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El PP de la provincia de Valencia también espera a sus alcaldables

La comidilla política y periodística se centra en quién será el candidato del PP en la ciudad de Valencia. No obstante, en los principales municipios de la provincia la incógnita se repite

El PP de la provincia de Valencia también espera a sus alcaldables

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En los dirigentes del Partido Popular, en sus adversarios políticos y en los medios de comunicación existe una pregunta recurrente que invade tertulias privadas y públicas. ¿Qué persona encabezará la lista del PP por Valencia? Atesorar la respuesta correcta (no creo que nadie la tenga a estas alturas, ni los más altos dirigentes populares) parece cobrar más importancia que el hilo de Ariadna que permitió al héroe Teseo escapar del laberinto de Creta después de acabar con el temible Minotauro.

Sí, la tiene, sobre todo para la persona escogida, que deberá recorrer su camino como candidato a marchas forzadas. Salvo que se trate del actual portavoz, Eusebio Monzó, que ya lleva avanzado un trecho. No obstante, con una perspectiva que vaya más allá de la ciudad de Valencia, si el PP pretende gobernar la Diputación provincial y aspirar a dirigir la Generalitat deberá resolver bastantes más incógnitas. Sobre todo, el nombre de sus candidatos en los principales municipios de la provincia de Valencia, donde la situación está igual de paralizada e imprevisible que en la capital.

¿Qué pasa en Gandia y Torrent, las dos localidades más populosas después de la metrópoli? En el epicentro de la Safor el presidente local del PP y diputado Víctor Soler (por cierto, que actualice la web con su nombre, que se quedó anclada en junio de 2015), por perfil y experiencia parece la persona idónea para optar a la alcaldía. No obstante, la indefinición de su partido y el hecho de que su nombre aparezca envuelto en asuntos turbios del pasado ponen en jaque sus opciones.

Mientras, en Torrent, la exalcaldesa y actual portavoz, Amparo Folgado, aspira a encabezar de nuevo la lista de su formación. Como mérito principal repite que fue la más votada en mayo de 2015. También subraya constantemente que "ya queda menos", en alusión a los comicios de 2019. No obstante, han pasado casi tres años y la omnipresente figura del socialista Jesús Ros ha ido creciendo al frente de la alcaldía. ¿Qué le deparará el destino a esta trabajadora social?

En Torrent y Gandia el PP ganó, circunstancia que no ocurrió en Sagunto. En esta población Compromís sumó cinco de 25 concejales, suficiente para gobernar en el abigarrado y fragmentado hemiciclo. El candidato de los populares, Sergio Muniesa, sustituto en la plaza del diputado autonómico Alfredo Castelló, ejerce como portavoz y principal contendiente de un alcalde, Quico Fernández, que también se ha preocupado de ensanchar su predicamento. Si difícil lo tuvo el PP en 2015 gobernando, más complicado le puede resultar en 2019 tras cuatro años de travesía opositora.

Un caso similar sucedió en Paterna. Elena Martínez, alcaldesa por designación de Lorenzo Agustí, anterior primer edil, en el tramo final de su mandato, desdeñó las siglas de su partido y confió todas sus opciones a su marca personal. Llenó el municipio de rótulos con el mensaje: Elena, Al teu costat (Como muestra la imagen de Paternaaldia) . El descalabro del PP y la apretada victoria del PSPV fueron las consecuencias. Parece claro que no volverá a intentarlo. Los populares buscarán otra alternativa para desbancar al socialista Juan Antonio Sagredo. No les faltan opciones entre sus militantes.

Y el tiempo apremia, como también lo hace en Mislata, Cullera, Quart de Poblet, Aldaia, Ontinyent o Burjassot, donde el Partido Popular quedó igualmente disminuido en 2015 con sus debacles electorales. O incluso en Alzira, localidad en la que ya tenemos la pista de que la anterior alcaldesa, Elena Bastidas, no repetirá, y que secretario general local de su partido, José Andrés Hernández, acumula serias opciones para encabezar la lista de su formación.

En 2015 el Partido Popular afrontó las elecciones con la marca, con sus siglas, desgastadas. No obstante, para bien en unos casos y para mal en otros, contaba con incontables alcaldes conocidos en sus municipios. Era su baza. Ahora, cuatro años después, la reputación de la marca no creo que haya experimentado demasiados cambios y apenas dispone de primeros ediles. En el mejor de los casos, sus candidatos acreditan el bagaje de unos años sumidos en la penitencia de la oposición. Desde esta bancada cuesta más hacerse ver y se carece del halo y de los medios que proporciona la vara de mando.

Mientras, PSPV, Compromís y las filiales locales de Podemos disfrutan del otro lado de la tortilla. El más cocido por el periodo de gobierno, que hace que sus actuales alcaldes o ediles con delegaciones tengan casi claro que repetirán y serán candidatos en 2019. Controlan el poder orgánico en sus formaciones y mandan en sus municipios. En el PP, sin congresos locales, no ocurre ni lo uno ni lo otro. Doble reto a superar para el partido que preside Isabel Bonig en la Comunidad Valenciana.