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Desafío al cáncer de pulmón: un TAC para el diagnóstico precoz a fumadores

El Desafío Oncológico organizado en Valencia por los jefes de Oncología del IVO y del hospital General reúne a líderes de opinión nacionales e internacionales.

Vicente Guillem, coordinador de las jornadas.

Publicado por
Pilar Tamayo

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¿Aceptas el reto? Es una frase hecha que cobrará significado, durante los dos próximos días, en el Desafío Oncológico organizado en Valencia por los jefes de Oncología del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), Vicente Guillem, y del hospital General, Carlos Camps.

Unos setenta líderes de opinión nacionales e internacionales abordarán la dificultad de conseguir que cada día más pacientes diagnosticados de cáncer vivan más y mejor. Y lo harán con el estímulo que transmite el doctor Vicente Guillem: “Si ahora claramente podemos decir que nuestros pacientes se curan en un 60%, el reto sería que en 2030 consiguiéramos un 70% de curaciones globales. Si diagnosticamos en España 250.000 cánceres anualmente, un 10% significaría que cada año curaríamos a 25.000 personas más”. A día de hoy, entre un 85 y un 90% de los cánceres de mama, tiroides o linfoma de Hodgkin se curan. “Hablamos de curación cuando las personas están vivas y libres de la enfermedad cinco años después del diagnóstico”, explica Guillem.

El tabaco causante del 80% de los tumores pulmonares

Los porcentajes no son tan optimistas en otros tumores, como por ejemplo páncreas, con una curación lamentablemente muy baja, de un 15% o de pulmón, con un 20%. Para este último caso, a las mejoras logradas en los dos últimos años mediante la inmunoterapia, Vicente Guillem señala el desafío: “Habría que potenciar los programas de diagnóstico precoz. Hay dos tumores fácilmente diagnosticables que son mama y colon. Y el siguiente que entrará en el cribado será el cáncer de pulmón con un TAC de baja radiación a los pacientes de alto riesgo que son los fumadores, a partir de los 40-50 años”. De hecho, este cribado ya se desarrolla, de manera experimental, tanto en el IVO como en la Clínica Universitaria de Navarra dentro de un estudio internacional dirigido por la Cornell University de New York. “Los resultados son muy buenos pero hace falta más seguimiento”.

El reto con carácter general debe asumirse, según Vicente Guillem, en los centros de salud, con programas antitabaco y antiobesidad, dos factores importantísimos de riesgo oncológico. De hecho, los cigarrillos están detrás del 80% de tumores pulmonares que matan cada media hora a una persona en España.

No basta con diagnosticar en el estadio más precoz posible. Hay que garantizar la eficiencia del sistema con el acceso “sostenible y equitativo” a fármacos y técnicas.

Es fundamental el desarrollo de biomarcadores que nos digan de antemano qué pacientes responderán y cuáles no a un tratamiento

Lo enumera el responsable de Oncología del IVO: “Todos los pacientes han de acceder al diagnóstico molecular porque dependiendo de las alteraciones moleculares se tratan de una forma u otra y tienen un pronóstico u otro”. La biopsia líquida debe desarrollarse, también, en todos los hospitales para “comprobar si se crean resistencias a los tratamientos que estamos administrando. Los nuevos fármacos anti diana y la inmunoterapia son tremendamente caros y, por tanto, siempre se dice si seremos capaces o no de pagarlo. Es fundamental el desarrollo de biomarcadores que nos digan de antemano qué pacientes responderán y cuáles no a un tratamiento. A lo mejor no todo el mundo debe llevar el mismo protocolo. Si por ejemplo, la inmunoterapia beneficia mucho pero a pocos pacientes hay que identificarlos porque a lo mejor estamos suministrándola a algunas personas que no se beneficiarán y el coste es elevado”, insiste Guillem.

¿Y cómo se garantiza la igualdad de todos los enfermos de cáncer? Lo explica Vicente Guillem: “Hay que cambiar la red asistencial. No se puede seguir trabajando en hospitales aislados con áreas de referencia de 200.000 personas. En EEUU, por ejemplo en Boston hay un hospital con una población de 4 millones de habitantes pero con centros satélites que dependen de él. El conocimiento emana desde el centro pero la parte asistencial se presta desde la periferia siempre en comunicación con unidades de referencia”. Este modelo norteamericano se podría importar por ejemplo en la provincia de Valencia que, en opinión de Guillem, “ debería ser un área única, diseñada por temáticas tumorales y no por comarcas de manera que a cada paciente se le derivara al hospital de referencia para tratar su tumor”.

Precio y aporte

La Conselleria de Sanitat ya ha comenzado a caminar en esta dirección y, de hecho, reunió, hace más de un año, a un grupo de jefes de servicio oncológicos y ya se diseñó una red asistencial con núcleos centrales y periféricos. “El periférico no es un vasallo del central sino que podrá participar en las discusiones pero si se toma una decisión, no se puede quedar un solo paciente sin acceso a una prueba o a un fármaco. El sistema ha de ser eficiente porque si no, no funcionará. Y ya tenemos herramientas para determinar el valor, que no el precio, de un fármaco o una técnica. No sólo hay que ver lo que cuesta sino lo que nos aporta”, concluye Vicente Guillem.