“El Ayuntamiento debería evitar que las falleras a veces vayan como disfrazadas"
La procesión de la Virgen es el último acto donde coinciden las falleras mayores de Valencia. Victoria Liceras, la gran experta de indumentaria, aclara qué traje y complementos corresponde.
Investigadora de la indumentaria valenciana desde hace 40 años. Nos recibe en su tienda de Ciutat Vella en vísperas de la festividad de la Virgen de los Desamparados. Defiende una dansà exclusivamente para grupos de baile y otra para las falleras. Aconseja una indumentaria popular: falda guardapiés, justillo, un pañuelo que cubra el pecho, zapatos muy cómodos (incluso alpargatas), pendientes normales y corrientes y peineta con alegorías de amor, fertilidad o virginidad. Para la ofrenda del próximo domingo, advierte: “Es fundamental no mezclar”. Un traje del XVIII requiere una media luna o un dengue y uno de fallera, un terno o una mantilla de toalla. En ambos casos, con corpiño de manga larga y, a ser posible, sin “cirios que parecen de broma y engaño”.
Al Ayuntamiento de Valencia le pide más esfuerzos para racionalizar la fiesta, reduciendo el número de actos y evitando diseños con intromisiones que hacen que las falleras "en ocasiones" vayan “como disfrazadas”. Y se explica con un ejemplo: los jubones negros recuperados este año deben combinarse con el traje de fallera y no con el del XVIII, que necesita un corpiño de color. Defiende colores mediterráneos y luminosos, dibujos pequeños y manteletas y delantales sin lentejuelas que deslumbren.
Hace unas semanas vivimos una intensa polémica sobre la Dansà de la Virgen. ¿Quién tiene que bailar?
Quienes empezaron la dansà fueron los grupos de baile que había en los 70-80. Alimara fue el primero y luego se sumó Lo Rat Penat. A medida que fue aumentando, se conservaron los protocolos y por eso quien la abre siempre es Salvador Mercado que es quien la instituyó pero luego, claro, como es un acto vistoso, a alguien del Ayuntamiento se le ocurrió que la Fallera Mayor, en lugar de ir a aprender sevillanas, fuera a bailar valencianas. Que tuvieran unos conocimientos y no los pusieran en práctica, era triste y aburrido y de ahí la incorporación de la Fallera Mayor. Mi opinión es que debería hacerse una dansà para falleras y otra para grupos y así evitaríamos la misma polémica todos los años.
¿Y las cortes de honor?
Se ven forzadas a aprender en tiempo récord a hacer algo que a otras personas les ha costado años de entrenamiento. Entonces, siempre bailan peor. Lo veo forzado.
¿Cómo ir vestida a la dansà?
Es un baile popular en la calle y no en el teatro. En casi todas las localidades valencianas ha habido dansàs y se ponían lo primero que tenían a mano. Si es en verano, con un justillo. Como además era un lugar donde se podían conocer los jóvenes, los chicos les regalaban flores a las chicas que se las colocaban en el pelo. Y todas estas cosas se han convertido en algo artificial. La mayor parte no sabe ni por qué lleva actualmente flores en la cabeza. En definitiva, no es un acto para ponerse como un pavo real porque no es una pasarela. De esto se han contagiado los grupos que incluso estrenan ropa. Las instituciones deberían poner freno para que la dansà tuviera una lógica.
¿Con un solo moño?
No tiene por qué. Depende de cómo se vaya vestido. Ahora todos son árbitros de la elegancia en vez de ser más auténticos.
¿Y la indumentaria?
Una falda guardapiés que puede ser de color liso con algún adorno en la parte inferior o con volante. Y como ya hace calor, con un justillo que además les permite bailar con más naturalidad porque con un jubón con manga les puede estirar. Con un pañuelo que cubra el pecho sin grandes escotes y más ligeros. Estos últimos años hemos visto pañuelos que pesaban dos o tres kilos por la cantidad de hilo de oro y metales que llevaban. Los zapatos, lo más cómodos posible porque no es fácil dar saltos en una plaza que resbala. También se admiten unas alpargatas.
¡Ah! Y con unos pendientes normales y corrientes porque se pueden perder y con una peineta valenciana, por supuesto.
¿Por qué puntualiza ‘valenciana’ al referirse a la peineta?
Ahora se han puesto de moda las peinetas de bolas que me horrorizan para determinados tipos de traje porque son de moda internacional pero no valencianas. Si tenemos un símbolo por antonomasia, es la peineta y estamos introduciendo elementos que no tocan. Me llamó mucho la atención ver un día a la Fallera Mayor de Valencia en el balcón del Ayuntamiento con este tipo de peinetas porque debe cumplir a rajatabla la tradición y no introducir elementos foráneos. Hay que difundir lo propio.
