La ciudad no es para mí. Ediles de fantasía
Nos hemos ido acostumbrando, porque a lo tonto a lo tonto se acaba la primera legislatura de estos nuevos ediles que, democráticamente y en general con beneplácito popular, tomaron hace un poco más de tres años un sinfín de ayuntamientos. Entre ellos los de las tres ciudades más grandes de España, incluido –claro está- el del Cap y Casal de esta alegre Comunitat.
Conviene recordar que ganar, lo que se dice ganar, no ganaron en ninguno y que pese a la insistencia de peperos no caló en la pública opinión aquello tan cierto de los ¨pactos de perdedores”. Yo creo que a los españoles nos divierte el riesgo y a los valencianos –disculpen la obviedad- jugar con fuego. El abnegado cuerpo de bomberos al quite y, en materia general, si toca volver a votar al PP una temporadita –para que salve los muebles; esos que después se van a quemar- pues se hace. Aunque sea sin demasiado convencimiento y hasta con un touch de cínica repugnancia.
Como si de trasnochada nouvelle cuisine se tratara. Y si no, que se lo pregunten al chef Tezanos, que si se lo propone hará del CIS un infierno y echará, por guarros, a los que le lleven la contraria. Modelo Chicote.
Ahí está Dña. Manuela (¡ay Carmena, ay Carmena!) que se jubiló de jueza progre mientras su marido –experto urbanizador burocrático de media Andalucía- cerraba el estudio de arquitecto con concurso (de acreedores) y ERE, diz que fraudulentos en la forma y trato de sus leales trabajadores. Lo del presunto alzamiento de bienes es como el Guadiana; ya se encargó la jueza en su momento de que no se vieran los ojos. Empezó como si nada; con esa risa tonta de anuncio de adhesivo para dentaduras postizas, hasta llegar a inventarse un DNI de monopoly, welcome refugees y acoger mantería como digna profesión, cambiando nombres de calle y ensanchando aceras. Y los madrileños que trinan; en San Isidro o en la Paloma que son fiestas no laicas de sospechosa procedencia.
Y D. Joan, Ribó, a punto de cambiar su bicicleta, como niño con patinetes nuevos, tras tocarle la lotería Sánchez en la cosa del Consorcio de la Marina (si Rita Barberá levantara la cabeza …) aunque proteste Oltra, que es lo suyo, y pelillos a la mar –precisamente- con el mural de los etarras, que él nacido en Cataluña, pasaba por allí y es ingeniero (de acreditado doctorado por cierto). Mientras, el Cabanyal alborotado, y la plaza Manuel Granero ni te cuento; la de la Reina sin empezar y la de Brujas ya veremos; el italiano ya se mueve de sobra invento tras invento.
Ediles de fantasía, entre Kent y la señorita Pepis. Para jugar al escondite, o la gallinita ciega. Como un “sambori” permanente e interactivo que empieza en cualquier sitio y te llevará al balcón del ayuntamiento, aunque sea de visita.
(De Colau “la bromista tuitera”, otro día)