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Ciudadanos y la égida valenciana

Toda la sociedad valenciana tomó la determinación de conseguir adaptar la Constitución para incorporar nuestro ordenamiento jurídico. La unidad de todos los partidos ha sido demolida por Cs

Ciudadanos y la égida valenciana

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Luis Sebastián *

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Trescientos diez. Estos son los años que los valencianos llevamos sin nuestro Derecho civil. Para algunos, este hecho no supone más que una anécdota histórica, un tema de exclusivo interés para doctores con tiempo libre o para ampulosos eruditos. Sin embargo, la Associació de Juristes Valencians ha hecho un esfuerzo denodado y fructífero por ilustrar que la recuperación y desarrollo de nuestro Derecho civil es algo que nos atañe y nos dignifica.

Inició esta batalla en 2015, y con vigor continúa defendiendo la cuestión en múltiples actos junto con el resto de la sociedad civil valenciana. De hecho, desde la Asociación sólo se ha recogido el testigo de lo que todo el pueblo valenciano, a través de sus representantes en las Corts, reclamó para sí con la reforma de nuestro Estatut en 2006: la competencia plena de la Comunitat Valenciana en materia de Derecho civil.

El Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana, como Ley Orgánica del Estado, no sólo fue aprobado por la cámara legislativa valenciana, sino por las Cortes Generales. Diputados autonómicos y diputados nacionales -nuestros representantes-, refrendaron en triple procedimiento que la Comunitat Valenciana tiene la potestad para recuperar, codificar y desarrollar su Derecho civil. Sin embargo, un tribunal político, como lo es el Tribunal Constitucional, justificándose ignominiosamente en un precepto del siglo XVIII, nos niega a los valencianos esa facultad.

Es por ello por lo que toda la sociedad valenciana, con asociaciones empresariales y profesionales, sindicatos, partidos políticos y la propia Associació de Juristes Valencians a la cabeza, en el acto del pasado marzo en las Corts, tomó la determinación de conseguir adaptar la Constitución para incorporar a nuestro ordenamiento jurídico lo que, por derecho histórico, justicia, y voluntad de ser, un tribunal político nos niega. Sin embargo, la unidad con la que todos los partidos políticos valencianos con representación se comprometieron a defender ha sido demolida deslealmente por un partido: Ciudadanos.

La negativa llega torticeramente de quien tiene la máxima autoridad, pues hay silencios que otorgan, y otros que vetan con desabrimiento. El apoyo de concejales de Ciudadanos a la reintegración del Derecho civil valenciano en numerosos municipios como Alcoy, Denia, Llíria, Moixent (aquí a propuesta de su alcalde militante) o Vila-Real, no parece tener mayor significado que el cálculo político.

La ejecutiva del partido cometerá un error mayúsculo si ignora de forma déspota no sólo la opinión, argumentos y voluntad de sus pares valencianos, sino la de todos nosotros. Si persiste en esa inadmisible actitud de omisión, quedará patente que el partido de Albert Rivera se opone de forma lamentable contra nuestro desarrollo estatutario; y a todas luces, se evidenciará que la nueva política sólo quiere y requiere de los valencianos lo mismo que la antigua: ofrendas, docilidad y votos.

Y los valencianos ya no estamos dispuestos. Ya no callaremos más ante los ultrajes, la marginación, el vacío, el paternalismo o el simple desprecio. Con dignidad exigiremos nuestro protagonismo, sin victimismo pero con exigencia y solidaridad. Cuanto pedimos no implica la renuncia de otros a sus capacidades o recursos. El pueblo valenciano no necesita rebajar, empeorar o encorsetar las condiciones de otros, esa no es nuestra forma de ser. Y los valencianos no deseamos socavar el ordenamiento constitucional, sino hacerlo coherente.

Y Ciudadanos, ni puede ni debe denostar las honestas intenciones, sin servilismos pero sin agendas ocultas, de la ciudadanía valenciana. La democracia interna debe suponer también la capacidad de todos los integrantes de una institución -y más si cabe en una formación política- de armar conjuntamente los postulados que la pretenden definir.

¿Atienden debidamente los máximos dirigentes del aparato las propuestas que cuidada y exquisitamente plantean los integrantes valencianos sobre temas valencianos? ¿O, por el contrario, a los líderes valencianos se les relega a una posición de mero acatamiento como en el resto de partidos? Esto sería muy decepcionante. Si Ciudadanos no estima con sabiduría su posición, y acaba vetando el engarce constitucional del Derecho civil valenciano, habrá apostatado de lo que se comprometió en les Corts, traicionando a sus propios compañeros. Y habrá desairado y decepcionado torpemente a los valencianos.

Conviene matar al error pero salvar a los errados, dijo San Agustín.

*Miembro de la Associació de Juristes Valencians y candidato al Parlamento Europeo por Ciudadanos en 2014.

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