio, no era sino el preludio de un encuentro proclive a un triunfo valenciano a poco que los de Vidorreta ajustarán su defensa y, a su vez, lograran conseguir la necesaria aportación de sus hombres de banquillo.

Y así fue como precisamente este último de los parámetros resultaría fundamental, al recordarnos Erick Green al genial jugador ofensivo de otras fases de la temporada, mediante una exhibición anotadora prolongada a lo largo del tercer periodo, y coronada con un extraordinario triple en carrera sobre la bocina (65-68 al inicio del último cuarto).

Un acto final en el que los hombres de Txus Vidorreta seguían con su dinámica positiva a la hora de encontrar las mejores posiciones de tiro, amparados en la inteligencia en el movimiento de balón que mostraban, especialmente, Fernando San Emeterio y Aaron Doornekamp (72-81 min. 34). El despertar anotador, local basado en un enorme acierto exterior de Curtis Jerrells, verdugo de la primera vuelta en la Fonteta, fundamentado en sus lanzamientos de hasta nueve metros, no supuso más que una pequeña demora en la confirmación de una victoria foránea que Valencia Basket ansiaba desde hacía varios meses. Y que, probablemente, debió de llegar con anterioridad.