La financiación irregular del PSPV le complica todas las opciones para 2019

Con la actual y con la previsible composición de Les Corts tras las Autonómicas de 2019, el Consell sólo puede pivotar alrededor del PSPV o del PP. Ciudadanos, caso de tener que dar su apoyo a uno o a otro, hasta ahora prefería a los de la rosa que a los del charrán, por aquéllo de la regeneración. Sobre todo tras la “hipoteca reputacional valenciana” tan difundida en toda España por el PSOE, a la que se sumará ahora el caso Cifuentes, presidenta popular madrileña a la que los naranjas pueden dejar de apoyar esta misma semana tras la polémica por su máster universitario. Pactar con el PSPV ayudaría además a los diputados encabezados por la síndica Mari Carmen Sánchez a quitarse de encima la imagen de marca blanca del PP que tienen en la Comunidad Valenciana.

Pero ese escenario predibujado está variando tras la aparición hace ahora una semana de las primeras informaciones sobre presunta financiación irregular de los socialistas valencianos en la misma época de la que criticaban parecidas prácticas del PP. Tanto es así que de momento, y para que no se diga, Mari Carmen Sánchez, ha decidido pedir en Les Corts una comisión de investigación urgente sobre la presunta financiación irregular por la que podrían desfilar el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y la actual presidente del PSOE y exministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona. En Ciudadanos juran que sin haber elevado consultas previas a Madrid. De esta forma la síndica valenciana, incómoda con los rumores de “desembarco” en la Comunidad de Toni Cantó, se adelanta a una posible reacción del portavoz anticorrupción de su partido en el Congreso.

La otra opción de gobierno con el PSPV en 2019 es la reedición del Pacte del Botànic, con Compromís y el apoyo directo o indirecto de Podemos. A los morados les pasa lo mismo que a Ciudadanos: que no pueden pactar sin regenerar. Eso podría afectar al actual acuerdo de gobernabilidad, a futuros acuerdos postelectorales, e incluso a la posible confección de listas conjuntas con Compromís, cuestión éste nunca negada por los dirigentes podemitas. Había incluso conversaciones en marcha tendentes a tal fin con Iniciativa, el partido de Mónica Oltra coaligado con el Bloc en el seno de Compromís. Al Bloc, la pata investigada de los nacionalistas, no le gusta por cierto un pelo esa idea.

La forma de “apretar” de la ejecutiva valenciana de Podemos ha sido anunciar la convocatoria de una reunión con sus dos socios para reclamarles información sobre el caso. Y esa reunión puede ser muy determinante para el futuro mediato e inmediato. No olvidemos que en las informaciones publicadas hasta el momento sobre el caso aparece de forma reiterada pero indirecta el nombre de uno de los principales colaboradores de Puig y asesor en Presidencia, el exalcalde de Gandía José Manuel Orengo.

Orengo aparte, la táctica del PSPV mientras tanto es cauterizar el pasado y desligarlo del presente. Justo lo contrario de lo que le negaban al PP cuando Isabel Bonig distinguía el “nuevo” del “viejo” partido intentando poner tierra de por medio con la corrupción anterior a 2015. Ahora Ximo Puig se esfuerza en diferenciar lo que pudiera haber pasado “hace 11 años” -cuando el secretario general era Joan Ignasi Pla- de lo que pasa ahora. Se lo van a poner difícil, hay muchas ganas.

Puig ha anunciado a su vuelta de la Semana Santa -con casi una semana de retraso respecto del Bloc- la apertura de una comisión interna de investigación. El presidente valenciano ha asegurado no tener “ningún problema en hacer un estriptis absoluto”. Lo que pasa es que si el estriptis es en una comisión interna se podría confundir con un “peep show”.

Estrategias para todos los gustos

Las estrategias con las que cada uno de los cinco partidos del arco parlamentario valenciano están abordando esta cuestión están siendo, por tanto, de lo más diversas: los dos partidos implicados en el escándalo intentan lavar sus trapos sucios en privado, Podemos exige catarsis colectiva, y Ciudadanos luz y taquígrafos, como se ha hecho con los casos que afectan al PP. ¿Y los populares? Pues, amén de anunciar su personación en el caso cuando proceda, han optado por una vía menos vistosa pero, a la larga, puede que mucho más efectiva: investigar en todos los ayuntamientos a ver qué encuentran relacionado con la agencia de comunicación Crespo Gomar, centro de todas las miradas policiales, judiciales, tributarias y periodísticas. Benidorm y Gandía son los primeros de la lista.

La derivada federal

Aunque haya quienes desde Madrid, poco conocedores de la realidad valenciana, crean que Puig y otros han entrado “en pánico” las cosas no han llegado tan lejos, ni mucho menos. Sí es cierto que Pedro Sánchez y Ximo Puig no son amigos. Y que el primero ha preguntado al segundo, aunque sólo sea para saber cómo han de hacer frente desde la capital al nuevo tsunami “levantino”. En especial dada la posible implicación de la presidente federal, Cristina Narbona, y la de todo un expresidente del país. Eso sí que aumentaría notablemente la intensidad del escándalo y lo convertiría en nacional. Rodríguez Zapatero fue la estrella de la reciente "Escuela de Buen Gobierno del PSOE", en ausencia de Felipe González y Alfredo Pérez Rubalcaba, convención a la que por cierto tampoco acudió Ximo Puig con la excusa de las Fallas.

Las declaraciones de Pedro Sánchez de hace unas horas en las que asegura que Puig tiene “toda su confianza y apoyo para esclarecer las dudas” sobre la presunta financiación irregular del PSPV y actuar con contundencia han tenido cumplida réplica por parte del valenciano en forma de advertencia edulcorada: “agradezco al secretario general del PSOE el apoyo, que es mutuo”. Ha sonado al chiste del dentista: no nos vamos a hacer daño.

Puig presentará a ZP

De momento este martes se ha confirmado que será el propio Puig quien presente para su conferencia de la semana que viene en el "Club de Encuentro Manuel Broseta" de Valencia a José Luis Rodríguez Zapatero, que viene a hablar de “Democracia y convivencia”. Está previsto que, como sucede con todos los invitados del Club, el expresidente haga declaraciones antes de comenzar su alocución. Suelen ser en forma de canutazo a la puerta del salón de conferencias. Puede que esta vez haya que habilitar un espacio algo más grande.