Un Congreso del PP poligonero y plasmático

“Yo para ser feliz quiero un camión”. Ni a Alaska ni a Loquillo se les esperaba en el Congreso que el PP celebra en un polígono del extrarradio de Madrid al que hasta el Google Maps se resistía a guiar. Pero si hubieran venido hubieran sido muy felices, a la vista de la cantidad de camiones que transitaban por la calle de al lado.

Entre camiones por las puertas y aviones saliendo cada dos minutos del cercanísimo Barajas -ojo, que Adolfo Suárez apoya a Casado-, el recinto elegido (Marriott Madrid Auditorium) parecía por momentos una estación intermodal.

Dos controles de seguridad para los periodistas, prohibición de entrada a la sala central -salvo gráficos-, y plasma para que todos los detalles se pierdan, resultaban premonitorios. Claro que tampoco todos los compromisarios cabían. Los excedentarios pueden por fin sentirse periodistas porque también a ellos les cupo el plasma*. Y a nosotros siempre nos quedarán los pasillos.

Lógico por tanto que el presidente del Comité Organizador, Luis de Grandes, inaugurara el cónclave con un discurso repleto de alabanzas a su gestión y la de sus mandados. Pero, como de Grandes dice y Lauren Postigo hubiera suscrito, no voy a abrumarles con “datos” y “palabras tecnocráticas”.

* El plasma ha fallado cuatro veces (cuatro micro-cortes) durante el discurso de la secretaria general María Dolores de Cospedal.

PD: el peso de la delegación valenciana en este cónclave -segunda en tamaño en el PP nacional- queda patente con la presencia de Enrique Ortí, concejal en Xirivella, en la Mesa del Congreso.