Correr en grupo para protegerse
Cada vez hay más acciones de infracción administrativa por esto y por lo otro, pero, ¿ por qué no se legisla más adecuadamente en casos de violencia manifiesta contra la mujer?
Hace relativamente poco se modificaron las leyes en temas como lo puede ser en “la imprudencia”, que no olvidemos que es una falta de cuidado y no son acciones con dolo, con intención y conciencia de causar un resultado o terminar con una acción antijurídica penalmente. Es decir, se hace sin quererlo, sin entrar profundamente en este tema para no debatir sobre sus circunstancias.
Pero lo ponemos como ejemplo. La imprudencia grave castiga esencialmente las conductas que infrinjan las normas de diligencia o cuidado más elementales exigibles a cualquier ciudadano, castigando aquellas conductas peligrosas, que, sin ánimo de lesionar el bien jurídico protegido, acaban causando su efectiva lesión.
Es importante, pero y… ¿Otros delitos en que la sociedad demanda y exige cambios?... ¿Qué el legislador no ve la televisión o la prensa?... ¿De verdad que no vemos la polémica que genera la injusticia?
¿Es normal que para que una chica, una mujer, vaya a realizar deporte al aire libre tenga que ir acompañada de Seguridad o escolta o una tropa de acompañantes?... Tenemos de una vez que dar soluciones a temas que son más importantes; sin embargo, seguimos paralizados viendo que la realidad violenta va en aumento. Miren los datos, examinen lo que cada vez más está pasando.
Con ello no queremos criticar al legislador, puesto que las modificaciones suelen ocurrir al observar ciertas anomalías o que las leyes que existen en estos momentos quedan obsoletas, no contemplando determinadas cuestiones importantes para ponderar la acción de la justicia, y teniendo que ampliar, cambiar o modificar apartados, artículos, para hacer una sociedad más justa, pero que se haga en todo. Es urgente.
Observando el caso de una persona asesinada (una mujer) por un agresor que además es menor de edad, creo de dieciséis, cuyo objeto de actuación antijurídica era una acción libidinosa esperando el momento concreto para realizar un ataque premeditado, en modo de cazador y la posterior ejecución sexual violenta con la desgraciada finalización de un asesinato, no nos deja de sorprender a cualquiera cuando escuchas en televisión y lo lees en prensa, porque precisamente no se entiende el significado de lo que llamamos justicia. Inseguridad, miedo, y sobre todo, impotencia por no poder hacer nada para pararlo.
Cada vez hay más normas, cada vez hay más disposición a controlar nuestros actos, cada vez hay más acciones de infracción administrativa por esto y por lo otro y por aquello que significa “dinero”, cuyas denuncias administrativas y aunque no quieran reconocerlo es un afán recaudatorio seguro y más en las grandes ciudades ¿Pero, por qué no se legisla más adecuadamente en los casos de violencia manifiesta contra la mujer?
Comentan en un programa de televisión que “la condena” de este caso mencionado anteriormente del “menor agresor sexual” se trata de “ocho años de internamiento en régimen cerrado” en un centro de menores y cinco de libertad vigilada, y creo recordar que cinco años sin poder aproximarse a la población en la que se produjeron los fatídicos hechos.
Significa que descontando la “prisión provisional” que son dos años a esta criatura, saldrá con veintitrés años en libertad por haber violado y matado a una mujer inocente, a una buena persona. Si hubiera tenido el delincuente dieciocho años la condena seria la “Prisión permanente revisable”.
¿Es esto la especial protección del menor que dice la Ley?, pregúntense ustedes que está pasando en nuestra sociedad demagógica, pues algo no funciona en nuestra ley penal para que una persona que además de que le agrede sexualmente a otra, la asesine, y muy pronto la tengamos en la calle. ¿Y el sentido de la pena?... ¿Reinserción?... Estamos jugando con la vida de la gente y tal vez ocurra porque somos gente vulgar, no somos gente importante, sino personas del montón.
¿Dónde está la especial protección de la víctima y de sus familiares?... ¿Esto es justicia?, ¿Dónde está la eficiencia y la eficacia para la protección de la vida e integridad física y psicológica de las personas que tan bien se menciona en nuestra Constitución?
Nos deberíamos de mentalizar todos y comprender que nuestra sociedad tiene que ser más segura, exigir la seguridad de las personas, endurecer el código penal en las cuestiones que hoy debatimos todos los días, porque no es normal que “grupos de mujeres” tengan que ir juntas a correr para evitar que un depravado les salga al paso y que violentamente les arruine la vida.
Lo estamos viendo frecuentemente en los medios, y ya hemos dicho muchas veces que no puede salir de prisión una persona que tenga un índice de peligrosidad elevado y que probablemente nada más estar en libertad seleccione “una nueva presa para volver a cazar”.
Que saquen todas esas estadísticas para que sepamos quien se equivoca y porque. Que creen unas unidades de policía especializadas para controlar a este tipo de energúmenos, aprendamos de otras policías, estos seres de ultratumba que llevan en la mente el mal. Que se pene la reincidencia más severamente, y en el caso de psicópatas asesinos que no salgan a la calle. Revisen de una vez por todas la Ley, observen que está completamente desfasado.
El debate de la diferencia entre el abuso sexual y la agresión sexual también nos genera una inseguridad social genérica, pero… ¿De verdad en ocasiones no se da la hay intimidación? Si no habla la víctima se entiende como aceptado, si ha consumido alcohol o drogas se entiende como aceptado, sino se defiende es que no hay intimidación, si la víctima por su propio bien no hace nada cuando la agreden ¿Cómo narices lo entienden?, ¿Qué está pasando?...
Hay gente que pide eliminar la Ley de protección integral contra la Violencia de Género, pero ¿No será mejor ver que cuestiones fallan en la Ley, y modificarlas de una vez en el real propósito de defensa de la mujer?
Obviamente la clave está en la Ley y en la interpretación jurídica. Entendemos entonces que no es una sociedad segura. Por lo tanto habrá que mejorar en todo lo relativo a la protección de las personas, prevenir delitos, endurecer las penas, y pensar en las víctimas de una vez por todas.
Hoy un anciano de ochenta y tantos años estaba llorando en un bar al ver una nueva noticia de otra muerte, en Huelva y a la vez decía. “Estoy cansado de ver impune a tanto mal nacido”, “No hay justicia”, “ojala tuviera salud para defenderlas”. Un abrazo al Sr Pedro.
*Oficial de Policía Local y Grupo EmeDdona.