La Ciudad no es para mí. Procesiones
Han pasado estos días de histórica Semana Santa –denunciada por unos cretinos como ofensa al Islam- sin felicitaciones a los cristianos de políticos de izquierda, tan aficionados a hacerlo por Ramadán.
Han pasado con pena y Gloria. Aquélla, la de la estúpida procesión de urna china y lazos amarillos impidiendo el paso de viajeros por carreteras españolas en Cataluña. Ésta, la del paso del Cristo de la Buena Muerte y sus legionarios orgullosos. Y la de legionarios vetados y prestados en Ràfol d'Almunia.
Allí la procesión va por dentro, como aquí en el PSPV y Oltra, con el paso del Botánico tambaleándose y a ver quien lo sujeta sin costaleros voluntarios.
En el Marítimo con ánimo de encumbrar la Marinera (¿han consultado a Cañizares? Ribó lo tiene claro y ni ha aparecido) mientras el Cabanyal se “gentrifica y elitiza”, dicen los vecinos, que acabarán añorando tiempos pasados. Contra Rita vivían mejor.
Algunas lloradas por la lluvia, las más lloradas con emoción y saetas. Que son flechas que agrandan corazones y no hieren sino al cínico y al desabrido (ejemplos de intolerancia).
Para cínicos y desabridos, la de candidatos a la presidencia de la Generalitat (catalana, toquem fusta) y Fraudemont preso unos días en tierras lejanas como falso mesías, y buen ladrón. Procesión de curiosos indepes presionando togados alemanes.
La de coches en la avenida del Cid, pasarelas desmontadas, accidentes aumentando. Y la de bajas laborales, muy crecida, en la EMT por mor de los efectos de la movilidad napolitana.
La de los proyectos vecinales sin ejecutar –ni uno sólo- flor de un día de participación ciudadana en el cap i casal, mientras el dedazo podemita contrata amiguete y conmilitón universitario.
La de diarios indepe-apesebrados en la plaza de Manises, mientras le duele al president la de titulares que divertían cuando eran adversarios los implicados.
En la Ribera la de directivos sanitarios despedidos a (por) montón. Ojalá no veamos la de pacientes impacientes.
En la villa y corte, la de los que suben y bajan de los presupuestos del Estado. Funcionarios, cuerpos y fuerzas de seguridad –que es denominación retórica y eufemística-, pensionistas y público en general (hasta 13 millones de españolitos, Montoro dixit) esperando que escampe para que salga.
Y la de los papeles académicos de Cifuentes, que es de la amargura y puede acabar como simple rosario de aurora no boreal. O la de presuntos sucesores de Rajoy, tal vez (se dice) relacionada …
Efímeras y señaladas procesiones religiosas de tradición y callada belleza, para creyentes o aficionados descreídos. Permanentes y ubicuas procesiones civiles (¿?) que agotan al más pintado, sea éste azul, rojo, naranja, amarillo o morado.