El Valencia cambia con Racic su política de fichajes

Uros Racic es un mediocentro procedente del Estrella Roja y que destaca por su juventud: tan sólo 20 años. Pertenece a la nueva hornada de medios serbios - comparte características similares a las de Nemanja Maksimovic o el levantinista Sasa Lukic -. Dotado de buenas cualidades físicas - supera el 1.90 - y, a la vez, no está exento de fundamentos técnicos a la hora de manejar el balón; los dos millones de euros invertidos en su traspaso para las próximas cuatro campañas hacen de ésta una inversión considerada como de futuro.

Cubrirse las espaldas ante la posible sanción de la FIFA:

El riesgo de que la FIFA, a través de su investigación ya en marcha, pueda restringir a la entidad valencianista las incorporaciones durante las próximas ventanas de fichajes está cada vez más presente. Otros clubes ya saben lo que es pagar precisamente ese peaje por irregularidades en los traspasos de futbolistas menores de 18 años.

Como antídoto para combatir esta algo enmarañada situación, el Valencia CF se ha puesto en manos de Pablo Longoria. El ojeador asturiano, pese a su juventud, lleva ya tiempo demostrando sus dotes de "cazatalentos"; y su alta reputación en asuntos de "scouting" no ha pasado desapercibida para un Marcelino con el que ya compartiera esas labores durante su etapa en el Racing de Santander.

Así pues, el control de los jóvenes talentos como el propio Racic - también se sigue con interés a otros como Amine Bassi o Zaydou Youssouf - debería permitir al Valencia armarse de recursos suficientes - ya sea en la primera plantilla o cedidos - en el caso de que la eventual sanción de la FIFA se hiciera efectiva.

Otro aspecto que determina la novedosa política a seguir no es otro que el del gasto. Con 25 millones ya invertidos en la compra de Geoffrey Kondogbia, el resto del montante económico destinado a un traspaso de campanillas está, inevitablemente, destinado a lograr la continuidad de Gonçalo Guedes. Los en torno a 50 millones de euros reservados para la operación del portugués provocarían - al margen de la posible sanción - que la maniobrabilidad valencianista en el próximo mercado se redujera considerablemente.

Por lo tanto, la mejor solución pasa por incorporar jugadores en progresión, no estrellas sino jóvenes con posibilidades de llegar a serlo algún día. Y también pasa, indefectiblemente, por confiar en Longoria.