¿Qué peinetas aconseja?
Mi colección de peinetas antiguas probablemente sea la más extensa que existe. La peineta parte de un peine que no tiene volumen en la parte de arriba. Por eso, las primeras peinetas son rectas porque son las que más se parecen a los peines. De ahí, estoy de acuerdo en que sean bajas como objeto funcional. Ahora es una pieza suntuaria que generalmente no es ta baja como los peines.
¿Con qué dibujos?
Las peinetas de flor de agua son las más recientes porque se vendían en el rastro. Algún espabilado las sacó y nos parece una novedad. Las peinetas antiguas no eran así. Tienen un lenguaje alrededor de los símbolos de amor, de fertilidad, flores que recuerdan la virginidad, azucenas pequeñas… No tiene nada que ver con el escudo de falla que a veces les plantan detrás.
Después de la dansà, se celebrará la procesión de la Virgen que es el último acto donde coinciden las falleras mayores de todas las comisiones de Valencia. ¿Qué indumentaria es la más adecuada?
Por ser el acto de despedida del ejercicio se ponen lo mejor que tienen. Lo lógico es vestir manga larga. Me llaman mucho la atención los cirios que llevan porque la mayor parte de las veces son de broma y engaño y casi sería preferible no llevar nada. Dado que el traje que eligen el 90% es el oficial (mal llamado del siglo XIX), deberían ir con un terno o con una mantilla de toalla. Si van con ropa del XVIII, pueden optar por dengues o medias lunas. Es fundamental no mezclar.
Victoria Liceras, investigadora de la indumentaria valenciana. Fotografía: Vicente Ruperez.
Las fallas están nombrando ahora a sus nuevas representantes para 2019. ¿Qué consejos les daría?
Una fallera necesita lo que su economía le permita. Ahora como se sacan de la manga 200.000 actos se crea la necesidad de tener más trajes: el de la presentación, que es el de ofrenda; como bajan a la falla vestidas de fallera o valenciana, deben tener otro y luego como van a todas las presentaciones del sector, tampoco van a ir con el mismo traje… Ya tenemos tres. Y hasta se hacen uno más. A mí me parece una barbaridad hacer 200.000 trajes pero también que vayan a 200.000 actos porque es un gasto desmedido de peluquería y es agotador.
¿Con qué tejidos?
No hace falta siempre que sean sedas. Lo que me gusta de un traje es el impacto visual, que la combinación de los colores sea bonita y que el diseño no tenga intromisiones.
¿Y con qué dibujos?
Para trajes del XVIII, dibujos asimétricos con líneas sinuosas muy afrancesadas. Y posteriormente se fueron creando nuevos estilos hasta llegar a la homologación actual. El 90% de las falleras llevan las telas iguales: tres flores con una aureola alrededor. Pero esto nunca debería elegirse para diseños del XVIII donde los dibujos eran más pequeños.
Vayamos a los colores.
No veo a una niña de oscuro. Me gustan los colores luminosos y mediterráneos. Y todo lo que sean originalidades no va con mi forma de pensar. Menos es más es mi lema de cabecera.
En la cabeza de las Falleras Mayores de Valencia, como iconos que son, siempre está sacar novedades porque ya he visto telas nuevas de color marrón, que es el color de la exaltación de Rocío Gil.
Y Victoria Liceras prefiere otros.
Claros y auténticos. Los colores deben ser repetitivos porque los tintes naturales no daban para un pistacho, un naranja o un fucsia. Eran azul, rojo, verde, amarillo y negro. La gente si va a una fábrica y ve exclusivamente estos colores, no los compra porque no ve novedades. Pero es fruto de la incultura. Aquí buscamos la novedad que está reñida con la tradición y las instituciones deberían reconducir esta situación para dar una buena imagen con dibujos clásicos. El error empieza el día de la exaltación cuando la Fallera Mayor lleva un traje con un dibujo inventado para ella cuando en los archivos hay infinidad de dibujos antiguos que se podrían recuperar.
¿Se han recuperado los jubones negros de manera acertada?
Tuve una conversación con Junta Central Fallera antes de que se hicieran y yo pensaba de otra forma. Me hubiera gustado que los llevaran con los trajes oficiales y no con los del XVIII, porque, para el XVIII, me gusta más el color. Las falleras mayores de antes de la democracia siempre llevaban jubones negros para ir a la ofrenda o a otro tipo de actos religiosos. Era un icono. Sin embargo, este año las hemos visto de negro en el balcón del Ayuntamiento a las dos del mediodía. Yo los adaptaría para llevarlos en la ofrenda con el traje de fallera que la gente llama del XIX.
