El Nou Mestalla ante el momento crucial: ya no se permiten más demoras
Con las obras paradas desde hace casi diez años, el nuevo horizonte de mayo de 2021 se presenta como casi irrenunciable.
Nou Mestalla
"Hay cuestiones que siempre van más despacio de lo que uno quisiera", en esos precisos términos se ha expresado el alcalde de Valencia Joan Ribó en una muy reciente entrevista. Y es que desde el Ayuntamiento, pese a no ponerse en tela de juicio el proyecto al ser considerado fundamental para la ciudad, ya se escuchan las primeras voces apremiantes para con la entidad che; situación que no ha hecho sino acrecentarse dada la nueva licencia concedida por el consistorio, y destinada a reactivar las obras de manera inminente.
Mayo de 2021, el exigente plazo estipulado:
Los límites fijados por la Actuación Territorial Estratégica (ATE) instan al Valencia CF a tener para el citado mes el estadio terminado; a la vez que le obligan a derribar el "viejo" Mestalla nunca con posterioridad a 2023. El hecho de demostrar la viabilidad necesaria a la hora de cumplir dichos plazos resultará una condición indispensable para agilizar los trámites con Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio a fin de conseguir retomar los trabajos a la mayor celeridad posible.
Sin embargo, las declaraciones del presidente Anil Murthy, en las cuales manifestaba que dentro del club existen ciertas reticencias a la hora de financiar la construcción del recinto, no han contribuido, precisamente, a generar confianza a ojos de los anteriores organismos.
El aforo y la "atmósfera", variaciones con respecto a la idea inicial:
El inacabable lapso de tiempo ha propiciado, indefectiblemente, que el proyecto inicial se replanteara.
Lejos queda ya aquella pretensión inicial de contar con un aforo aproximado para 75.000 espectadores. El abaratamiento de costes y la nada desdeñable idea que persigue la recreación de un ambiente similar al del actual Mestalla, se han acabado por revelar como los otros dos factores primordiales que los responsables del proyecto tienen en mente para configurar el arquetipo de estadio más idóneo.
Es exactamente por eso, que no solamente se ha decido, ad interim, renunciar a unas 15.000 plazas de asiento - finalmente, la voluntad es de tener unas 60.000 -, sino también a la pista de atletismo, la cual si bien dotaría a la instalación de mayor proyección internacional a la hora de poder celebrar otro tipo de eventos; podría, a su vez, redundar en perjuicio de los intereses estrictamente deportivos del equipo al minimizar la presión ambiental.
Por contra, no está previsto reparar en gastos enfocados a que el espectador goce de las máximas comodidades - asientos, accesos... - dentro de un proyecto ya a tres años vista.