El Valencia CF demuestra estar ya preparado para plantar cara a cualquiera
Aunque se trate de un enfrrentamiento ante el que probablemente a día de hoy sea el equipo más compacto de Europa. Y es que los de Marcelino supieron cómo darle la vuelta al decorado.
El Valencia CF demuestra estar ya preparado para plantar cara a cualquiera
Valencia 1- Atlético de Madrid 1. Incluso aunque se trate de un enfrentamiento contra el que probablemente a día de hoy sea el equipo más compacto de Europa. Y es que los de Marcelino supieron darle la vuelta al panorama por completo en el segundo tiempo y ... ante el rival que más cómodo se siente con el marcador a favor.
No son tantas las ocasiones en que un partido de fútbol deja tan patente uno de sus tan manidos tópicos. Aquello de “una mitad para cada equipo” representa el axioma perfecto sobre el que argumentar en este más que ilusionante inicio liguero valencianista.
Y si el juego se desarrolló en torno a esta premisa no fue, en ningún caso, por incapacidad de los de Marcelino frente a tan poderoso rival ni por un planteamiento algo reservón de éste.
Es cierto que los primeros 45 minutos fueron de los pupilos de Simeone, pero no por ello el Valencia dejaba de exponer sus cartas. La defensa adelantada dispuesta por el preparador asturiano permitía que se jugara en pocos metros, a la vez que propiciaba que varios avances rojiblancos acabaran abortados por fuera de juego – hasta cinco durante este primer acto -. Por otro lado, un cada vez más consciente de su rol de líder Rodrigo Moreno terminaba por ingeniárselas para generar peligro frente al marco defendido por Oblak; suyos fueron los dos más destacados disparos valencianistas – especialmente uno cruzado que pasó rozando el palo - en este periodo.
No obstante, este Atlético demostró haber añadido a sus tradicionales virtudes relativas a la consistencia y la solidez otras varias y que redundan en la brillantez de su juego. Bien a las claras lo dejó Griezmann permitiendo a Correa, tras magnífica maniobra y asistencia en la frontal, batir por bajo a Neto en posición inmejorable. Acción en la que Piccini no supo acompasar su salida de la línea defensiva con sus compañeros de zaga, y que servía para que Ángel Correa se siguiera ganando la condición de bestia negra che.
Ya a favor de obra y marcador, Diego Costa estuvo a punto de ampliar distancias por dos veces; pero la providencial intervención de Neto primero, y una mano interpretada por el colegiado después en su pugna con Gabriel, propiciaron que el 0-1 hiciera permanecer, como más tarde se iba a poder ver, las espadas en todo lo alto del marcador.
Así pues, tras el paso por los vestuarios el Valencia no iba a tardar en exceso en ofrecer los primeros atisbos de, pese a todo, seguir muy vivo en el choque. Solventados unos minutos iniciales en los que Garay pudo jugarse la expulsión ante Diego Costa, y en los que el omnipresente ariete hispano-brasileño estuvo a punto de empujar el balón que hubiera supuesto la sentencia a centro de Correa; otro enorme delantero hispano- brasileño amenazaba con erigirse en aún más protagonista.
Sólo 12 minutos de la reanudación bastaron para que Rodrigo aprovechara el servicio de cabeza de dentro del área un Daniel Wass, que había sido previamente habilitado por Kondogbia, para fusilar, tras bajar el balón con el pecho, a Jan Oblak. Fue necesario hasta el error de Godín _ probablemente el perimero que comete en años- en su marca.
A partir de ahí, los colchoneros acusaban el golpe y se abría una fase del partido favorable a los intereses valencianistas. Tanto es así que, una vez Parejo y Kondogbia, por fin, habían comenzado a dominar la parcela ancha; un extraño - sobre todo debido al control que acostumbran a ejercer los atléticos - efecto correcalles se apoderó del duelo. Algo que, como apuntamos, resultó beneficioso para un cuadro de Marcelino que bien pudo llevarse los tres puntos de no aparecer Oblak con sendas y providenciales intervenciones cuando Wass y el debutante Gameiro - también lo fueron Diakhaby y Batshuayi durante este segundo tiempo – tuvieron la oportunidad de encararle en el mano a mano.
Así pues, la jornada resulta propicia para, volviendo a hacer gala del uso de los tópicos, hablar del justo reparto de puntos que vivió, la hoy en todos los sentidos, caldera de Mestalla.