Adiós a la Champions con la cabeza alta

Vaya por delante el hecho de que en una competición del calibre de la Champions la falta de gol - la misma que el Valencia sufre toda la temporada - constituye una rémora muy difícil de sobrellevar, pero no es menos cierto que la fortuna - o, en este caso, la falta de ella - también acostumbra a acabar por jugar un papel fundamental en fases determinadas por pocos partidos.

Nadie podía contar con la postrera victoria del Manchester United en Turín ni, habida cuenta del discurrir del encuentro, con que hoy Fellaini doblegara la resistencia de un bravo Young Boys en el minuto 92, otorgando de esa forma la clasificación a los de Mourinho; y, a la vez, dejando un último duelo en Mestalla entre ches y diablos rojos únicamente a analizar desde la óptica valencianista en base a la honrilla y el dinero que un triunfo pueda dejar en sus arcas.

El cuadro de Marcelino afrontó el choque de hoy con el firme propósito de demostrar que ya no es el mismo que fue devastado por una Juve con diez hombres sobre el campo casi dos meses y medio atrás. Algo que, desde el primer, se vio que iba a conseguir, y que de no ser por el arquero polaco Szczesny bien pudiera haber venido acompañado de una retribución mucho mayor.

Cristiano Ronaldo se prodigaba desde bien pronto en sus habituales embestidas futbolísticas, destacando el cuero que envió pegado a la cepa del palo en el ecuador del primer acta tras centro de Alex Sandro. Mientras tanto los pupilos de Marcelino sabían de la condición de pierna fuerte que el partido requería, y Gayá - causará baja por acumulación frente al Man. Utd. - y Kondogbia no dudaban en rascar sobre el césped aún a riesgo de ver sendas amarillas.

Precisamente el único tramo de control valencianista en la parcela ancha permitió que los ches se estiraran después de recuperaciones de balón. Primero Wass culminó una de esas rápidas contras disparando cruzado desde dentro del área; y, posteriormente, iba a llegar la opción más clara: Diakhaby emergía, tras botarse un saque de esquina, batiendo con poderío en el salto a CR7...pero la mano firme de Szczesny aparecería para desbaratar lo que pudo ser el 0-1 al borde del pitido final de los primeros 45 minutos.

Tal vez ése fuera el canto del cisne valencianista - por lo menos, en relación a sus posibilidades de acceder a octavos - en la presente edición de la Liga de Campeones, toda vez que Cristiano Ronaldo, después de recibir un pase del ex valencianista Joao Cancelo, dejaría clavado a un impotente Gabriel Paulista para encontrar mediante centro raso al siempre eficaz ariete Mario Mandzukic libre de marca en el segundo palo (1-0 min.59).

Aunque Diakhaby volvió a rematar con peligro - de hecho, en esta ocasión a las mallas - en la acción posterior, su evidente gesto con el brazo le hizo ver la amonestación. A partir de ahí, pese a la alegría en el juego que acostumbra a aportar el hoy salido desde el banquillo Carlos Soler, el cuadro de Marcelino, sabedor de lo utópico de voltear el marcador en el feudo de un rival de esta magnitud, estuvo más pendiente de las noticias que desde Old Trafford se recibían... y es que la igualada se mantuvo durante más de 90 minutos en el feudo británico. La misma que hubiera propiciado que el duelo de dentro de 15 días en Mestalla pudiera haber resultado épico; exactamente la que Fellaini hizo saltar por los aires en el descuento con el jarro de agua helada de la noche.

Juventus: Szczesny; Cancelo, Bonucci, Chiellini, Álex Sandro (Cuadrado, m.46); Pjanic, Bentancur, Matuidi; Dybala (Douglas Costa, m.79), Ronaldo y Mandzukic.

Valencia: Neto, Wass, Diakhaby, Gabriel Paulista, Gayà; Parejo, Kondogbia (Carlos Soler, m.72), Coquelin, Guedes; Rodrigo (Gameiro, m.46) y Santi Mina (Batshuayi, m.67).

Gol: 1-0, m.59: Mandzukic.

Árbitro: William Collum (SCO). Amonestó por el Valencia a Gayà, Diakhaby, Guedes, Batshuayi y Kondogbia, y por el Juventus a Bentancur, Matuidi y Cuadrado.