La última derrota del general
Fort Benning es una de las bases más importantes del ejército de los EEUU. Se ubica en el condado de Chattahoochee (Georgia) en honor al más famoso de sus generales. Esta es su historia
Henry Lewis Benning era un joven abogado de un pequeño condado de Georgia cuando en 1861 se desplazó a la convención secesionista de Virginia representando a su estado.
Allí pronunció un encendido discurso expresando su profunda convicción de que la abolición de la esclavitud sólo sería el paso previo a una guerra de exterminio entre la raza blanca y la negra. La tesis que bramaba por abandonar la Unión venció, y Benning se convirtió en uno de sus principales ideólogos.
Al empezar la guerra –ese mismo año- podría haber elegido cualquier puesto en la nueva administración: representante en la cámara, juez..., pero prefirió las armas a la palabra, la pólvora a los despachos… quiso elegir –pues- la gloria, así que con el rango de Coronel estuvo al mando del 17 Regimiento de Infantería de Georgia a las órdenes del general Robert E. Lee.
En 1862, en la batalla de Antietam, los 45.000 soldados confederados a las órdenes del general Lee eran perseguidos y acosados por el ejército norteño de Potomac, con casi 100.000 efectivos.
La única protección en el flanco este del general Lee era el Regimiento 17 de Infantería de Georgia, que repelió todos los ataques de un ejercito mucho más numeroso.
Benning salvó el ejercito de Lee aguantando cada embestida yankee, y por ese motivo se ganó el apelativo de Benning “la roca” y un merecido ascenso a general.
Durante la Batalla de Chikamanga, sin embargo, no corrió la misma suerte. Recibió una información, que luego resulto ser falsa, que señalaba una zona desguarnecida del enemigo. Ordenó una carga de caballería pero se encontró de frente las bayonetas y los cañones de un ejército que aniquiló su brigada.
La guerra acabó y el general Benning se reincorporó a la carrera judicial y ejerció la abogacía hasta su muerte en 1875.
Varios años después, en 1918, EEUU tuvo que construir una gran base militar para alojar a los cientos de miles de soldados que volvían del frente europeo tras luchar en la I Guerra Mundial. Esa base se edificó en el condado de Chattahoochee bajo el nombre del general que allí nació, creció y murió; el campamento se llamó “Fort Benning”.
En “Fort Benning” hay destinados ahora mismo más de 120.000 soldados con sus familias. Allí está acantonada la 199 Brigada de Infantería, la 194 Brigada Acorazada, la 316 Brigada de Caballería y varias unidades más. Destaca entre ellas una escuela militar: el “Centro de Excelencia de Maniobra”.
Este centro es uno de los pilares de la infantería norteamericana. En “Fort Benning” se aplican conceptos, se prueban materiales nuevos, se dispara con nuevas armas y se usan nuevas tácticas. No hay nada de lo que se escribe en los manuales y reglamentos del ejército de EEUU que no se haya probado allí. Es como un campo de experimentación de la guerra.
Para estar al mando de esta base no basta con ser un general más. Estar al frente de este “campo de experimentación” requiere a los mejores.
El actual jefe de “Fort Benning” es el general Gary Brito, que tomó posesión del cargo en marzo de 2018. Leyendo su biografía uno se da cuenta de que es un general idóneo para esta responsabilidad, tanto por su formación como por su trayectoria profesional.
Pero, además, hay algo que lo hace especialmente adecuado para mandar esta base: el color de su piel.
Sí, más de siglo y medio después de que Benning proclamara que las personas negras debían seguir siendo esclavos, un general negro manda por primera vez esta base –centenaria ya- que lleva su nombre.
Cada noche, al arriar bandera, el general Brito forma delante de sus 120.000 soldados y -mientras suena el toque de oración en recuerdo a los caídos- no puede evitar mirar al cielo como buscando al general Benning mientras susurra algo.
No estoy seguro, pero creo adivinar lo que dice: “sin novedad en tu base, general Benning”.
Y después de darle “las novedades”, el general Brito cierra los ojos y sonríe sin rencor y sin odio. Sabe que cada día al frente de “Fort Benning” es otra batalla ganada a la Historia.
*Experto en seguridad y geoestrategia.