Comienza la polémica transformación de una guardería en centro de acogida
El Ayuntamiento de Valencia incumple la palabra dada a los vecinos del barrio de Ayora de que las obras no se iniciarían hasta que la concejal volviera a hablar con ellos en septiembre.
Las obras han empezado con agostidad, a pesar de que en una agitada reunión con los vecinos el 30 de julio la concejal Neus Fábregas (València en Comú) se comprometió según los vecinos a no hacer nada hasta celebrar en septiembre una nueva reunión con ellos. El enfado de muchos es mayúsculo, sobre todo porque se les ha tildado de racistas por objetar que el lugar elegido no reúne condiciones de sociabilidad.
Hablamos de la antigua guardería de la plaza Federico Mayo, sita en un patio rodeado de viviendas, una plaza interior rodeada por bloques, con techos bajos en las entradas, un lugar en el que algunos vecinos tildan de “búnker” y en el que aseguran se hace difícil la integración. La respuesta municipal fue que estaban siendo racistas y xenófobos, lo que ha indignado todavía más a los vecinos, que se jactan de su multiculturalidad y de ser un barrio de acogida, con tres mezquitas en 200 metros.
El origen del problema está, explica el portavoz de Ciudadanos Fernando Giner, en la “falta de información, planificación y diálogo por parte del Tripartito, las cosas no se pueden hacer sin diálogo, dando por hecho que la izquierda tiene la exclusiva de la solidaridad. No son claros, en tres años se podía haber planificado este tipo de actuaciones. Solidaridad por supuesto que sí, pero con diálogo”.
Los vecinos llevan años pidiendo al Ayuntamiento que en ese lugar se instale una biblioteca o un local para la policía, para lo que nunca había presupuesto. Y de repente se les anuncia que lo que se va a hacer en la antigua guardería Jaime I es un centro para inmigrantes. Es decir, no se ha contado con los vecinos, que, encima, se enteraron de una decisión -que no estaba sobre la mesa en reuniones anteriores- cuando ya había sido tomada, y que este lunes han comprobado que la promesa de la concejal ha quedado en nada.
Cuatro días de verano
Hay cuatro fechas clave en el desarrollo de los acontecimientos. La primera es la del 22 de junio. Ese día el consistorio declaró “de emergencia humanitaria las actuaciones que fuesen necesarias (suministros, servicios, obras ,...) para el alquiler y acondicionamiento de un centro en la ciudad de Valencia para la atención de las personas migrantes que llegasen a nuestra ciudad por distintas vías”. Sin más datos.
La idea de alquilar un local se abandonó con fecha 13 de julio, al aprobar la Junta de Gobierno Local acondicionar de emergencia un local propiedad municipal para los fines antes descritos, sin especificar cuál.
Los vecinos acabaron enterándose por los medios de comunicación de que el lugar elegido es la antigua guardería, que lleva años abandonada. Ante el revuelo que se forma, la tenienta (sic) de alcalde de Participación Ciudadana y Acción Vecinal, Transparencia, Gobierno Abierto y Auditoría Ciudadana, y de Cooperación al Desarrollo y Migración, Neus Fábregas, se reúne con los interesados en el citado local y les dice que va a ser un centro temporal para 20 personas, aunque no concreta la temporalidad. Con posterioridad el Ayuntamiento aumenta por escrito a 47 el número de acogidos, tras una pregunta del grupo popular, y más tarde una de las contratas demanda 70 colchas y 120 mantas.
La tercera fecha destacada es la del 31 de julio, justo un día después de la promesa de la concejal, que es cuando se firman contratos menores (algunos al límite de los 40.000 euros) para el acondicionamiento y la adquisición de mobiliario, electrodomésticos, menaje de cocina, sábanas, toallas, mantas "para el Centro de Acogida en Ayora".
Y la cuarta es la de este lunes 20 de agosto, día del inicio de las obras, a las 8 de la mañana, anunciadas desde el pasado jueves por un cartel. Según la concejalía “las obras serán únicamente los baños de la primera y la segunda planta, pintar el espacio y limpiarlo”, lo necesario “para cualquier uso futuro que tenga dicho espacio” que se “clarificará” en una segunda reunión a celebrar en septiembre. Algunos vecinos han bajado a pedir la licencia de obras, llegando a intervenir la policía a título informativo. Otros muchos están todavía de vacaciones.
Emergencia en Andalucía y en Valencia
La moción aprobada por el Ayuntamiento de Valencia para dar luz verde al proyecto de acondicionamiento se fundamenta en que las plazas de acogida y acción humanitaria están ocupadas al 100% en Andalucía “por lo que están fomentando que gran parte de las personas recién llegadas se dirijan a otras ciudades y, entre ellas, particularmente, a la ciudad de Valencia”.
Pero aquí pasa lo mismo con el Servicio de Primera Acogida (SPAI), que deriva a recursos municipales, cuyos dispositivos de alojamiento también están totalmente ocupados. El equipo de gobierno justifica la presentación a la Junta de Gobierno del 13 de julio para el “acondicionamiento con carácter de emergencia de un local, anteriormente colegio municipal” no especificado, y que ha resultado ser el del barrio de Ayora, en que estamos ante “acciones que no se han podido prever de antemano” por ser fruto de “situaciones sobrevenidas”.