La ciudad no es para mí. Prohibido sentarse

El palabro “señalética” no ha gozado de la fortuna de las almóndigas o del verbo tuitear, y no se encuentra como entrada en el diccionario de la Real. Podríamos convenir que corresponde al arte de señalar mediante signos y palabras un camino, normalmente con el noble objetivo de facilitar su recorrido, aunque en ocasiones provoque confusión y desconcierto por su incapacidad comunicadora.

Expertos en la materia son requeridos bien para agilizar tiempos en estaciones o aeropuertos, bien para facilitar o sugerir la mejor visita en museos o mercados. El público tiene la palabra y hace caso, o no.

Las de tráfico y seguridad son otra cosa. Son de obligado cumplimiento y su transgresión sujeta a sanción reglada. La palabra “código” obra en la RAE desde su origen. Y no es otra la familia o colección a la que estas señales pertenecen.

Se ha anunciado una nueva imagen indicativa de hábitos ciudadanos que por grafismo y color parece cuestionar la postura del pensador de Rodin –auténtico y póstumo a la vez- destinada a algún espacio público. Desconozco origen e institución instructora.

Por su ausencia en código alguno, deduzco su pertenencia al proceloso campo de la “señalética”. Y lo celebro.

Tal vez el mensaje sea “no es saludable sentarse” o “no se siente a ver qué pasa”, incluso “si se sienta le adelantan”. O por oposición, más tajantes, “levántese” o “actúe”, o “sea usted el primero”. Y que elija el personal.

O tal vez sea un “automensaje” a sí mismos dirigido, una suerte de autocrítica subliminal, algo así como “no debiéramos seguir sentados … apesebrados … cobrando nómina y asegurando retiro …” o “no debemos seguir inactivos y a lo nuestro … mientras la gente se harta …” o “ojo, que la sociedad civil nos aventaja …”. Aunque no lo creo así.

El Cabanyal apremia pero no ahoga. Permanezcan sentados y no se pongan nerviosos, “comprometidos como podemos”. Hace falta más leña nacionalista en Apunt4, pues azote del PP y se amplía la plantilla. ¿Quién dijo inactivos?

La Dipu subvenciona jornadas en Bellreguard que abogan por su disolución. ¿Se puede ser más progre? Es como una eutanasia administrativa institucional; lo más de lo más.

TV3 podrá verse en la Comunitat antes de que acabe el año. Permanezcan sentados y atentos a la pantalla. Entrevistamos y aplaudimos terroristas confesos y no arrepentidos (del ultimo candidato a la Generalitat catalana, mejor no hablar).

La Plaza Joaquín Dualde no gusta a los vecinos: “nos la dieron con queso” han venido a decir. Parece que se están hartando.

¡La señalética, gilis, es la señalética!