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Levante UD. Segundas partes nunca fueron buenas

Sevilla 5 - Levante 0. Tras aguantar 45 minutos, el Levante UD desaparació en el peor segundo tiempo de la era Paco López.

El Sevilla no dejó de celebrar goles en la segunda mitad

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Ni los seis tantos encajados frente al mismo rival en la sonrojante derrota de la primera vuelta en el Ciutat. Ni las bajas defensivas de Postigo, Chema o Toño que obligaban a que el joven Fran Manzanara formara hoy en el centro de la defensa. Ni el gran momento sevillista después de vencer por 2-0 en el choque de ida de cuartos coperos. Ninguno de ellos era motivo suficiente para que el Levante UD cediera terreno en el Sánchez Pizjuán dentro de una confrontación que, durante gran parte de la misma, dominó.

Curiosamente dentro de ese escenario, los hispalenses dispondría de las dos mejores oportunidades del primer acto. Ben Yedder se plantaba sólo ante un Oier que le achicó los espacios a las mil maravillas para rechazar a córner en los primeros compases. Pero de más clara si cabe se podría calificar la opción local de los postreros minutos, en la cual un disparo desde la frontal de Roque Mesa a punto estuvo de convertirse en el 1-0 tras golpear el cuelo en Manzanara para posteriormente estrellarse en el palo.

Mientras tanto, el Levante también hacía gala de sus razones futbolísticas. Las muchas faltas que los de Machín se veían obligados a cometer provocaban el peligro granota - Rochina puso magníficamente una de ellas que pudo ser rematada en la misma línea hasta por tres hombres -. Prueba de ello fue que el conjunto de Paco López botó un mayor número de saques de esquina, y Boateng estuvo cerca de cabecear a la red en uno de ellos. Se llegaba a los vestuarios... y el Levante lo hacía con sus posibilidades intactas.

Segundo tiempo: la descomposición termina en pesadilla

Si bien el desarrollo de los primeros 45 minutos no hacía presagiar un escenario proclive al bochorno levantinista, la merma en cuanto a efectivos defensivos explica, en cierta medida, el porqué de la debacle. Solo tres minutos tardón Ben Yedder en explotar el debilitadísimo flanco izquierdo de la zaga granota para volver a plantarse frente a Oier y, esta vez sí, batirle por bajo.

El cambio de banda del holandés Promes profundizaba aun más en sacar a relucir las miserias levantinistas en ese costado; prueba de ello el esférico que, con toda comodidad, colocó para que Andre Silva lo empujara diez minutos más tarde para sentenciar el partido... y cualquier atisbo de resistencia por parte del Levante. Bardhi había mandado un balón al palo que hubiera supuesto el empate instantes antes en el epílogo del bagaje ofensivo granota.

A partir de ahí, el aluvión de llegadas sevillistas no cesaba. Roque Mesa entraba también por la banda contraria como cuchillo en mantequilla, sirviendo en una de esas ocasiones un pase de la muerte que Franco Vázquez iba a transformar en el 3-o. Pero lo peor todavía estaría por llegar: contragolpes de impensable ventaja numérica local, Rober Pier ya con 4-0 viendo una absurda amarilla que le deja fuera del próximo encuentro...

Dos penas máximas cometidas por el propio central gallego y Cabaco conformaban un electrónico en forma de "manita" tan hiriente como apto para extraer consecuencias para el futuro. El Sevilla se divertía de lindo con Sarabia convirtiendo la primera de ellas y Promes el rechace de la segunda que Oier le había detenido. Marcarle 11 tantos en dos partidos al Levante - o a cualquiera - está al alcance de muy pocos.

PD: Paco López ha de reflexionar de forma muy concienzuda: ni Morales debe de jugar nunca más como carrilero izquierdo, ni el inoperante Mayoral volver a ser titular. De los errores se aprende.