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La venganza de Nadal (o pobre diablo Fraudemont)

Una vez más los españolitos de a pie tenemos que conformarnos con la excelencia deportiva.

La venganza de Nadal (o pobre diablo Fraudemont)

Publicado por
JM Felix

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Es sabido que las comparaciones son odiosas. Y ahora que el odio se sirve bien calentito, la venganza sigue siendo plato frío.

Confiaremos en la remontada del Supremo ya que los López –como Llarena- pese a jugar con razón y corazón, pese a hacerlo bien, nos dejaron con el alma en vilo. Alma de cántaro en sectores de la población que andan por tirar la toalla, tan sudada que no ganamos para detergente.

Y si Nadal “ha hecho soñar a España” –denominador común de titulares no sólo deportivos- el Ferrer ha rematado la faena con un partido de infarto, mientras también cierto infarto sobrevolaba a los populares en Sevilla, que están más por soleares y seguidillas y, desde luego, por fandanguillos de “huerva”. Tornali la trompa al chic. O leña al mono que es de goma.

Para desconcierto de sus votantes. Por más que Bonig –otra de hierro- se empeñe. Que se empeña y les Corts empreña.

La venganza de Nadal, más allá que don Mendo, ha dejado al pobre Zverev tan tocao como Fraudemont el berlinés (hay que reconocerle su espíritu viajero, que no el don de lenguas de nuestro vicentino patrón que hoy celebramos). Y entre uno y otro no hay color, ni de pelo, ni de piel, ni de ojos …

Ni de futuro, que “el niño” tiene mucho por delante con sus veintidós primaveras por estrenar y el pobre diablo, Houdini de vía estrecha tiene sus días contados (lo confesó en aquel momento de flaqueza) por más que unos togados –con todo respeto- pueblerinos pretendan enmendar la plana al Supremo español.

No lo ha conseguido el ídolo rubio frente al gigante mallorquín, ni tampoco el más talludito Kohlschreiber frente a su contemporáneo David valenciano –qué juego y no de tenis da la biblia en ocasiones- que tiene en su Xabia marinera y de garum, origen, reconocimiento y empatía por doquier. Banderín de enganche de la ancestral hospitalidad de estas tierras mediterráneas, ejercida –cómo no- también, sin ir más lejos, con el ministro portavoz, de la educación y la cultura, que es como Dastis pero más chapado a la antigua.

Ribó, como en la Marinera … Aunque no consta si satisfecho con la victoria o más atento a la república valenciana que Tardá ha tardat –poco- en preproclamar con el de Vinarós a punto de orgasmo tripartito.

Y quién es en este juego de roles la listilla de la ministra de justicia teutona Katarina Barley … la tonta o la mala, porque fea no es (y que nadie se me moleste que de machismo no va la cosa; el original de la película es masculino). Y la forrapelotas, que los que las recogen suelen ser chavales más serios y responsables, incapaces de pretender intervenir en el juego.

Le llamamos La Armada. A ver si aprende el Gobierno. Que con Nadal sí es navidad todo el año. Moltes gracies.

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