Para la ofrenda, si vas con jubón negro y, por tanto, con el traje de fallera, lleva tres moños pero si llevas un cuerpo de color con un traje del XVIII, nunca los tres moños aunque se los ponen porque es lo que toca
Siempre le he oído desaconsejar estrenar un corpiño para la ofrenda.
Me da mucha pena. Como acto religioso que es, se debe ir con manga larga pero ponérselo un día es como un traje de novia. Siempre recomiendo hacer un cuerpo de manga larga que combine con la falda de la ofrenda pero con otras también y así lo puedas llevar antes. Nunca la misma combinación que en la ofrenda pero si lo estrenas antes con otra falda, no pasa nada. Para la ofrenda, si vas con jubón negro y, por tanto, con el traje de fallera, lleva tres moños pero si llevas un cuerpo de color con un traje del XVIII, nunca los tres moños aunque se los ponen porque es lo que toca.
Sin embargo, no se sigue esta máxima…
En el XVIII no se había inventado distribuir el pelo a tres bandas porque es una moda isabelina del XIX. ¿Cómo te vas a hacer hoy el pelo que se va a llevar en el 2050, si no sabes cómo será? Aparte que, a veces, para llevar los tres moños, más vale que lleven uno solo porque los postizos de los dos me dan vergüenza. Los veo dos CD. Incluso sería más cómodo no ponerlos.
Y para las niñas, evitar ponerles una coca en el moño de atrás. Queda muy artificial porque antiguamente, los moños se hacían con el pelo de cada una. Si los volúmenes son muy grandes, las niñas necesitarían que el pelo les arrastrara hasta el suelo. Siempre soy de la opinión de que prime el sentido común.
¿Se están corrigiendo los volúmenes de las faldas?
Hemos bajado del globo. La gente va entrando en razón y va menos hueca. Ya no se llega hasta el suelo y se ven los zapatos y las medias. Las faldas deben llegar hasta el tobillo.
¿Qué pendientes recomienda?
También se ha desmadrado. Con un traje del XVIII hay que llevar un tipo de pendientes de barquillo con tres chorros de perlas, piedra verde en el centro y espejuelos.
¿Y manteletas?
Jamás he visto pañuelos con lentejuelas que te obligan a ponerte gafas de sol para mirarlas. Hay que ser más comedido. Los pañuelos tienen cierto simbolismo porque aparecen los mismos elementos que en las peinetas: las granadas, los corazones, las flechitas… Es tan bonito todo lo que transmite la indumentaria tradicional, que te pena el desficaci que ves a veces por la calle.
¿Es partidaria de los pañolones?
No he conocido nunca ni la palabra. Evidentemente había que taparse si hacía frío y lo hacían con pañuelos incluso enormes que son como mantas que hasta te tapaba la cabeza. Se puede poner algún chal bonito de terciopelo.
¿Abanicos, sí o no?
Todos los elementos existen por su funcionalidad. El abanico viene muy bien si hace calor pero no colgarlo en la cintura en el mes de diciembre porque te lo ha regalado un familiar. Está muy bien para la Virgen y la Feria de Julio. Yo prefiero uno normal que uno personalizado con el nombre, que al final es merchandising.
Decía antes que se emplea erróneamente la expresión trajes del XIX, ¿por qué?
Los movimientos regionalistas empiezan en el XIX y buscaban cosas que definiera la personalidad valenciana. El traje define mucho pero no me imagino a una buñolera o una agricultora que viniera a vender al Mercado Central en el siglo XIX vestidas con los brillos que veo ahora. No deja de ser un traje de disfraz porque una mujer del siglo XIX nunca iría vestida como vemos en este momento a la Fallera Mayor.
El pañuelo anudado siempre atrás. En general, los hombres deben optar por tejidos mediterráneos y frescos
¿Y cómo ha de ser una indumentaria del XIX?
Un traje hasta los pies con una seda sobria y dura con un cuerpo muy discreto sin marcar ninguna forma.
¿Es imprescindible llevar manga de farol para las presentaciones?
¡En absoluto! Lo que pasa es que no se pueden destruir iconos que se han mantenido durante un siglo. Por eso soy de la opinión de que se deben conservar dos trajes: el XVIII con un moño y el XIX. Una manga de farol de traje de fallera, puestos a cristalizarlo, lo pondría con tres moños pero bien hechos. No hace falta que sean voluminosos pero tampoco una oblea.
¿Cómo atar los pañuelos masculinos?
No he visto ningún grabado antiguo con un lazo al lado. La manera de ponerse los pañuelos era más funcional. El pañuelo anudado siempre atrás. En general, los hombres deben optar por tejidos mediterráneos y frescos; diseños sobrios y con colores discretos. La extravagancia se permitía solo en los chalecos con terciopelo, espolín o motivos ornamentales. En el resto, mejor no.