Nueva igualada valencianista: Iago Aspas le pone otra X a Marcelino
Valencia 1 - Celta 1. Ni siquiera el partido más completo en lo que va de campaña permite al valencia sumar su primer triunfo.
Ni siquiera el partido más completo en lo que va de campaña permite al Valencia sumar su primer triunfo. Su quinto empate en seis partidos ligueros supone un mazazo que hace que se disparen todas las alarmas.
Pese a que, por desgracia para muchos, los de Marcelino incidían una vez más en su propuesta futbolística escasamente proclive a la creación del juego a través de la posesión del esférico, por primera vez en lo que llevamos de curso sí encontraban la manera de hincar el diente al rival en unos primeros 45 minutos. La fervientemente añorada conexión entre Rodrigo Moreno y Gonçalo Guedes recordaba, por momentos, a la de la temporada pasada. Únicamente y de forma paradójica, el desacierto de ambos ante el gol permitía a los celtiñas respirar; puesto que ni el hispano- brasileño primero fue capaz de transformar una buena acción de Carlos Soler, ni podría hacer lo propio el portugués al marrar en el intento de culminar un preciso y precioso taconazo del propio Rodrigo que le dejaba en posición inmejorable.
Pero la dupla artífice de la gran campaña 2017-18 por parte che volvería a conectar; con Rodrigo iniciando una jugada que, después del gran pase interior de Guedes, propiciaba que el belga Michy Batshuayi estrenara su cuenta goleadora en su periplo valencianista. A partir de ahí, el Celta de Vigo trató de ofrecer leves síntomas de reacción, aunque éstos sólo se plasmarían en un lanzamiento del medio turco Okay ligeramente desviado. Así pues, por fin, el Valencia CF tenía durante el presente ejercicio un enfrentamiento donde más le convenía y como más cómodo se siente. Con la posibilidad de liquidarlo a la contra.
Precisamente, el inicio del segundo acto no haría atisbar nada diferente. En primer lugar Guedes desde la frontal tras jugada ensayada y, poco más tarde, Rodrigo después de acción individual por el costado derecho se quedarían tan solo a centímetros de hallar el premio del tanto. Pero la mejor oportunidad de gol que, probablemente, hubiera derivado en la sentencia del choque la tuvo el danés Daniel Wass, al enviar un disparo con el exterior de su bota derecha lamiendo el palo tras óptima dejada de espaldas de Batshuayi.
Desde ese preciso instante, la sensación - para desesperación de una cada vez más desencantada parroquia che – imperante sobre el césped pasaba por admitir que hasta ese punto le había alcanzado la gasolina al Valencia CF. Los agobios celestes comenzaban a llegar con el hoy sorprendentemente hombre de banquillo Pione Sisto superando por su banda a Piccini, y el joven Fran Beltrán dominando la parcela ancha.
Y por si esto fuera poco, la amenaza de Iago Aspas comenzaba a rondar por Mestalla. En su primera opción Neto le rebañaba con los dedos un peligroso balón cuando ya se aprestaba a definir, pero en la segunda no iba perdonar. Un perfecto centro del lateral zurdo Juncá al corazón del área no podía calificarse sino como un caramelo para un delantero del nivel del gallego, quien se anticipó a los centrales para picar un testarazo inapelable e imposible de detener para el meta brasileño. El 1-1 llegaba a ocho minutos del final y el Valencia ya no tendría reacción. La soga al cuello de Marcelino cada día aprieta un poco más.