El Hospital Peset ignora la oferta de un grupo de jubilados sanitarios

“No hay nada más desesperante que la sala de espera de Urgencias”. La gente permanece durante horas sin saber qué ha sucedido con ese hijo, con ese padre, con esa pareja a la que han metido tras una puerta. No saben qué está pasando ahí adentro, no hay información para ellos. Hasta que de repente llaman por megafonía a los familiares de fulanito, sin saber de qué va y con los nervios a flor de piel.

Y ni que decir tiene cuando uno está solo en esa situación, sin nadie en quien poder descargar su angustia o de quien recibir una palabra de apoyo, alguien a quien “soltarle el rollo”, o que simplemente te acompañe en esos duros momentos. O que le lea un libro a una persona sola en una cama de hospital.

Cuestión de sensibilidad. Estas situaciones que tan poco se compadecen con el concepto de humanidad podrían cambiar fácilmente gracias a la iniciativa de aproximadamente 60 médicos y demás personal sanitario jubilado del propio hospital, que han constituido un grupo de voluntariado legalmente registrado.

Estos jubilados voluntarios evidentemente conocen bien los entresijos del centro, por lo que su labor de atención a pacientes y familiares -que ahora nadie realiza- sería de gran utilidad. Y todo ello, identificados con su peto, sin quitarle el puesto de trabajo a nadie, y sin costarle un euro al hospital puesto que hasta el seguro de responsabilidad correría de su cuenta, según cuenta a ESdiarioCV uno de los promotores de la iniciativa.

Los voluntarios son a su vez miembros de la “Asociación cultural de jubilados y jubiladas del Dr.Peset”, unos 500 profesionales sanitarios de nivel alto.

Este tipo de voluntariado funciona con éxito en Europa en los países sajones, nórdicos, Alemania y Francia. Pero en el nuestro sólo el hospital madrileño de La Paz lo tiene adoptado, con lo que el Peset sería el segundo de España en contar con él … si la Gerencia y Sanidad dieran el visto bueno a una iniciativa presentada en noviembre 2017 con todo registrado, pero a la que incomprensiblemente se sigue sin conceder el permiso para poder trabajar en el hospital.