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La ciudad no es para mí. Vuelva usted mañana

El alcalde que ya no preside la corporación provincial, delega en la (su) segunda edil, una suerte de dimisión interruptus muy original.

La ciudad no es para mí. Vuelva usted mañana

Publicado por
JM Felix

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No pretenden estas notas semanales resultar de rabiosa actualidad. La actualidad, más rabiosa que nunca, no deja tregua ni espacio para la reflexión. Hasta se me antojan antónimos. Dejaré si acaso un par de líneas disponibles para felicitar a quien se haga con la presidencia pepera. Yo como Rajoy, sin decir ni mú, que para eso está Zapatero en las antípodas de la elegancia donde habita con su inane placidez tan ejercida. Aunque las comparaciones sean odiosas.

(Por cierto ignoro qué me impulsó a decir Sevilla por Madrid y Guadalquivir por Manzanares la semana pasada; aunque se me ocurren interpretaciones. Mis excusas en cualquier caso).

En el ámbito de lo nacional, la batería de medidas cantadas por los ministros de Sánchez, resumidas en la cifra del nuevo techo de gasto a negociar con el pp, contrastan con la torpeza en la gestión que terminará –le deseo mucho éxito- con Rosa María Mateo en la RTVE. Despistes o ausencias aparte, este microprocés ha resultado un desastre.

Llarena, probablemente por defecto, deja errante al gran farsante, mientras se despacha con los ropones tedescos. Y el gobierno de perfil, o en descansen. Aunque no parece asustado por las bravatas del otrora reconocido xenófobo. Entre pinto y valdemoro.

Rápidos con el gatillo ( o como el avión presidencial a Benicàssim), se han precipitado los cambios en corporaciones y embajadas; cargos autonómicos o locales, asesores y amigos han sido llamados a la corte como en el incierto tiempo de los cesantes. A la presidencia de Aena o a sillones de similar millonario emolumento. Valencianos unos cuantos.

Me ha sorprendido el relevo de Bonet en el Cervantes y quizás más el nombramiento de Luis García Montero, que se estrenará como gestor.

En la Comunitat van cayendo sentencias contrarias a la política lingüística –catalanista sin reservas- de Marzá y el Constitucional anula parte de una Ley de Vivienda que tal vez quisiera emular a nivel nacional el ministro de la cosa. De lo primero colige la vicepresidenta poco menos que se quiere amordazar el valenciano, como si ello fuera posible. De lo segundo, digo yo que no se deben sacar los pies del plato.

Mientras, semana tras semana, el alcalde que ya no preside la corporación provincial, delega en la (su) segunda edil, una suerte de dimisión interruptus muy original. Y se conoce el tráfico de subvenciones –diz que culturales- entre el independentismo y el catalanismo local. Lo que con este calor se digiere mal.

Vuelvo a Rajoy. Hay millones de españoles –ojalá crezca la cifra- que no merecen que les falle el Partido Popular, por lo que el ganador, generoso debe ponerse de inmediato a la faena, y la otra más de lo mismo.