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La ciudad no es para mí. Juego de poltronas

La ciudad no es para mí. Juego de poltronas

Publicado por
JM Felix

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Un ritmo incierto y desigual va marcando un calendario estival que irremediablemente se consuma –para quien puede- con las ansiadas vacaciones. El peligro, se me antoja, de no retorno acuciando. En sentido figurado, por supuesto.

Los ciudadanos –todos, no sólo los conmilitones de Rivera; todos, mujeres y hombres que es lo que indica de manera sintética el plural castellano sin necesidad de mayor aspaviento- volverán a su trabajo tras esos días de asueto en los que se busca “desconectar” como principal objetivo. Pero tal vez vuelvan (volvamos) desconectados definitivamente.

Desconectados de una realidad evanescente y desaparecida, suplantada por una ficción cuidadosamente diseñada desde complejos y comprometidos puentes de mando. Desconectados y definitivamente ajenos a la manipulación sistemática, al uso perverso de fake news y posverdades diversas, al adoctrinamiento y al pensamiento único del buenismo institucional.

En el procedimiento juega un papel importante dónde colocan sus vulgares posaderas los que se pretenden importantes y pelean por mantenerse en el machito.

En poco más de una cuarentena los pobres asientos, acostumbrados a ser removidos o renovados a capricho de quien los posee, se han hecho con el protagonismo y son ellos los que permanecen esperando culo nuevo.

El primero fue el banco azul del congreso, provocado por una mezcla letal de sinvergonzonería y torpeza (y por la condición semoviente de ese delincuente escurridizo como una sanguijuela que se pretende en el exilio) aprovechada sin pudor alguno por el que ya se conoce como Pedro el okupa. Luego ya todo en cadena, hasta afectar a lo doméstico.

Tal vez, como hacen los horteras con los asientos del coche o el tresillo del salón recién comprados, debieran mantener unos días los plásticos protectores como vienen de fábrica, por si hay que devolverlos en breve.

Muy como somos los españoles, hacer leña de árbol caído deviene ya deporte nacional. Pobre Rajoy.

Fíjense por el momento en los encuentros del flamante nuevo presidente del PP (¿tendría que decir del nuevo PP?) apenas alcanzada su meta: Mariano en el sillón, él en el sofá; Aznar en el sofá y él en el sillón; él en un sillón y Soraya en otro (ambos más informales) … Juego de poltronas en el PP. Por cierto en el reparto de escaños no cualificados del Congreso, Cospedal mejor situada –dicen- que su eterna rival.

Los analistas de connotaciones y significados profundos, se están poniendo las botas con tanto cambio en los asientos.

Y en Zarzuela -una silla que no paran algunos de mover con la vana ilusión de que su ocupante resbale y se caiga- se han armado de paciencia. Si no que le pregunten a Macron tras su flagrante retraso.