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Sergio Bea: “Beber agua es muy bueno pero no baja la tensión”

Si tienes cefaleas, dolor de cuello, sensación de vista cansada o pitidos en los oídos, es posible que presentes hipertensión aunque no lo sepas. Lo analizamos con el doctor Sergio Bea

Sergio Bea.

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Pilar Tamayo/ Fotos: Vicente Rupérez

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La hipertensión se ha convertido en una pandemia que afecta al 35% de los valencianos y que se dispara hasta el 60% a partir de los 60 años. Las cifras recomendadas varían, precisamente, con la edad pero las situaríamos por debajo de 14-9. Se corrige combatiendo la obesidad, dejando de fumar, haciendo ejercicio físico y evitando el consumo excesivo del alcohol.

Una presión arterial elevada puede ocasionar anginas de pecho, insuficiencias cardíacas, infartos de miocardio, ictus, hemorragias, pérdidas de visión o disfunciones en el riñón. Los analizamos con el doctor Sergio Bea, nefrólogo experto en hipertensión en los hospitales Quirón y La Fe.

¿Qué tensión se considera peligrosa?

Varía en función de la edad. Las distintas sociedades de hipertensión están abogando por unas cifras cada vez más restrictivas. Ahora se considera una tensión óptima la que está en 13-8, incluso 12.5-8. A partir de 14-9 entramos en el terreno de la hipertensión en gente joven porque en el anciano se toleran cifras más elevadas. Todo lo que está por debajo de 14-9 sería lo ideal.

Cuando hay cefaleas, dolor de cuello, sensación de vista cansada, pitidos en los oídos… habría que tomarse la tensión.

¿Qué síntomas nos avisan?

Estamos ante una de las enfermedades más prevalentes a nivel mundial, con un 25% de la población hipertensa y un 35% en el caso español. Esta diferencia porcentual se produce porque incluimos también países en vías de desarrollo que, por su pauta nutricional, no suelen ser hipertensos así que hablamos de una media global. En mayores de 60 años, nos iríamos al 60% y esto sólo de diagnosticados porque el problema es que en muchos pacientes no se conoce porque la hipertensión a veces no da la cara y puede cursar con síntomas muy banales como dolor de cabeza al levantarse. Cuando hay cefaleas, dolor de cuello, sensación de vista cansada, pitidos en los oídos… habría que tomarse la tensión.

¿Con qué frecuencia nos la tendríamos que tomar?

Los menores de 40 años, poco; bastaría con una vez al año. A partir de ahí, cada tres meses pero desde los 50 años, mensualmente para que nos sirviera de despistaje.

¿Los tensiómetros domésticos son fiables?

Hay dos tipos de aparatos. Los que nosotros hablamos de brazo y los de muñeca. En realidad, actualmente todos están homologados aunque a los médicos nos siguen gustando más los de brazo. Es verdad que cuando compramos un aparato en farmacia, lo tenemos durante años y no llevamos un mantenimiento como en un hospital para calibrarse. Los domésticos van perdiendo eficacia pero sirven para el despistaje global.

¿Escuchar el latido pasó a mejor vida?

Precisa de alguien que te la tome porque hay que escuchar el latido, lo que implica cierto conocimiento sanitario. A veces en el hospital lo seguimos empleando aunque la técnica ha sustituido al oído.

El varón es más hipertenso hasta la menopausia de la mujer, momento en que los niveles se equilibran y la raza porque la negra tiene tendencia a tener más hipertensión

¿Cuáles son las causas?

Tenemos una serie de factores no modificables que son: la genética; el sexo, porque el varón es más hipertenso hasta la menopausia de la mujer, momento en que los niveles se equilibran y la raza porque la negra tiene tendencia a tener más hipertensión y más difícilmente controlable que la caucásica.

Dentro de los modificables, suelen ser la obesidad, el tabaquismo y el sedentarismo. La gente debe hacer actividad física porque si no, el organismo tiene tendencia a aumentar la presión. Después hablaríamos del alcohol en exceso o una dieta rica en sal y grasas.

Hay otras causas íntimamente relacionadas, como la diabetes.

Es muy importante decir que pese a que en el 90% de las veces no se encuentra una causa concreta, hay un 10% que son tratables y, por tanto, la hipertensión es curable, sobre todo en gente joven a la que le evitas tomar medicación de por vida. Es cuando hablamos de causas secundarias, como tiroides, exceso de adrenalina, a nivel cardíaco para comprobar que no exista un exceso de trabajo o ver alteraciones a nivel renal.

¿Y cómo se puede controlar?

La tensión alta producida por causas no modificables precisa fármacos.

Y en los demás casos, siempre hacemos hincapié en lo que puede hacer el paciente: perder peso, actividad física, dejar de fumar, llevar una dieta cardiosaludable y si no se controla, incorporamos medicación.

¿Qué puede producir?

El problema de la hipertensión es que repercute sobre una serie de órganos diana, como el corazón, que tiene que trabajar más para vencer la presión y puede producir una hipertrofia ventricular que puede hacer con el tiempo que pueda ir fracasando en sus funciones y, por tanto, aumenta el riesgo de insuficiencia cardíaca, angina de pecho o infarto. También se ven afectados la vista, porque se puede dar lugar a una pérdida de visión si no se controla. Además, es posible que altere la actividad cerebral aumentando el riesgo de ictus o hemorragias, que pueden dejar un daño neuronal severo. Y después, el órgano que la gente da menos importancia pero que es uno de los grandes damnificados es el riñón. Puede provocar una nefropatía hipertensiva y empezar a estropearse y con el tiempo, precisar diálisis o un trasplante de riñón. El riñón es el órgano que se encarga de regular la presión arterial.

