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El valenciano Mateu Lahoz, único español vivo en el Mundial

El colegiado es, tras el fracaso sin paliativos del combinado español, uno de los más firmes candidatos a arbitrar en las rondas finales.

Antonio Mateu Lahoz, árbitro.

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Antonio Mateu Lahoz (Algimia de Alfara, 1977) es uno de esos árbitros que no resultan indiferentes para nadie. Perteneciente a una estirpe más propia del colegiado de la Premier League, caracterizada por dejar jugar - a veces en exceso - para así premiar la viveza del juego, la buena consideración que diferentes estamentos tienen para con él le ha llevado a ser el único representante español en la actual cita de Rusia.

Y para, de acuerdo a los tiempos que corren, no ser menos; debutar y verse obligado a hacer uso del VAR fue todo uno para el trencilla valenciano. Concretamente, dejó sin señalar una acción que instantes después la asistencia de vídeo le instó a decretar como penalti, tras una mano cometida por el danés Yurari Poulsen en su duelo frente a Australia. Y es que una de las particularidades del VAR puede ser aquella de dejar en evidencia a quienes, como leitmotiv propio, acostumbran siempre a señalar poco...o no.

No obstante, su buena actuación en el segundo encuentro objeto de su arbitraje - el que disputaron Croacia e Islandia - parece poder abrirle las puertas de unas semifinales o de, incluso, la final; siendo, por tanto, seguramente el único representante español en Rusia destinado a obtener beneficio personal de la debacle sufrida por el conjunto "dirigido" por Fernando Hierro.

Pésima actuación en torno a la cual, a pesar de haberse ya contado todo, cabe destacar el rendimiento diferencial - con respecto a todos y cada uno de los jugadores restantes con la excepción del ex valencianista Isco Alarcón - de Rodrigo Moreno. El segundo tiempo de la prórroga ante Rusia resultó ser la única fase del enfrentamiento que propició que todos recordáramos que al fútbol se puede - y debe - jugar con profundidad. Y no es, para nada, casualidad que esos fueran precisamente los únicos minutos de los que el propio Rodrigo dispusiera.

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