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López Obrador abre un nuevo capítulo en la historia de México

Los mexicanos dieron una lección histórica y democrática al votar por primera vez por un partido de izquierda, que gobernará la nación a partir del 1 de diciembre

López Obrador abre un nuevo capítulo en la historia de México

Publicado por
Margarita Morales *

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Ha estado ahí, puntual en las últimas tres citas electorales de México, dispuesto a ganar la presidencia del país, que en dos ocasiones se le truncaron, una por fraude electoral -según argumentó y demostró con pruebas- y la otra porque perdió.

Pero finalmente, en su tercera apuesta, Andrés Manuel López Obrador consiguió una abrumadora victoria y se convierte ahora en el primer presidente de izquierda de la nación.

Este domingo 1 de julio, México votó por la izquierda dando un 53% de las sufragios a López Obrador, quien luego de una larga, exhaustiva y desgastante carrera de candidato durante 12 años, en la que contendió tres veces para ocupar la silla presidencial del país, finalmente lo consiguió.

Se trata de un hombre con una sencilla trayectoria de vida personal, que desde que incursionó en política siempre se identificó con las clases desprotegidas y que ahora busca transformar el país con cambios profundos, en los que sus prioridades son la clase más humilde y olvidada, así como erradicar la corrupción, que tan arraigada está en el país, y disminuir los altos índices de inseguridad que aún registran ciertos estados.

Se convierte en presidente porque así lo ha decidido una gran mayoría de mexicanos que, cansados y hartos del sistema que durante más de 70 años ha gobernado el país y que explotó con la mala gestión que ha hecho el priísta y actual presidente, Enrique Peña Nieto, dijeron no al partido de toda la vida, incluso al PAN, que ya ha estado en el poder, y dieron un sí rotundo a Morena, el partido de López Obrador.

A muchos mexicanos los resultados no les han gustado, porque, para empezar, México no ha vivido gobiernos de izquierda y antes prefieren que siga en el poder el PRI o el PAN, que tener a un gobierno de izquierda.

Sin embargo, los que optaron por el cambio dieron una lección de democracia, porque aunque en la jornada se registraron anomalías en algunas casillas del país, esta vez no se vivieron los incidentes de tantas elecciones pasadas, en las que se irrumpían casillas, se robaban urnas, se compraban votos y simplemente se cometía fraude, siempre en favor del Partido de la Revolución Mexicana.

Sin embargo, los resultados son los que son. Esta vez López Obrador arrasó con los votaciones ante sus contrincantes, Ricardo Anaya (PAN- 22.61%) y José Antonio Meade (PRI – 15.18%), que obtuvieron porcentajes bajos y preocupantes para las cúpulas de sus propios partidos, sobre todo el PRI, que nunca había alcanzado resultados tan bajos.

Aunque la llegada de la izquierda al poder es el inicio de un nuevo capítulo en la historia política del país, López Obrador sabe que su gestión como presidente no será tan fácil, pues males como la corrupción e inseguridad, no se erradican de la noche a la mañana, sobre todo la corrupción, que está tan arraigada en todas las clases sociales del país, un pésimo hábito en el que incurren muchos mexicanos con tal de obtener servicios, favores y trabajos de manera inmediata.

En cuando a la inseguridad que predomina en el país, López Obrador hereda el resultado de una falta de estrategia del ex presidente Felipe Calderón, segundo panista que llegó al poder y quien enfrentó el narcotráfico como parte de sus primeras promesas, sin una táctica bien planeada.

A raíz de esos primeros enfrentamientos para erradicar ese fenómeno social, el tema del narcotráfico se desbordó y lo que hace años eran pleitos y diferencias entre cárteles, acabó despertando una ola de inseguridad y asesinatos en todo el país, con una inusitada violencia a diferentes niveles.

Esto es lo que hereda López Obrador, un cáncer social, cuyos líderes, en décadas pasadas, estaban acostumbrados a "negociar" con los gobiernos de turno, con tal de que no se les molestara y que ahora, seguro, no podrán hacer lo mismo

El mensaje del nuevo presidente, una vez conocidos los resultados, se enfocó a pedir la conciliación del país, en todos los sectores y en respuesta a la división que se dio más durante las contiendas electorales, ante la campaña de desprestigio que en su contra orquestaron sus opositores, desde que contendió por primera vez, acusándolo de "querer convertir a México en un Venezuela". Todo debido a las ideas y políticas sociales que defiende y que pretenden hacer un país en el que haya más igualdad.

Para bien o para mal, México inicia un nuevo rumbo que obliga a todos a aceptarlo, a sumar esfuerzo, trabajo y compromiso para sacar adelante el país. Ciudadanos de todas las condiciones sociales, miembros de órganos empresariales y mismos partidos de oposición tienen que reconocer el triunfo y buscar la conciliación en aras de encontrar la unidad del país y sobre todo aprender la lección histórica y democrática que muchos mexicanos se atrevieron a dar.

*Periodista mexicana residente en la Comunidad Valenciana.