¿Y el estrés?

Es un factor fundamental y difícil de solucionar.

¿Cada cuánto tiene que tomarse la tensión un paciente hipertenso?

Depende. Los hay muy estables que con una vez a la semana sobra. Y, en cambio, hay otros que debemos recomendarles que lo hagan con más frecuencia. Tenemos dos sistemas: el Ampa, que es la automedida de la presión arterial donde el médico indica las pautas. Y después contamos con el mapa de presión que es la medida ambulatoria: es un aparato, holter, que el paciente lleva durante 24 horas haciendo una vida normal y esto nos sirve muchas veces para diferenciar algunos tipos de hipertensión que no tenemos claros. Por ejemplo, hay pacientes de bata blanca que en la consulta dan valores altos por los mismos nervios pero en casa, no. Si con el aparato confirmamos que se mantiene normal, nos evitaríamos medicarle.

Esto nos dice si se tiene hipertensión o no y, en caso de tenerla, en qué grado. Y algo muy importante que a veces los médicos no valoramos es el patrón de hipertensión que es tan importante como los valores y se refiere a qué tipo presenta. Hay tres: bueno, dipper: el paciente tiene la tensión más alta en el periodo de actividad y más baja durante el reposo. Después tenemos el no dipper que va al revés: descansando hay más presión y, por último, el malo que se llama Riser que presenta cifras altas durante todo el día.

Según el tipo, intentamos adaptar los horarios de toma de medicación. El holter nos ayuda para esto.

¿A qué hora es mejor tomarla?

Nosotros recomendamos al levantarse y antes de acostarse. No tiene sentido estar en una reunión y ponerse el aparato nada más salir. Conviene en las situaciones más tranquilas posibles, sin estímulos fuertes. La primera toma siempre aconsejamos desecharla porque uno está pendiente. Así que pautamos tomarla dos veces y hacer una media.

¿Estamos mejorando o empeorando?

Va en crecimiento y se estima que en 10 años habrá casi 500 millones más de hipertensos a nivel global. El envejecimiento de la población, cada vez hay más niños obesos y más pacientes sedentarios y fumadores, con lo que estamos ante una pandemia a nivel global que hay que solucionar. Debemos educar al paciente a controlar su tensión. Ahora se aboga por la dieta dash, rica en frutas, verduras, baja en sal, sin estimulantes…

¿Hay más fumadores?

Cuando los ves en la consulta, al ser población de riesgo, encuentras una incidencia alta. A nivel general, parece ser que está aumentando el ratio de mujeres fumadoras. Y es un problema que seguimos sin resolver pese a ser un factor muy importante en la hipertensión.

No es un vicio de los más caros que hay y la gente se lo puede permitir. Cuando se deja de fumar, la presión es posible que suba pero por la misma ansiedad que genera la dependencia de la nicotina.

Escucho mucho a los pacientes hablar de si la tensión está compensada o descompensada. Esto no es así. La realidad es tener cifras dentro de parámetros normales.

¿La hipotensión también es un problema?

Depende del grado. Sobre todo en las mujeres en edad fértil, es normal tener una tensión más justita. Pero tensiones de 10-6 en una chica joven sin que el produzca ninguna clínica, no es patológico. El problema es si habláramos de síncopes o mareos.

Y en estos casos, ¿cómo podríamos subirla?

Puede estar inducida por fármacos que le estuvieran bajando la tensión, en cuyo caso habría que evaluarlos y si no, revisar la dieta. Muchas veces recomendamos aumentar la cantidad de sal. Vemos mujeres que con una pareja hipertensa, se acostumbran a comer sin sal y son hipotensas. En estos casos, aconsejamos que se eche un poco de sal o coma alimentos como anchoas, aceitunas, frutos secos… siempre y cuando dé clínica.Esscucho mucho a los pacientes hablar de si la tensión está compensada o descompensada. Esto no es así. La realidad es tener cifras dentro de parámetros normales.

¿La Coca-Cola sube la tensión?

Al llevar cafeína, aumenta la presión arterial pero comparada con un café, lleva poca. La Coca-Cola no es agua aunque los niños no lo vean y, con el tiempo, puede producir hipertensión. Habría que educar desde el colegio aunque es verdad que se hace más hincapié desde los comedores escolares.

¿Existen bulos?

Claro que los hay. Lo que siempre hemos oído que algunas hierbas mejoran o que los deportistas no tienen hipertensión o que no conlleva ningún peligro o que beber mucha agua la baja, cuando no es así pese a que es muy bueno beber mucho. También escucho mucho a los pacientes hablar de si la tensión está compensada o descompensada. Esto no es así. La realidad es tener cifras dentro de parámetros normales.

¿Y se recurre a la homeopatía?

No hay nada demostrado con eficacia más allá de los fármacos. Los diuréticos pueden estar bien si hay un exceso de volumen pero si no, no es bueno porque puede afectar el riñón. Lo que hay que hacer es ir a un médico para que dé las recomendaciones. Nunca hay que automedicarse.

¿La Medicina está deshumanizada?

Lo que pasa es que falta tiempo para poder hablar con los pacientes. Por ejemplo, yo digo: no tome sal pero ¿eso qué significa? La cantidad diaria óptima se sitúa entre 5 y 6 gramos de sal. No hay tiempo de explicar por la presión asistencial que tenemos. Muchas veces también es importante que las personas te cuenten sus problemas personales porque por ejemplo si hay un estado de ansiedad, la presión puede subir pero se soluciona con un ansiolítico y no con fármacos para hipertensión. Una cosa es la parte médica y otra es la personal.