El valenciano que corrió la maratón en el Descubrimiento de América
Fray Antonio Margil fue apodado el fraile de los pies alados por los kilómetros que realizó andando en la conquista del Nuevo Mundo.
Lleno de tópicos está el Descubrimiento de América con respecto a los valencianos, sobre todo en el sentido de que participamos más bien poco en este histórico acontecimiento. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, quizás por el interés de unos pocos cuya experiencia histórica carecía de sentido y de existencia en el siglo XV.
Una de las cantinelas más constantes en el estudio de nuestra historia con respecto al Descubrimiento de América ha sido la falta de exploradores y aventureros en la conquista del Nuevo Mundo. Como decíamos, falso en su forma más burda. Para demostrarlo, solo hace falta echar un vistazo hacia atrás y ver cómo descubrimos Oregón o fundamos diversos colegios / ciudades en Nicaragua o Centroamérica.
Comencemos este repaso a algunos de los más destacados nombres valencianos de la conquista de América por un hecho singular, no sólo para el resto de España, sino para el resto del mundo. Se trata de Antonio Margil de Jesús, nacido en Valencia en 1657. Este misionero franciscano fue el religioso que más kilómetros recorrió a pie en todo el continente americano. Tal cual. De niño, fue bautizado en la iglesia de los Santos Juanes y, ya como religioso, residió en los conventos de Onda y Denia. Todo un personaje vertebrador de la idea de Reino de Valencia (antes) o de Comunidad Valenciana (en la actualidad). Su afán misionero le llevó de un lado a otro, desde Méjico hasta Nicaragua o Guatemala y vuelta a empezar. Hasta tal punto hizo kilómetros enseñando la fe que fue apodado y conocido como el fraile de los pies alados. Pero sus aportaciones al mundo americano no se detuvieron ahí. También escribió un diccionario indígena en Nicaragua, la “Gramática de la lengua Tzotzil”, indispensable para la integración del pueblo indio.
Y es que, a los valencianos parece que se les daban bien los idiomas precolombinos, quizás por aquello que el valenciano (idioma) había atravesado ya su Siglo de Oro, tan diferente a la inexistente literatura catalana. Tal es así que otro valenciano, Rafael Ferrer, en el siglo XVI, jesuita para más señas, se especializó en lenguas indígenas y escribió un “Compendio de la doctrina cristiana en lengua cofana”. Y ya van dos. No serían los únicos. Más metido en temas etnográficos anduvo el oriolano Juan Fernández, nacido en 1640, que escribió la “Relación de los indios seri”, acompañado, también por una interesante relación de términos lingüísticos.
Pero no solo de misioneros estuvo hecha la pasta valenciana en el Descubrimiento de América. También los exploradores y conquistadores jalonaron de aventuras la conquista del Nuevo Mundo. Jaime Raquín fue uno de los conquistadores de Río de la Plata. Incluso llega a firmar en 1557 capitulaciones con el Rey de España para una nueva expedición a dicha zona. Y por supuesto, quien no podía fallar era el conocido marino y cosmógrafo Diego Ramírez de Arellano, natural de Játiva, quien descubrió las islas del mismo nombre en 1620. Su vida fue de las pocas que han alcanzado reconocimiento, no mucho, en la historia de nuestra Comunidad.
Más allá de la conquista, en el apartado explorador también tuvimos una presencia destacada. Así, hay que recordar a un personaje casi olvidado, Bartolomé Ferrer, que concluyó la expedición por la costa Oeste de EEUU, entonces desconocida, descubriendo emplazamientos de gran importancia en Oregón y la Baja California. Su epopeya tuvo lugar en 1542 y abrió el camino a exploradores posteriores que llegarían hasta Alaska gracias a sus aportaciones cartográficas. Una historia similar, salvando las distancias geográficas, a la acontecida con Juan Sebastián Elcano, al tener que tomar el mando de la expedición tras la muerte de su capitán Juan Rodríguez.
Las curiosidades de sus gestas llenaron páginas de la época. Sin embargo, la historia los dejó relegados por la falta de interés de sus propios paisanos en recuperarlos como memoria viva de una epopeya que trascendió el imperio del tiempo. El Descubrimiento contó con otros muchos personajes protagonistas, como los dos papas Borgia, o el financiador de la expedición de Colón, Luis de Santángel, que jugaron un papel principal en el proyecto Americano de España. Pero éstos, por razones de peso, dejaron su huella imborrable en el colectivo valenciano. Por cierto, un apellido, Colón, que acabaría eligiendo nuestra Comunidad para enraizar su estirpe. Pero eso es tema para otra historia.
Vicente Javier Más Torrecillas
Doctor en Historia
Académico de la Real Academia Valenciana